Los candidatos del PSOE exigen parar las rencillas internas
Las federaciones viven con estupor la gresca por lacandidatura presidencial
A los candidatos del PSOE a los Ayuntamientos y a las presidencias de las 13 autonomías, y de las ciudades de Ceuta y Melilla les van a faltar días para la campaña electoral que concluirá con los comicios del 24 de mayo. El adversario les viene por la izquierda, la derecha y el centro, y todos aspiran a morder del electorado que alguna vez fue del PSOE.
En ese contexto de enorme dificultad, el afloramiento del debate soterrado sobre quién será el candidato a las elecciones generales de diciembre de 2015, con la mirada puesta en la presidenta andaluza, Susana Díaz, frente al secretario general, Pedro Sánchez, ha provocado en todas las federaciones estupor y enojo. Tanto los barones considerados afines a la presidenta andaluza como los que no lo son tanto claman por detener “el suicidio colectivo”, en palabras del candidato a la presidencia de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. Si el PSOE “da muestras de que se enreda en sí mismo, se centra en luchas de poder y de protagonismo, los ciudadanos desconectarán de nosotros”, advierte el extremeño.
Entre los numerosos candidatos preguntados por EL PAÍS se repite la misma línea argumental: no es el momento de plantear la batalla por la candidatura a la presidencia del Gobierno, sino de “recuperar algo del terreno perdido”, señala el alcalde de Toledo y candidato de Castilla- La Mancha, Emiliano García-Page.
La voz más contundente en la exigencia “del fin de las intrigas” es la del presidente de Asturias, Javier Fernández —él y Susana Díaz representan los dos únicos referentes de Gobierno del PSOE—. “Estamos regalando munición a nuestros adversarios, a la izquierda y a la derecha”. Para el presidente del Principado y también secretario general de los socialistas asturianos, Pedro Sánchez debe dedicarse “a dirigir el partido; los presidentes autonómicos, a gobernar; los candidatos, a trabajar por los ciudadanos y denunciar las políticas de la derecha, y los expresidentes y ex altos cargos, a ayudar o a callar”.
La cena con Podemos
Existe un vivo contraste entre las distintas percepciones que se tienen de la cena que organizó el expresidente del Congreso, José Bono, con los dirigentes de Podemos hace un par de meses con el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, a la que también asistió el candidato socialista de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Los comensales socialistas no creen que incurrieran en ninguna deslealtad, ni por el hecho en sí mismo ni por no habérselo comunicado previamente a Pedro Sánchez. En la Ejecutiva, sin embargo, una vez conocido el encuentro, desvelado por el Huffington Post, cundió la indignación. Pero el enfado trasciende a los despachos de Ferraz. "¿Qué hacían nuestros compañeros en una cena con Podemos; no saben lo que ocurre en cada una de las ciudades de España?", se pregunta el presidente asturiano, Javier Fernández. Este y otros barones recuerdan que, en cada región y en muchas provincias, los candidatos socialistas compiten a cara de perro con los de Podemos. "Nuestros mayores, en jerarquía, con quien tienen que reunirse es con la gente", reclama el candidato a la alcaldía de Guadalajara, David Jiménez. Pasadas las horas, la Ejecutiva federal trató de embridar su enojo. El responsable de Política Federal, Antonio Pradas, dio una larga cambiada: "Quien tiene que dar explicaciones de su asistencia a una cena con la casta es Pablo Iglesias", ironizó
La tarea de los dirigentes regionales de imbuir ánimo a la militancia y a los simpatizantes para que “se entusiasmen” en esta campaña se ha visto torpedeada por los episodios de los últimos días, en los que ha salido a la luz la duda que algunos extienden sobre el liderazgo de Pedro Sánchez.
Lo constatan Javier Lambán, candidato a la presidencia de Aragón, y Luis Tudanca, aspirante a la presidencia de Castilla y León. Estos ven posibilidades de que el PP pierda la mayoría absoluta y, a partir de ahí, intentar cambiar el color del mapa político que es azul, del PP, desde 1995 en buena parte de España. Ahora es el momento del cambio en Valencia, considera el candidato Ximo Puig, y que “se pueda devolver a los ciudadanos los derechos arrebatados por el PP”. Solo esto le preocupa porque “hay miles y miles de personas concernidas con el cambio y no las podemos defraudar porque nos distraemos en debates que ahora no tocan por lo que la niebla de estos días debe disiparse”, trata de zanjar el político valenciano.
Este es partidario de jugar “partido a partido”. De todas las declaraciones se desprende que el asunto de la candidatura a las elecciones generales no está zanjado, pero ahora es inconveniente. “Un triunfo de Susana Díaz en Andalucía, como esperamos, será de gran ayuda para todos los candidatos en las municipales y autonómicas”, señala Fernández-Vara, corroborado por sus compañeros García-Page y el presidente asturiano. Ayuda es lo que piden los candidatos municipales como el aspirante a la alcaldía de Guadalajara, Daniel Jiménez: “Pedimos a nuestros altos cargos que nos dejen trabajar y, si tienen cuentas que saldar, que lo hagan internamente”.
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