Bauzá pierde a Carlos Delgado, el consejero balear más polémico

Se trata de una baja muy importante en el Gobierno de Baleares del José Ramón Bauzá, del PP. El consejero de Turismo desde 2011, el abogado Carlos Delgado que fue alcalde de Calvià durante ocho años, abandona el cargo a mitad del mandato “por motivos personales" que no ha querido detallar. Le sucede el que era el director general de Turismo Jaime Martínez, arquitecto de profesión.

El presidente autonómico ha señalado que la baja era “una decisión pactada”. Delgado, controvertido por su discurso cultural y sus acciones liberalizadoras en el terreno turístico y urbanístico, era la figura de mayor peso público del Gabinete. Está siendo investigado judicialmente desde hace meses a raíz de una querella del PSOE por antiguas concesiones de la radio municipal de Calvià. Desmereció el informe de la Guardia Civil al equipararlo a un trabajo propio de "Torrente". Tuvo que cesar a la que ahora es su mujer, periodista, tras haberla colocado como asesora de su departamento, en un cambio de destino.

“No necesitamos de la política para vivir, no somos políticos profesionales, procedemos de la vida privada”, ha proclamado con Delgado el presidente Bauzá, farmacéutico que también llegó a la vida pública de primer nivel siendo alcalde, en este caso de Marratxí. Bauzá fue adversario en el PP de Delgado cuando se enfrentaron en un congreso regional en el que ganó de siete a tres el actual presidente balear, quien fichó al perdedor para su equipo y asumió casi todas sus tesis políticas.

El jefe del Gobierno indicó que desde junio de 2013 sabía que la renuncia era inevitable. Delgado se va y proclama que la consejería que deja es la “más importante” y que Bauzá “es el mejor presidente de la historia de Baleares”. Él entró en política de la mano de Jaume Matas, que le nombró director general en la consejería Presidencia. Ahora regresa un bufete de abogados de Palma del que es "propietario" y su familia que "le reclama".

Polémico, dentro y fuera del PP por su estilo personal y la expresión de sus posiciones, Carlos Delgado batalló, en especial, contra las anteriores políticas educativas y de normalización del catalán. Nunca se arrugó ante la lluvia de ataques de los sectores nacionalistas e independentistas. Tampoco se arredró cuando se divulgaron en medios baleares y en la red, una imagen privada de su antiguo archivo familiar en la que aparece con los testículos de un ciervo sobre la cabeza, en el curso de una jornada de caza mayor.

En el último pleno del Parlamento, Delgado exhibió entre sus manos una bandera española como funda de su teléfono móvil. Ocurrió mientras se aprobaba la ley de símbolos del PP que multará con 10.000 euros la exhibición de la bandera catalana en las escuelas. La exhibición de la enseña histórica de cuatro barras alude a la defensa de la lengua catalana y de rechazo a la política cultural y educativa del PP como se extendió en la pasada huelga en las escuelas, en septiembre y octubre.

El Gobierno de Bauzá ha perdido desde 2011 a los que fueron sus pesos pesados iniciales: además del abandono de Delgado, fueron destituidos el consejero de Cultura y profesor del presidente, Rafael Bosch, y el vicepresidente José Ignacio Aguiló, entre otros cambios en las consejerías de Sanidad y la creación de dos nuevas.