Gabo, Europa y los francotiradores de Kiev
Cuando Gabriel García Márquez terminó su discurso en la Academia Sueca el 8 de diciembre de 1982, con ocasión de la entrega del premio Nobel de Liberatura, el público se quedó con un mensaje crítico con Europa y los europeos, algo que tiempo después reflejaría la hispanista, ensayista y pedagoga sueca Inger Enkvist.
Gabo, en efecto, desmitifica a Europa. Pero no lo hace echando balones fuera. No desarrolla una teoría de la conspiración. Ni en referencia a España, ni respecto a Europa en general.
"La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia", afirma.
Y sobre la fuente de los males enfatiza: "No: la violencia y el dolor desmesurados de nuestra historia son el resultado de injusticias seculares y amarguras sin cuento, y no una confabulación urdida a 3 mil leguas de nuestra casa".
A continuación, explica: "Pero muchos dirigentes y pensadores europeos lo han creído, con el infantilismo de los abuelos que olvidaron las locuras fructíferas de su juventud, como si no fuera posible otro destino que vivir a merced de los dos grandes dueños del mundo".
Gabo habla de los dos dueños de entonces: Estados Unidos y Unión Soviética.
Reflexionemos: esta es la realidad que García Márquez describe en 1982, una realidad que siete años después, con la caída del muro de Berlín, en 1989, y la desintegración de la Unión Soviética, en 1991, va a a sufrir un cambio de dimensiones históricas.
Y he aquí que esa realidad se metamorfosea y el mundo bipolar aparenta resucitar en...Ucrania.
García Márquez protesta: "Tal vez la Europa venerable sería más comprensiva si tratara de vernos en su propio pasado..."
Intenta ser positivo: "Pero creo que los europeos de espíritu clarificador, los que luchan también aquí por una patria grande más humana y más justa, podrían ayudarnos mejor si revisaran a fondo su manera de vernos..."
Todo esto viene a cuento de Ucrania.
¿Dónde están los europeos de "espíritu clarificador que luchan", según apunta Gabo, "por una patria grande más humana y más justa"?
Al grano: han pasado más de dos meses ya desde la matanza de la plaza de la Independencia (Maidán).
La mayor parte del centenar de muertos durante las movilizaciones fueron asesinados el 20 de febrero de 2014 en la calle Instituto por francotiradores apostados en las azoteas de diversos edificios.
¿Quiénes eran? ¿Quiénes estaban detrás de esos profesionales?
El entonces presidente Yanukóvich, responden los dirigentes que se han hecho con el poder en Kiev.
¿Pruebas?
Se está investigando.
Pero para el nuevo Gobierno y el máximo responsable de esa investigación no hay dudas. El nuevo fiscal general es Oleg Majnitski. Pertenece al partido ultranacionalista de derecha Svoboda (Libertad). Según ha dicho, hay doce agentes de seguridad arrestados por estos hechos.
El 20 de febrero han muerto alrededor de 75 personas en los enfrentamientos de la plaza. Yanukóvich y la oposición negociaban, en medio de la matanza, un acuerdo bajo la supervisión de los ministros de Asuntos Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier; de Polonia, Radoslaw Sikorski; de Francia, Laurent Fabius; y del representante ruso para los Derechos Humanos, Vladimir Lukin.
El pacto se sella: contempla la formación de un gobierno de unidad nacional, se anticipan las elecciones y se impulsa una reforma constitucional para limitar los poderes presidenciales.
Sin embargo, este acuerdo queda en agua de borrajas casi automáticamente ante la magnitud de masacre. Yanukóvich huye rumbo a Rusia. El nuevo Gobierno de facto acusa a su predecesor de organizar, a través de los organismos de seguridad, Berkut, la masacre del 20 de febrero.
El 25 de febrero, el ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, Urmas Paet, viaja a Kiev para recoger información directa sobre la situación.
La matanza está fresca.
Paet, un hombre de acreditada trayectoria contraria a Rusia, regresa a su país después de mantener diversas entrevistas en la capital ucraniana durante veinticuatro horas. Llama a Bruselas para presentar un informe de lo que ha visto y ha oído. Mantiene el 26 de febrero una amplia conversación telefónica con Catherine Ashton, jefa de la diplomacia de la Unión Europea, para darle cuenta.
El 5 de abril, se filtra la grabación.
"Toda las evidencias muestran que personas de ambos bandos, policías y ciudadanos en las calles, que han resultado muertas, eran los mismos francotiradores que mataron a gente de los dos bandos...Las fotos que me han aportado muestran esta práctica, el mismo tipo de balas, y es realmente desconcertante que ahora la nueva coalición no quiera investigar lo que exactamente ocurrió", explica Paet.
