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IU hace equilibrios con Podemos

La formación de Lara quiere confluir pero no renuncia a su trayectoria

Francesco Manetto

Izquierda Unida, tradicionalmente la tercera fuerza nacional después de PP y PSOE, se enfrenta a la precampaña que todas las formaciones comenzarán en otoño con unas aspiraciones muy distintas a las alimentadas por las encuestas hasta el pasado 25 de mayo. La crisis del bipartidismo había dibujado perspectivas alentadoras, pero la irrupción de Podemos en las elecciones europeas no solo ha cambiado el panorama político de la izquierda, sino que, al menos de momento, ha rebajado los resultados del partido de Cayo Lara y ha revolucionado su estrategia política.

IU gobierna en más de 100 municipios, tiene más de 2.000 concejales y, sobre todo, cogobierna con el PSOE en la Junta de Andalucía. En este contexto, su dirección asegura que en el futuro quiere “confluir” con la organización de Pablo Iglesias, pero no está dispuesta a perder su peso específico y se divide entre dirigentes comprensivos y próximos a Podemos y otros muy recelosos. Mientras tanto, la sorpresa de los comicios europeos, que aún no está constituida como partido, intenta afianzarse en las encuestas y en el territorio.

Los propios dirigentes de Podemos, formación encabezada por politólogos y expertos en estrategia electoral, han acogido los últimos estudios de opinión sin demasiado entusiasmo. Carolina Bescansa, su responsable de Análisis Político y profesora de Metodología de la Universidad Complutense de Madrid, señala que incluso el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) es incompleto porque le faltan indicadores. Lo que tanto los cargos actuales de Podemos como los de IU prefieren destacar es que ese sondeo, publicado el pasado lunes, y la mayoría de las encuestas reflejan las grietas del sistema bipartidista, una crisis de confianza en las instituciones políticas conocidas y la disconformidad de la ciudadanía con las políticas de Rajoy.

Dirigentes de ambas formaciones destacan las grietas del bipartidismo

En opinión de Bescansa, estos datos son fruto de un clima que anticipa un giro en las instituciones: “Los tiempos de estabilidad han cambiado, y esa mayoría social está a punto de convertirse en cambio político”.

En esa hipótesis de cambio lleva haciendo hincapié IU desde el principio de la legislatura. Ahora debe amoldarse a la nueva realidad con vistas al calendario electoral, con unas elecciones autonómicas y municipales y unas generales en 2015. En ella actúa un grupo de dirigentes que —como el joven diputado Alberto Garzón, nuevo responsable de acción política y señalado como futuro líder de la formación— tratan de buscar alianzas con movimientos sociales y fuerzas emergentes. Pero también sigue la vieja guardia. Por ejemplo, el propio coordinador general, Cayo Lara, que defiende la “mochila y la historia de IU” frente al discurso antipolítico de Podemos. O el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Diego Valderas, que ve a la organización de Iglesias “como un fenómeno más y punto” y hace una semana llegó a afirmar a Europa Press que no sufre de “podemitis”.

A pesar de ello, la dirección de IU trata de ver el lado positivo de las nuevas tendencias electorales. Garzón ve este escenario como ocasión para construir opciones de gobierno de izquierda, y los expertos electorales de la formación rechazan ver a Podemos como un problema. “Puede ser una esperanza, incluso una oportunidad”, señala Ramón Luque, su secretario de Política Electoral.

La formación de Iglesias aún no ha aclarado cómo piensa afrontar los próximos comicios autonómicos, pero lo que todos tienen claro es que si finalmente el Ejecutivo decide impulsar la elección directa de alcaldes con una barrera para poder gobernar, los acuerdos deberán fraguarse antes de la cita con las urnas. A falta de convertirse en partido en la Asamblea Ciudadana convocada para otoño, la organización busca ampliar su influencia. Bescansa recuerda otros indicadores que considera más fiables del arraigo de Podemos, como el hecho de que en 10 días se hayan inscrito en sus filas más de 85.000 personas a través de una fórmula de afiliación por ordenador o los cerca de 800 círculos que comenzaron a constituirse durante la campaña de las europeas.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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