Detenido en Abadiño por el homicidio de su mujer y su suegra
El supuesto asesino fue hallado dentro de su empresa en llamas, de donde salió ileso
El miércoles ha sido un día negro para el municipio de Abadiño (Bizkaia), que se despertó con el tumulto de camiones de bomberos y coches de la Ertzaintza y se acuesta con la detención, por parte de la policía autonómica, de uno de sus vecinos, Benito Quintairos Folgoso, de unos sesenta años, acusado del homicidio de su mujer y su suegra. El supuesto asesino, al que le tomaron declaración durante la tarde, había salido casi ileso por la mañana del incendio de su fábrica de carpintería, en el municipio colindante de Atxondo. La lacra de la violencia de género suma ya más de 50 mujeres asesinadas en 2014.
Las mujeres, Mari Luz Alejo Rodríguez, de 54 años, y Amelia Rodríguez Sardón, de unos 80, fueron halladas muertas, ensangrentadas y con signos de violencia, en sus camas a las 8.30, cuando la hermana de Alejo se acercó a su vivienda en el barrio de Matiena, precisamente, para informarles del incendio en la empresa familiar. Media hora antes, alrededor de las ocho, dos de los trabajadores de la empresa de carpintería Zuhaitz se habían encontrado a Quintairos, su jefe, colgado por los pies en un montacargas del local en llamas. La conexión parecía más que casual, desde primera hora de la mañana, aunque todavía se desconocen las circunstancias del crimen.
“El matrimonio era conocido en el municipio” comentaba sorprendido el alcalde de Abadiño, José Luis Navarro (de los independientes AI), que se acercó a la vivienda durante la mañana. Como ocurría con muchos otros vecinos, conocía al empresario, de origen gallego, de haberle contratado para llevar a cabo alguna obra o arreglo de carpintería. “No tenían antecedentes conocidos, no eran familias conflictivas y eran muy trabajadores”, destacaban los vecinos, que recordaban que había vivido en el municipio unos treinta años. Todos ellos recibían la noticia con sorpresa.
Algunos de esos vecinos aseguraban, sin embargo, que la empresa había pasado por algún "problema económico", pero ninguno era capaz de dar más detalles. Alejo Rodríguez se había jubilado recientemente. Su madre, de más de 80 años, los acompañaba ocasionalmente desde hace unos dos años. Esta vez, se había desplazado desde Galicia para celebrar la Navidad. El matrimonio tenía, además, un hijo adulto que vivía en San Sebastián, a donde se había trasladado por estudios.
Las víctimas fueron halladas golpeadas y ensangrentadas en sus camas
La empresa familiar se encontraba a no más de tres kilómetros de su hogar. Un negocio de carpintería de metal y aluminio que el marido regentaba desde el 2000 y que compartía con un socio, con residencia en la cercana Durango, desde 2005. El otro dueño de Carpintería Zuhaitz se negó a hacer declaraciones.
Tras escapar del incendio, que comenzó en el tejado y que dejó la nave muy dañada, Quintairos fue inmediatamente trasladado al Hospital de Galdakao, que abandonó a la 13.30 después de ser tratado de un traumatismo cranoencefálico y un politraumatismo leve. Varios locales del polígono Artia tuvieron también que ser evacuados. Poco después de su salida del hospital, la dotación de la Ertzaintza lo llevó a dependencias procesales para iniciar el interrogatorio. A raíz de sus declaraciones, la policía autonómica procedió a su detención ya pasadas las ocho de la tarde.
Diferentes operativos de la Ertzaintza estuvieron durante toda la mañana, a su vez, entrando y saliendo de la vivienda familiar en la concurrida Avenida Treñabarren, en busca de huellas, signos y pistas de posible violencia. Allí se postraron también vecinos de este barrio urbano de unos 3.000 habitantes que forma parte del municipio de Abadiño, de unos 7.200 y perteneciente a la comarca del Duranguesado.
El marido fue tratado de un traumatismo cranoencefálico y politraumatismos leves tras el incendio
La Junta de Portavoces del Ayuntamiento, formada por miembros de Independiente de Abadiño, EH Bildu y PNV, declaró, asimismo, a última hora de la tarde, dos jornadas de luto por este “cruel y cobarde” suceso contra “dos mujeres indefensas”. Los portavoces se adelantaron a la Ertzaintza y reafirmaron su absoluto rechazo “a la violencia de género” y reclamaron “medidas colectivas eficaces para erradicarla”. El grito de la concentración a la que acudieron cientos de personas, sin embargo, era un simple y rotundo “No a la violencia”.
El puente de la Constitución ha sido especialmente cruento para Bizkaia en cuanto a violencia de género se refiere. El pasado lunes un hombre se quitaba la vida al ser arrollado por un tren en el barrio bilbaíno de Bolueta después de haber acuchillado a su antigua pareja, que fue ingresada con heridas leves en el cuello.
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