Dos españoles en el Batallón Vostok
Un madrileño y un murciano se enrolan en la milicia prorrusa más peligrosa de las que combaten en el este de Ucrania
Dos jóvenes españoles se han unido al Batallón Vostok. Rafael Muñoz Pérez, de 27 años, y Ángel Davilla-Rivas, de 22 años, se han sumado a la milicia prorrusa más violenta y temida de las que luchan en el este de Ucrania, a la que el Gobierno de Kiev atribuye las mayores crueldades y que están bajo las órdenes de Igor Strelkov, jefe de las Fuerzas Armadas de la República Popular de Donetsk. Los dos españoles, el primero natural de Madrid y extrabajador social, aunque afincado en Gijón (Asturias) donde milita en las Juventudes de Izquierda Unida desde 2010 y el otro, nacido en Murcia y seguidor de los Colectivos de Jóvenes Comunistas de Cartagena, la rama juvenil del Partido Comunista de los Pueblos de España, viajaron a Ucrania en julio desde Madrid con apenas "500 euros en los bolsillos y sin billete de vuelta", según el Diario La Nueva España que destapó la noticia. Tras una breve estancia en Kiev de cinco días, donde les estafaron y contemplaron la violencia en las calles, marcharon a Crimea en vísperas de la invasión rusa y desde ahí se unieron a las fuerzas rebeldes del este del país.
Con su gesto, según sus palabras y videos difundidos en Facebook, Youtube y otras redes sociales, en los que aparecen con rifles y armas en Donetsk, uno de los bastiones de la resistencia, aunque no hay constancia de que hayan participado todavía en ninguna operación, quieren mostrar el orgullo de estar combatiendo en una experiencia similar a la de la guerra civil española de hace 80 años. "Hace ya muchos meses que sigo el conflicto en Ucrania, tanto en TV como a través de las redes. Esto me ha permitido conocer la realidad de lo que aquí ocurre, así como de la manipulación y ocultación de la inmensa mayoría de los medios de comunicación del mundo occidental", asegura Rafa en una entrevista concedida a través de Facebook a la emisora francesa France 24 y publicada en la página del Comité Asturiano de Solidaridad con la Ucrania Antifascista. "Al encontrarme actualmente sin grandes responsabilidades, decidí vender mi coche para trasladarme hasta aquí y ayudar en todo lo posible a la poblacion del sureste del país", asegura.
En Gijón, la localidad donde Rafa estaba afincado, después de llegar a Candas, y tenía novia, están sorprendidos, aunque sabían de su trayectoria ya que militó, entre otros movimientos, también en Democracia Real Ya. "Me lo dijo a última hora" asegura Manuel, militante y amigo de Izquierda Unida, "no quería que se supiera. Fue a ayudar al pueblo ucranio y la verdad es que me pilló a contrapie. Se conecta conmigo de vez en cuando a través de Facebook y la verdad es que la situación es muy distinta a la que se encontraron cuando llegaron", asegura y dice que está preocupado por su situación y la de la familia del joven ya que algunos de sus miembros tienen problemas de salud. Este periódico intentó sin éxito contactar con ambos jóvenes a través del teléfono y las redes sociales. Los dos españoles no son los únicos extranjeros que combaten en las filas prorrusas. Según Reuters, hay combatientes procedentes de Chechenia, Osetia y otras partes del Cáucaso e incluso según el Gobierno ruso, también de Suecia, Suiza y Francia en un conflicto que se ha cobrado más de 1.100 vidas desde que estalló a mediados de abril, informan fuentes de la ONU.
"Necesitamos que difundáis la verdad, para que el mundo deje de mirar hacia otro lado como ocurrió en el 36 en nuestra tierra. Seguro que pronto estoy de vuelta para seguir batallando por la Justicia y la Libertad", asegura Muñoz en la entrevista donde se define como republicano. Tanto que ha adoptado el sinónimo de Republikanieskt (Republicano), y así ha bautizado a un perro. "Muchos otros lo hicieron por la libertad de mi país en el 36, porque el mundo entero entonces miró hacia otro lado, y es algo que yo siempre critiqué, ya que nos supuso 40 años de dictadura franquista de GRAN opresión; en definitiva, por integridad con mis ideas de justicia social y libertad de los pueblos", concluye.
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