¿Están ustedes mejor?
Puesto que hay consenso en que el debate sobre el estado de la nación abre la larga contienda electoral (europeas, municipales y autonómicas y generales) y dada la confirmación de dicho consenso a la vista de las propuestas - sin precisar- del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuya vocación electoralista parece evidente, cabe preguntarse si el Partido Popular puede recuperar a aquellos sectores desencantados con su balance de dos años.
La cita electoral más próxima es las elecciones europeas del 25 de mayo. La siguiente es la de las municipales y autonómicas de mayo de 2015 y, finalmente, llega el turno de las elecciones generales de finales de 2015.
Pero Rajoy ha decidido, desde hace muchos meses, que la recuperación económica le permite al PP sostener que lo peor de la crisis económica y social ha pasado y que hoy los españoles ya están mejor que en diciembre de 2011.
En cierto modo, esta estrategia es la traslación de uno de los debates más clásicos en la historia política contemporánea, el que sostuvieron en televisión el presidente saliente Jimmy Carter y su desafiante, el actor de Hollywood, Ronald Reagan, el 28 de octubre de 1980.
En aquella oportunidad, al terminar el debate, Reagan se dirigió a los norteamericanos para preguntarles si sus vidas habían mejorado durante la Administración Carter.
"El próximo martes todos ustedes van a ir a votar y se detendrán ante las urnas para tomar una decisión. Creo que al adoptar la decisión sería bueno que se preguntasen a ustedes mismos: ¿están ustedes mejor ahora que hace cuatro años?, ¿es más fácil para ustedes ir a la compra ahora que hace cuatro años?, ¿hay más o menos desempleo en el país de lo que había hace cuatro años?, ¿se respeta a Estados Unidos tanto como antes?, ¿siente usted que nuestra seguridad está a salvo, que estamos tan fuertes como hace cuatro años? Si contestan que sí, la respuesta a quién van a votar es obvia [dirigiendo la mirada a Carter]. Si no están de acuerdo, si no desean que la trayectoria de los últimos cuatro años no se repitiese en los próximos cuatro, entonces, puedo sugerirles la otra opción".
Han pasado dos años largos desde que Rajoy se hiciera cargo del Gobierno. Una Gran Depresión como la que vive España, que es producto de la mayor conmoción de la economía internacional desde los años treinta, no se puede resolver en dos años. Pero es que Rajoy y su equipo de colaboradores, con la excepción de uno de ellos, el ministro de Economía Luis de Guindos (que por cierto no consideró oportuno hacer un hueco en su agenda de viajes para asomarse al banco azul), venden precisamente eso.
Rajoy empezó su primer debate del estado de la nación, el 20 de febrero de 2013 así: "Cinco millones novecientos sesenta y cinco mil cuatrocientos. Esta cifra, por sí sola, refleja el aspecto más duro y dramático de la situación social y económica por la que atraviesa España. Representa el número de personas -4.743.000 españoles y 1.222.000 inmigrantes- que cada mañana se enfrentan a la dura realidad del paro. Más del 26% de nuestra población activa no encuentra empleo y a más del 50% de nuestros jóvenes, les ocurre lo mismo".
El presidente del Gobierno, hábilmente, no se refirió a su punto de partida, la herencia recibida de Zapatero: 5.273.600 personas en paro a 31 de diciembre de 2011.
O una tasa de paro del 22,85%
Si hubiese repetido la idea, ahora tendría que haber empezado así: 5.896.300 parados. O una tasa del 26,03%
Pero por no hacerlo, tampoco citó la cifra exacta de paro. Se refirió a la estadística de paro registrado con la afirmación de que en diciembre de 2013 había disminuído en alredededor de 122.000 personas respecto a diciembre de 2012.
Parece que la cifra de caída anual de 69.000 personas que arroja la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2013 le parece poca cosa. Pero es que da la casualidad que es la única homologada internacionalmente. La única que vale en la Eurozona y en la Unión Europea. Se hace con la metodología de Eurostat, el sistema estadístico comunitario.
