Desmesura frente a la nada
La reacción de los dirigentes del PP ha sido una prolongación del “tú te callas” de Valladolid
Sabemos por María Dolores de Cospedal que la sociedad española tiene que optar entre el PP y la nada. La frase es una estupidez, a la que no habría que prestarle más importancia, si no fuera por la enorme cantidad de poder de la que el Partido Popular dispone y de las consecuencias que pueden derivarse del ejercicio de ese poder frente a todo lo que en la sociedad española no se siente representado por dicho partido, frente a los que persisten en la opción por la nada.
Viene a cuento está introducción de la reacción que se ha producido por parte de la dirección del PP ante el auto de archivo dictado por una Sala de la Audiencia Provincial de Madrid de las actuaciones instadas por la Fiscalía por el escrache en las puertas del domicilio de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
El auto de la Audiencia carece de relevancia jurídica. Jurídicamente es casi nada. Es un auto que confirma la decisión tomada por un juez de primera instancia hace unos meses y que se limita a hacer suya la doctrina del Tribunal Constitucional aplicada de manera general por distintos órganos judiciales en todo el Estado. Cantabria, Aragón, Barcelona, Valencia. Lo relevante en este caso es el empecinamiento del ministerio fiscal en recurrir el auto de archivo del juez de primera instancia, de hacerlo extemporáneamente, con lo que ha puesto de manifiesto su desidia, y de hacerlo contra toda lógica, lo que conduce a que la Sala lo someta a la humillación de darle, en los fundamentos jurídicos, una lección de Derecho Constitucional de las que se imparten a los alumnos de la licenciatura.
Y sobre todo, la desmesurada reacción de algunos de los máximos dirigentes del PP. Nada menos que el ministro de Justicia, el portavoz del Grupo Parlamentario del Congreso, el presidente de la Comunidad de Madrid y la expresidenta y presidenta del partido en Madrid han reaccionado frente al auto y lo han hecho de manera inaceptable.
No porque no se puedan criticar las decisiones judiciales, sino porque no se puede hacer faltando a la verdad. El auto no ha sido dictado por una jueza “socialista”. Ha sido dictado por un órgano colegiado, que ha confirmado la decisión de un órgano unipersonal. Cuatro jueces han intervenido en este asunto y todos han coincidido. Y en la fundamentación jurídica hay coincidencia con todos los jueces que han tenido que pronunciarse sobre este asunto en todo el territorio del Estado.
La reacción de los dirigentes del Partido Popular ha sido una prolongación del “tú te callas” de Valladolid. Quien no se reconoce en el PP es la nada y la nada no tiene derecho a nada. El líder del primer partido de la oposición no puede criticar al Gobierno. Los ciudadanos que no votan al PP no pueden ejercer el derecho de reunión y manifestación. Los jueces no pueden reconocer el ejercicio de tal derecho... Esto es lo que tiene que hacer encender todas las alarmas.
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