Campaña de gestos y tensión soterrada
Los tres candidatos han incidido en el mensaje de transparencia y unidad
Pedro Sánchez se presenta ante los militantes como el candidato de la base. Eduardo Madina como el promotor del cambio y la modernidad. Y José Antonio Pérez Tapias como el aspirante de la bandera ideológica de la izquierda. Los tres coinciden en asumir, en distinto grado el discurso de la transparencia, la apertura, la regeneración, la unidad, la integración y la cordialidad.
El primero empezó en diciembre discretamente su recorrido por las sedes socialistas con la única perspectiva de preparar las primarias abiertas para elegir candidato a la presidencia del Gobierno que ya estaban convocadas para el próximo mes de noviembre. El segundo llevaba meses dejándose querer y formando equipo sin hacer ruido y en marzo dijo no a la propuesta de Carme Chacón para ser su número dos, con la idea de ir a las primarias abiertas. Y el tercero surgió por sorpresa desde una histórica corriente, Izquierda Socialista, que en los últimos años estaba arrinconada en el partido.
Los tres tuvieron que cambiar y acelerar el paso el 26 de mayo cuando Alfredo Pérez Rubalcaba anunció su retirada y la convocatoria de un congreso extraordinario para finales de julio.
La campaña de Pedro Sánchez
- Recorrido. Según su equipo ha hecho unos 60.000 kilómetros, con 50 actos, incluyendo uno en París como guiño al partido en el exterior. Ha concedido más de 100 entrevistas y se ha relacionado con 70.000 personas.
- Redes. Ha tenido más de 100.000 menciones al hashtag #AhoraPedro en los últimos 30 días. Una media de nueve millones de impactos diarios en redes, 1,2 millones de perfiles de audiencia diaria, y 27.760 seguidores en la cuenta oficial.
- Equipo. José Luis Fernández (Chunda), Teresa Cunillera, Guzmán Garmendia y Félix Bolaños.
Ese mismo día empezó la campaña que siguió con la renuncia de Chacón a volver a concurrir en un congreso. Continuó con el órdago decisivo de Madina al enfrentarse a los barones regionales y al resto de la dirección pidiendo públicamente que no se eligiera en congreso con delegados, sino por votación directa de los militantes. Luego ha exhibido ese gesto durante toda la campaña como su principal mérito político por haber forzado a la estructura del partido a ese cambio histórico.
El objetivo de sus mensajes en este caso es un cuerpo electoral muy determinado y sensible al sentimiento y patriotismo de partido, pero imprevisible porque no hay precedentes para comparar. Por eso ha sido sobre todo una campaña de gestos, como las noches de Sánchez en casa de militantes de toda España. Y de sentimientos como los que ha intentado remover Madina en estos días. El siguiente hito que ha marcado la campaña es la recogida de avales. Sánchez se ganó la etiqueta de favorito y Pérez Tapias se metió por sorpresa en la carrera.
Y el tercer acontecimiento público es el primer debate que se celebraba entre miembros del mismo partido. Hora y media de intercambio de exposiciones centradas en el futuro del partido, Cataluña y una especie de puja en propuestas de regeneración y contra la corrupción. Un formato improvisado y pionero para una situación nueva y limitada por la obligación de evitar un cuerpo a cuerpo directo y las descalificaciones mutuas y la limitación de lo que se supone una posición ideológica similar. Todo ese proceso y la campaña se mantiene en público con la cordialidad y las invocaciones al juego limpio propias de compañeros de partido, pero con la tensión soterrada propia también de compañeros de partido. Los entornos manejan las luchas subterráneas, bajo la apacible superficie. Por ejemplo, tras los primeros escarceos por la forma de elección llegó la batalla de los avales: tras conocerse la holgada victoria de Sánchez en la recogida, Madina pidió que se hiciera pública la procedencia de cada uno. Públicamente no pasó de ahí, pero desde su entorno se dejó caer la idea de que los aparatos territoriales, los que conservan el poder en el partido, y especialmente el de Andalucía se habían movilizado en apoyo de Sánchez. La petición de Madina llevaba implícita y dejaba en el aire la interpretación de que el aval es público y, por tanto, influenciable, mientras que el voto de hoy será secreto, individual y, sobre todo, imprevisible.