Y cuando luego habla de paro siempre se refiere a que en España hay "más de 5,5 millones de parados". Pero es que tenemos la cifra. No es un secreto. A 31 de diciembre de 2013, repetimos, el dato es 5.896.300 personas.
Eso sin hablar de la caída de la población activa, es decir, de las personas que tienen trabajo y que intentan encontrar alguno.
Tampoco hay referencia en su análisis macroeconómico inicial a la reducción/moderación de los salarios, al descenso del crédito, que sigue su curso en España y en toda la Eurozona, o a que la inversión en actividades productivas continúa agónica (a pesar de las medidas de oferta adoptadas para animar a las empresas a invertir) y a que la evolución de los precios refleja presiones deflacionistas preocupantes.
Lo mismo con la prima de riesgo. Se ha reducido, pero Rajoy toma como referencia los 637 puntos básicos del 24 de julio...de 2012.
¿Quién estaba en el Gobierno? ¿Quién gestionó la crisis de Bankia?
Rajoy heredó una prima de 336 puntos (3,36%), según el cierre del 21 diciembre de 2011. Y precisamente la gestión de la crisis de Bankia (cuyo dramatismo quedó patente con la ejecución de Rodrigo Rato, ex vicepresidente del gobierno de Aznar, el 7 de mayo de 2012) la llevó hasta prácticamente... el doble (637 puntos básicos o 6,37%).
Por cierto, algunos de los periódicos que ha citado Rajoy para ilustrar la gravedad de la situación financiera española se refieren a mediados de 2012 y no a 2011.
Pero, a pesar de su reducción, la prima de riesgo de España (y de Italia) sigue siendo elevada. El mecanismo de transmisión de la política monetaria del BCE no termina de estar "reparado", que diría Mario Draghi.
Todo esto es lo que configura una recuperación frágil y tenue, bajo la cual la devastación social en lugar de mitigarse se agrava. ¿Exageración? La tasa de desempleo media en España es del 26,03% con regiones muy por encima de esa cifra; y los otros efectos de la devastación son el paro de larga duración, el de los jóvenes y el aumento del núumero de familias con todos sus miembros en paro.
Rajoy, siguiendo el argumentario de sus asesores, confía en la economía del goteo o lo que en Estados Unidos se conoce como trickle down economics, según la cual los beneficios que obtienen las empresas (por ejemplo, a través de la reforma laboral) contribuirán a catapultar el crecimiento y aliviar así la situación de los sectores más pobres.
De momento no es así. Esa es la razón, por ejemplo, por la que el Gobierno va a aprobar una nueva bonificación, despùés de haber cancelado las ya existentes, para promocionar empleo indefinido, que cae en términos interanuales, según la EPA del cuarto trimestre de 2013. La medida reconoce, implícitamente, el fracaso de uno de los presuntos objetivos de la reforma laboral.
La reimplantación de bonificaciones (en este caso la llamada tarifa plana) es una idea ocurrente. Como hemos apuntado, los contratos indefinidos han caído en términos interanuales en 2013 respecto a 2012 en el número de 269.500. Pero, atención, en el cuarto trimestre de 2013 se incrementaron en 45.000 respecto al tercer trimestre. Con esta medida, el Gobierno se reafirma en la ilusión de aplicar nuevas medidas de oferta para tonificar una economía anémica.
Los asesores de Rajoy, pues, quieren darle más alas a esa subida intertrimestral con una bonificación.
La EPA del primer trimestre de 2014 se conocerá el 29 de abril, prácticamente a días del inicio formal de la campaña de las europeas del 25 de mayo. Y no parece que en un trimestre estacionalmente malo se vayan a mejorar los datos del cuarto trimestre de 2013.
La campaña electoral, pues, ha tenido su pistoletazo de salida. Pero hay mucho tiempo por delante. La recuperación del PP para evitar una derrota electoral el 25 de mayo de 2014 no será fácil.
La teoría del goteo se pone a prueba.
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