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Reivindicación de la clase media

Sánchez: "Ya está bien que siempre sea la clase trabajadora la que tenga que soportar la crisis"

Sánchez se refiere a la derogación de la reforma laboral.Foto: reuters_live
Miguel Ángel Noceda

Pedro Sánchez parece tener muy claro que “no hay nada más ideológico que la economía” y que “la política tiene que recuperar el espacio perdido en la economía”. O, dicho de otra forma, que es en la economía donde se juega el futuro del país y del Estado de bienestar. Y, por ende, su apuesta para retirar al PP del Gobierno. Seguramente por eso, este doctor en Economía se volcó en la materia en la primera parte de su discurso.

“¿Cómo se va a ganar la vida España?”, se preguntó Sánchez, que las dos veces que subió al atril este fin de semana (primero el sábado tras la aclamación y, después, ayer en la clausura) reivindicó la fuerza de la clase media como factor esencial para el futuro del país. La clase media, a la que apeló varias veces en el discurso, se ha convertido en columna vertebral de su programa, aún por rematar. “Ya está bien que siempre sea la clase media, la clase trabajadora, la que tenga que soportar la crisis”, subrayó.

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“España está castigada por la crisis y las recetas conservadoras”, atacó. “Es un país gobernado por gente que olvida poner las luces largas, un país frustrado, cansado y herido”, prosiguió antes de proponer a los militantes “ponerse manos a la obra y hacer la transición económica que recupere el Estado de bienestar”.

Toda una declaración de intenciones para un hombre cuyos retos parten de la falta de productividad, envejecimiento, endeudamiento, concentración del poder en los sectores estratégicos, desmantelamiento industrial, déficit tecnológico, formación profesional, escasez de empresas exportadoras... Es decir, los mismos males que tenía el país antes de la crisis y que propone solucionar con una alternativa que pueda recuperar ese Estado de bienestar forjado por la clase media.

A partir de ahí es donde busca esa alternativa económica “contra una derecha que desmantela los derechos sociales y provoca desigualdad” y que sea “defensora de los ciudadanos frente al poder de los oligopolios”. Pero Sánchez y su ejecutiva, en la que al final no hay tanto peso económico como se había previsto, están obligados a llenar las propuestas de contenido. De momento, se atrevió a proponer una depreciación del euro para potenciar las exportaciones (“no estaría de más”, dijo). El resto, que solo están planteadas, persiguen cambiar las decisiones de más calado del Gobierno del PP.

La serie no es corta y el desafío pasa por sustentar todos los compromisos: una reforma fiscal que “no castigue a las clases medias”; derogación de la reforma laboral, un guiño, otra vez. a las clases trabajadoras y a los sindicatos, de los que sabe que hicieron una huelga general a una reforma de Zapatero y no temblarán si se la tienen que hacer a él si llega el caso; recuperación de las energías renovables, que han perdido peso en la reforma eléctrica del PP; exigencias al sistema financiero para que se devuelvan todas las ayudas y que se garantice en el Parlamento que no se vuelva a repetir un rescate bancario como el pasado; impulso de la política tecnológica e industrial; vuelta de emigrantes...

Son propuestas previsibles, pero necesarias, que ponen el foco en los puntos neurálgicos que quería escuchar un auditorio proclive a aplaudir todas las propuestas que huelan a reivindicación de la izquierda y que fueron recibidas, incluso por los más críticos, con esperanza. Y que no quiere que tengan razón escépticos como el veterano militante socialista, presente en el congreso como oyente, que dejó esta píldora envenenada sobre la nueva ejecutiva: “Tienen mucha afición, pero deben demostrar que también tienen talento”.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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