El ex número dos de Bankia dice que advirtió a Rato contra las ‘black’
Verdú declara en la Audiencia que informó al presidente de que no iba a utilizar la tarjeta
Francisco Verdú, consejero de Bankia desde junio de 2011 hasta mayo de 2012, ha explicado ante el juez Fernando Andreu que mantuvo una conversación con Rodrigo Rato, expresidente de la entidad, cuando le entregó la tarjeta, en febrero de 2012. En contra de lo declarado por éste, que aseguró desconocer por qué Verdú no había usado la tarjeta, manifestó que le aclaró que no iba a usarla "porque le parecía una mala praxis bancaria". A preguntas del fiscal, Alejandro Luzón, Verdú, que declaró como testigo, ha manifestado que explicó que él ya tenía una tarjeta para los gastos de empresa, por lo que no iba a utilizar la black.
Los otros dos consejeros que aparecían en la lista como titulares de black que no las habían utilizado, Íñigo María Aldaz y Esteban Tejera, aclararon ellos tuvieron tarjetas de representación y las utilizaron para gastos de empresa. Afirmaron que presentaron justificantes de todo, por lo que Verdú queda como el único titular de una black que no la usó.
La entrega de la tarjeta a Verdú se produjo después de que el Gobierno hubiera publicado un real decreto en el que incluía la rebaja del sueldo que los directivos de entidades nacionalizadas. Verdú había pactado un salario de 1,2 millones más retribución variable y se quedó en 600.000 euros como máximo. En el caso de Rato la rebaja fue similar.
Verdú aseguró que Rato le dijo que tenía derecho a utilizar 75.000 euros anuales para gastar "en lo que quisiera", según declaró que le dijo el entonces presidente. También le explicó que esa tarjeta la tendrían José Manuel Fernández Norniella, exvicepresidente de Bankia, e Ildefonso Sánchez Barcoj, exdirector general financiero.
Verdú ni siquiera abrió el sobre donde estaba el número PIN y el contrato de la tarjeta. Aclaró que en los 30 años que llevaba trabajando en la banca nunca había visto nada parecido. El directivo estuvo en el Banco Vizcaya, el BBV, Argentaria y la Banca March hasta llegar a Bankia. En todas ellas, ha dicho, tenía una tarjeta de empresa para los gastos de representación, que se cobraban previa presentación de las facturas. Además, ha explicado, para sus gastos personales tenía su propia tarjeta, que es la que ha usado en estos años.
En la sala se le presentó el contrato de la tarjeta firmado pero Verdú, tras mirar el recibo, negó que la firma fuera suya. A preguntas de un abogado de los acusados, aclaró que él entiende que si hubiera utilizado alguna vez la tarjeta, se le debería haber descontado de su salario porque no tenía dudas de que la tarjeta se la dieron para gastos personales.
Jaime Terceiro, el antecesor de Blesa y Rato en la presidencia de Caja Madrid, ha declarado antes que Verdú como testigo. Durante su comparecencia, ha afirmado que durante su gestión las tarjetas estaban dentro del circuito legal, con un gasto de entre 150 y 300 euros al mes y que era necesario presentar justificantes de los gastos. "Durante los nueve años que estuve al frente de Caja Madrid una cosa así hubiera sido imposible de aceptar, proponer y ejecutar". Por otro lado, el expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, aseguró después de conocer las declaraciones de Verdú que el no entregó físicamente ninguna tarjeta ni al exconsejero delegado de la entidad, "ni a nadie", dado que esa no era su función. "Y, en todo caso, dada su experiencia, profesionalidad y que era consejero delegado, no debió darle mucha importancia, ya que no realizó ninguna actuación que a mi me conste", declaró Rato a Europa Press.
Después llegó el turno de Iñaki Azaola, director de Auditoría de Bankia, que también acudió como testigo. Explicó que empezó la investigación a raíz de un documento de tres páginas que le entregó alguien de su departamento, sin más precisiones. Esta afirmación contradice la versión oficial de Bankia, ratificada por su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, que sostiene que conocen este caso por un correo electrónico de Enrique de la Torre, exsecretario del consejo, que hablaba de "tarjetas black a efectos fiscales" y que fue publicado por eldiario.es.
Azaola sostuvo que estas tarjetas nunca tuvieron un contrato que las sostuviera y que estaban fuera de todos los circuitos habituales. Aclaró que se incluían en la cuenta de quebrantos, "lo que no es correcto. Aunque se contabilizaban a mano, no eran conocidas porque se anotaban en un lugar incorrecto desde el punto de vista de la contabilidad".
El responsable de auditoría interna aclaró que en el listado aparecen cargos en ciudades distintas de la misma hora porque Visa realiza un solo apunte por día.
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