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Fernández Díaz se reúne con su homólogo marroquí en Tánger

Los ministros del Interior abordan los problemas de la inmigración y el terrorismo

Francisco Peregil

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, mantuvo el domingo por la tarde en Tánger un encuentro con su homólogo marroquí, Mohamed Hassad, para abordar los problemas de la inmigración, el terrorismo integrista y el narcotráfico. Fernández Díaz y Hassad ultimaron los detalles de la Reunión de Alto Nivel que celebrarán los dos Estados en Madrid en las próximas semanas.

Tras el encuentro, ambas partes emitieron un comunicado en el que Fernández Díaz destacó “la eficaz labor de Marruecos” en el control de la inmigración irregular. En cuanto a la lucha contra el terrorismo, Fernández Díaz y Hassad se comprometieron a mejorar el intercambio de información, sobre todo “en el ámbito de la lucha contra las redes de reclutamiento de combatientes para integrarse en grupos terroristas”.

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Ésta es la primera cita entre los dos ministros después de la muerte de dos espeleólogos en Marruecos durante las vacaciones de Semana Santa y tras el auto del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz en el que dictó el procesamiento de 11 altos cargos marroquíes —ocho mandos militares y tres civiles— por su supuesta participación en el genocidio del pueblo saharaui entre 1976 y 1991. Marruecos tachó las acusaciones de “ridículas” a través de un comunicado difundido el 12 de abril donde el ministerio de Exteriores criticaba al juez Ruz, a Argelia y al Frente Polisario, pero evitó criticar al Gobierno español.

Hoy por hoy, los intereses de ambos países parecen estar por encima de cualquier desavenencia puntual. Marruecos es el primer mercado africano de España, noveno mercado mundial y el segundo fuera de la UE, sólo después de Estados Unidos. Y España es el primer proveedor de Marruecos, por delante de Francia. Pero más allá de las cuestiones económicas, a ambos países les une la lucha contra la inmigración irregular contra el terrorismo integrista.

“El Gobierno español”, indicó un alto dignatario marroquí a este diario, “sabe hasta qué punto nuestra ayuda es clave. En la lucha contra el terrorismo yihadista, ofrecemos información de forma constante. Y en inmigración la colaboración también es muy estrecha. Si un día, uno de los gendarmes que cuidan de que los inmigrantes sin papeles no pasen a España se quedase dormido, imagine la cantidad de gente que podría entrar de pronto en la península. Somos el gendarme de Europa. Y ése no es un papel agradable, porque les estamos impidiendo el paso a nuestros hermanos africanos”.

En 2008 entraron a la península ibérica 6.500 inmigrantes a través del Mediterráneo occidental, es decir, por Argelia y Marruecos, según la Agencia Europea de Control de Fronteras Exteriores (Frontex). Desde entonces, el año en que más flujo se produjo fue en 2011, con 8.450 inmigrantes. Y el año pasado penetraron apenas 7.840. Las cifras contrastan con las de Libia. En 2014 accedieron a Italia 170.000 inmigrantes procedentes del Mediterráneo central, según la Agencia Europea de Control de Fronteras Exteriores (Frontex). Es la mayor cifra jamás registrada en un país desde la fundación de la Unión Europea. Para hacernos una idea de la dimensión, basta recordar que en 2006, con la famosa “crisis de los cayucos” que llegaban desde África a Canarias, entraron 39.000 subsaharianos.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha mantenido este domingo por la tarde en Tánger un encuentro con su homólogo marroquí, Mohamed Hassad, para abordar los problemas de la inmigración, el terrorismo integrista y el narcotráfico. Fernández Díaz y Hassad ultimaron los detalles de la Reunión de Alto Nivel que celebrarán los dos Estados en Madrid en las próximas semanas.

Ésta es la primera cita entre los dos ministros después de la muerte de dos espeleólogos en Marruecos durante las vacaciones de Semana Santa y tras el auto del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz en el que dictó el procesamiento de 11 altos cargos marroquíes —ocho mandos militares y tres civiles— por su supuesta participación en el genocidio del pueblo saharaui entre 1976 y 1991. Marruecos tachó las acusaciones de “ridículas” a través de un comunicado difundido el 12 de abril donde el ministerio de Exteriores criticaba al juez Ruz, a Argelia y al Frente Polisario, pero evitó criticar al Gobierno español.

Hoy por hoy, los intereses de ambos países parecen estar por encima de cualquier desavenencia puntual. Marruecos es el primer mercado africano de España, noveno mercado mundial y el segundo fuera de la UE, sólo después de Estados Unidos. Y España es el primer proveedor de Marruecos, por delante de Francia. Pero más allá de las cuestiones económicas, a ambos países les une la lucha contra la inmigración irregular contra el terrorismo integrista.

“El Gobierno español”, indicó un alto dignatario marroquí a este diario, “sabe hasta qué punto nuestra ayuda es clave. En la lucha contra el terrorismo yihadista, ofrecemos información de forma constante. Y en inmigración la colaboración también es muy estrecha. Si un día, uno de los gendarmes que cuidan de que los inmigrantes sin papeles no pasen a España se quedase dormido, imagine la cantidad de gente que podría entrar de pronto en la península. Somos el gendarme de Europa. Y ése no es un papel agradable, porque les estamos impidiendo el paso a nuestros hermanos africanos”.

En 2008 entraron a la península ibérica 6.500 inmigrantes a través del Mediterráneo occidental, es decir, por Argelia y Marruecos, según la Agencia Europea de Control de Fronteras Exteriores (Frontex). Desde entonces, el año en que más flujo se produjo fue en 2011, con 8.450 inmigrantes. Y el año pasado penetraron apenas 7.840. La Guardia Civil y los gendarmes marroquíes anuncian a diario casos de interceptaciones de inmigrantes sin documentos. En la madrugada de este sábado, ambos cuerpos impidieron que 400 subsaharianos se aproximaran a la vaya de Melilla.

Las cifras de inmigrantes que entran por Marruecos y Argelia contrastan con las que llegan a Europa a través de Libia. En 2014 entraron accedieron a Italia 170.000 inmigrantes procedentes del Mediterráneo central, según la Agencia Europea de Control de Fronteras Exteriores (Frontex). Es la mayor cifra jamás registrada en un país desde la fundación de la Unión Europea. Para hacernos una idea de la dimensión, basta recordar que en 2006, con la famosa “crisis de los cayucos” que llegaban desde África a Canarias, entraron 39.000 subsaharianos.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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