Cae una red que captaba traficantes de droga en la cola del paro
La organización criminal se especializó en enviar 'speed' a Japón oculto en bombones
La desesperación de no tener un empleo, ni ingresos, puede hacer que muchos coqueteen con la idea de pasarse al lado oscuro y delinquir con tal de aportar algo a la economía familiar. Una banda de narcos recién desarticulada decidió aprovechar esa situación y empezó a captar candidatos para llevar droga de un país a otro en la cola del paro o en centros de asistencia social de la Región de Murcia. En la operación han sido detenidas doce personas en España y dos más en el Aeropuerto de Narita (Tokio). Se han intervenido 8,5 kilogramos de metanfetamina, droga de diseño también conocida como cristal o speed.
La organización contaba con un colaborador, de nacionalidad argentina, que se ocupaba de reclutar a posibles correos de droga. Se acercaba a ellos y les ofrecía dinero, ropa nueva, pasaporte, billetes de avión y estancia de varias semanas en distintos países de Sudamérica. A cambio, tenían que traer cocaína hasta España. Antes de viajar al continente americano, se trasladaban a Madrid, donde eran alojados y se les instruía sobre la forma de actuar durante el viaje. Por cada persona que fichaba, el colaborador cobraba una comisión.
La banda, liderada por ciudadanos nigerianos, tenía otro nicho de negocio en la introducción en Japón de speed. La llevaban al país nipón porque allí puede alcanzar un precio muy alto y la solían camuflar en bombones.
La red captaba a estadounidenses y europeos para que transportaran entre tres y cinco kilos de cristal por cada viaje que realizaban desde España al país nipón. Los seleccionaba con este perfil porque, por su nacionalidad, se les exigen menos controles y requisitos para entrar en Japón.
El cristal se ha hecho muy popular en los últimos 15 años. "Se ha convertido en una de las más adictivas ya que su consumo aumenta los niveles de dopamina en el cuerpo entre 1000% y 7000% (el crack los aumenta unos 350%)", explica la Fundación Manantiales, especializada en el tratamiento de adicciones en su página web. Recibe este nombre por su forma, porque parecen pequeños pedacitos de cristal blanco.
Las investigaciones se iniciaron al detectar en Madrid la presencia de un grupo de ciudadanos de origen nigeriano. Se sospechaba que podrían estar traficando con metanfetamina, producida en su país de origen y cuyo destino final sería Japón.
Las primeras pesquisas permitieron a los agentes averiguar que estas personas pertenecían a una organización con una amplia presencia internacional, y que utilizaban una novedosa ruta para el tráfico de metanfetamina.
Durante el desarrollo de la investigación detectaron que dos viajes de estadounidenses a Japón transportando una importante cantidad de estupefaciente. En ambos casos los correos fueron detenidos en el aeropuerto de Narita (Tokio), los días 1 de marzo y el 22 de mayo de 2014, cuando llevaban cinco y tres kilogramos de metanfetamina respectivamente.
La droga viajaba oculta en el interior de envoltorios de bombones de chocolate con la finalidad de burlar los controles policiales y aduaneros. Ambos habían viajado previamente a Madrid desde Estados Unidos, donde fueron recibidos por miembros de la organización y alojados en un hotel de Fuenlabrada (Madrid).
Los investigados también contactaron con un ciudadano alemán, también captado para que transportara metanfetamina a Japón. Esta persona se desplazó a Madrid, donde se reunió con varios miembros de la red, quienes le facilitaron alojamiento en el mismo hotel de Fuenlabrada que a los norteamericanos. Posteriormente viajó a Barcelona, donde le fue entregada la droga. El 20 de octubre fue detenido con cinco bolsas de plástico con la inscripción “bombones de chocolate”. En el interior de cada bolsa había 60 envoltorios de papel celofán, con 4,8 kilos de metanfetamina.
El 3 de diciembre, día en el que se tenía previsto la entrega de estupefaciente a otro correo de origen danés, la policía lo detuvo en Barcelona junto a dos personas de nacionalidad nigeriana que llevaban un bolso de viaje con cuatro paquetes de bombones con 160 unidades rellenas de metanfetamina, otros 2,6 kilos de estupefaciente. En Madrid, durante un registro, se intervinieron otros 20 bombones ya elaborados, 1,5 kilos de metanfetamina embolsada y 600 gr. de cocaína, y otros efectos e instrumentos relacionados con el tráfico de drogas.
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