La campaña de Eduardo Madina
- Recorrido. Sólo le han quedado por visitar Baleares y Cantabria. Madina ha estado en todo el resto de comunidades durante la campaña y precampaña.
- Redes. Su cuenta personal (@EduMadina) tiene 97.255 seguidores. Ha utilizado etiquetas como #VanmosConMadina y #VotaMadina. El viernes hizo una entrevista en Twitter con ciudadanos con el hashtag #PreguntaAMadina. Ha tenido apoyo de expertos en comunicación en redes como César Calderón.
- Equipo. Imma Aguilar, Daniel Bardavío y Bernardino León.
Y en el propio debate del lunes hubo una apariencia de cordialidad bajo la que se ocultaron golpes apenas perceptibles, sobre todo entre Sánchez y Madina. Por ejemplo, la disputa por la paternidad del modelo “un militante un voto”; la contraposición entre quien dijo estar fuera de la política hace año y medio y quien lleva 17 años de actividad y los reproches soterrados por deslices a propósito de la política territorial, como que Sánchez habló en campaña de “naciones” y luego rectificó hacia nacionalidades y Madina en algún momento dio a entender que apoyaba una consulta solo en Cataluña y posteriormente matizó.
La tensión siguió porque Madina rechazó expresamente en el debate la presencia de políticos en los órganos de las cajas de ahorros y tres días después Elconfidencial publicó que Sánchez, en su condición de concejal, formó parte de la asamblea de Caja Madrid. Nadie en público acusó directamente a nadie, pero Sánchez pidió juego limpio mientras negaba haber tomado decisión alguna sobre la caja de ahorros, desde un puesto inherente al de concejal. Los entornos hicieron su parte bajo la mesa.
Ese mismo día, el Congreso fue la muestra perfecta de la campaña de gestos y de la tensión soterrada. Primero porque el día empezó con un desayuno informativo con Madina, secretario general del Grupo Socialista, al que todos los diputados fueron convocados por SMS. Luego Sánchez hizo el gesto de preparar la foto en las escaleras del Patio del Congreso con una treintena de diputados como demostración de fuerza en el teórico feudo de su rival, el Grupo Parlamentario.
Madina respondió con la foto buscada en el Salón de los Pasos Perdidos en charla prolongada con uno de los referentes del PSOE, Alfonso Guerra. Todo ello entre gestos visibles de tensión entre los que apoyan a cada candidato, un despliegue en el Congreso de los equipos de los dos aspirantes y entre ellos mismos una enorme distancia física y afectiva que les llevó a evitar coincidir y ni mirarse siquiera.
La campaña termina con el reconocimiento de los tres candidatos a la neutralidad de lo que queda del aparato de Ferraz, dirigido por Óscar López.
La campaña de J. A. Pérez Tapias
- Recorrido. Ha intervenido en 52 actos (27 antes de la entrega de avales) por toda España y ha hecho 70 entrevistas en diferentes medios, según su equipo.
- Redes. Desde la cuenta oficial de apoyo @arg-socialistas se escribieron hasta ayer 5.864 tuits y 1.081 seguidores, más una lista de 35 cuentas de apoyo territoriales. La cuenta oficial enlaza a su blog argumentosptapias.blogspot.es. El propio Pérez Tapias tienen una cuenta personal en Twitter con 14.956 seguidores y 40.435 tuits. Ha usado etiquetas como #TapiasOtroPSOE y #VotaTapias. Desde esas cuentas han distribuido vídeos del candidato. Apoyo activo en Twitter de diputados con presencia en las redes como Odón Elorza.
- Equipo. Mercè Perelló, Beatriz Talegón, Vicent Garcés, Rocío Cervera, Juan Antonio Barrio y los voluntarios.
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