Ashton escucha sin interrumpìr.
"Así que ahora existe una idea cada vez más fuerte de que detrás de los francotiradores no estaba [el presidente depuesto} Yanukóvich sino alguien de la nueva coalición", dice Paet, quien da cuenta que una de las personas con las que ha hablado es la doctora ucraniana Olga Bogomolets.
"Creo que sí queremos investigar. Quiero decir, yo no he recogido eso, es interesante. Dios mío", responde Cahterine Ashton.
"Esto ya desacredita a la nueva coalición", enfatiza Paet.
Olga, la persona que cita Paet, es el rostro del dolor de la Plaza Maidán. El 20 de febrero, ella se encuentra atendiendo heridos en el hotel Ucrania.
En las fechas de la filtración se reúne el Consejo Europeo en Bruselas para analizar la situación en Ucrania. El 6 de marzo, en la rueda de prensa posterior se le pregunta a Angela Merkel por los francotiradores. Flota en el ambiente la conversación entre Paet y Ashton. La canciller alemana señala que es necesario investigar los hechos, el origen de los disparos y las responsabilidades de la acción.
La prensa ucraniana, al conocer la grabación, se pone en contacto con la doctora Bogomolets.
"Durante la confrontación en Kiev, no tuve acceso a los policías que murieron y, por tanto, no he podido dar ninguna información sobre la naturaleza de las heridas", explica a Ucrania Pravda. "Soy una doctora, no un médico forense que ofrece este tipo de diagnóstico", añade.
El nuevo gobierno, según se ha apuntado, mantiene abierta una investigación sobre los francotiradores.
Mientras, el pasado 10 de abril, la televisión pública alemana ARD emite a través del programa Monitor un reportaje especial sobre los hechos del 20 de febrero en la plaza de la Independencia.
En su comunicado de prensa donde anuncia el programa, Monitor señala: "De acuerdo con investigaciones parece improbable que los disparos sobre los manifestantes provinieran exclusivamente del lado del viejo régimen". Agrega esta pregunta: "¿Han terminado los opositores radicales por disparar para producir el caos y culpar a Yanukóvich?".
Monitor concentra la investigación en el hotel Ucrania, que estaba el 20 de febrero bajo control de la oposición, encargada de vigilar la entrada.
El reportaje desvela el tráfico de conversaciones por radio, captado por un radioaficionado, entre francotiradores de las fuerzas de seguridad del regimen de Yanukóvich, apostados en varias azoteas de edificios del centro de la ciudad. Es el 20 de febrero. Uno de ellos pregunta a sus compañeros:
-Eh..tíos, están por allí, a la derecha del hotel Ucrania. ¿Quién está disparando?. Nuestra gente no dispara sobre civiles desarmados. Tíos hay un francotirador que me está apuntando. ¿A quién está apuntando desde la esquina? Cuidado".
Muy poco después, otra persona dice: "Alguien le ha disparado. Pero no somos nosotros. ¿Hay más francotiradores por allí? ¿Y quiénes son?"
Entre los videos presentados en Monitor se puede ver que entre los manifestante movilizados en la calle Instituto hay algunos con disparos que han venido no solo del frente, esto es, desde los edificios gubernamentales, sino también de detrás. Uno de los testigos entrevistados, llamado Nikola, dice: "Sí, el día 20 nos dispararon por detrás, desde el hotel Ucrania, desde la octava o novena planta. Había gente de pie allí que nos disparaba al tiempo que nos disparaban desde la otra dirección".
Un médico que trató a heridos de las dos partes dice en cámara que "las víctimas que hemos asistido tenían el mismo tipo de balas y de heridas". Aclara: "Me refiero a las balas que hemos extraído de los cuerpos durante las operaciones. Eran identicas. No puedo decir más".
El reportaje también cita el punto de vista de un miembro importante del comité de investigación oficial, que prefiere permanecer en el anonimato.
"Los resultados de mi investigación no concuerdan con los del fiscal general [Majnitski], dice.
Tampoco los abogados de las familias de las víctimas creen que la investigación vaya a aclarar los hechos. "Ninguno de nosotros ha podido obtener información sobre lo que se investiga. Y si usted me pregunta, hay una razón simple para ello: no se está investigando correctamente. Como abogado de las víctimas le digo que el fiscal general no está investigando correctamente. Están encubriendo a su propia gente, Son tan partidistas como antes".
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