El PP vota en contra de suprimir las donaciones de empresas a partidos

Tampoco podrá ser en esta ocasión y habrá que esperar a que el Gobierno haga uso de su mayoría para traer al Congreso la reforma de la financiación de los partidos políticos. El PSOE ha tratado sin éxito de que se aborde de inmediato la supresión de las donaciones de las empresas a las fuerzas políticas, al hilo de las investigaciones judiciales que establecen un hilo conductor entre donaciones al PP y la adjudicación de contratos u obras a las empresas donantes. Los socialistas han tenido el apoyo de Izquierda Plural, UPyD, UPN, Amaiur y el BNG, para que se tomase en consideración su proposición de ley y, a partir de la misma, abrir el debate y las aportaciones. Tanto CiU como PNV han mostrado su desacuerdo con “iniciativas unilaterales” y el PP ha apelado, para argumentar su no, a las reformas que llevará el Gobierno a la Cámara. Este debate ha puesto de manifiesto la alarma de la mayoría de los partidos ante el recorte que ya sufren en sus subvenciones, al que se pretende añadir el fin de las donaciones de las empresas.

No ha salido adelante esta iniciativa del PSOE, pero se está a la espera de que el Gobierno traiga su propia propuesta en la que, en principio, se coincidiría en la necesidad de suprimir las donaciones de las empresas privadas a los partidos. Pero de fondo, partidos de diferente significación política han llamado la atención sobre la necesidad de analizar con profundidad, con serenidad y al margen de la presunta financiación ilegal del PP, cómo se van a financiar las fuerzas políticas, base del sistema democrático español, como lo quiso la Constitución de 1978. “No habría que actuar como fruto de un calentón por el caos de las cuentas del PP, aunque si se confirma será un auténtico escándalo”, ha afirmado el portavoz del PNV, Aitor Esteban, tras anunciar su abstención. Pero el dirigente peneuvista quería plantear un dilema: “SI la financiación pública baja y se suprimen las donaciones privadas, algo habrá que hacer para equilibrar las cuentas”.

De fondo subyace la desazón en la que entraron los partidos cuando en 2012 el PP impuso el recorte del 20% en la financiación pública de los partidos, lo que ocasionó un perjuicio grande. En este asunto es en el que ha entrado el portavoz socialista, Ignacio Sánchez Amor. “Nosotros entramos como panolis al recorte; tuvimos que despedir dolorosamente a muchos de nuestros trabajadores, y muchos partidos tuvimos problemas para hacer frente a nuestras obligaciones con la Seguridad Social que ustedes obscenamente sacan en la tribuna”. Esta alusión no es por el PSOE sino por Izquierda Unida, que hace frente con dificultad a los pagos que tiene pendientes. “Claro, ustedes rebajaban a los demás la financiación pero no les afectaba porque tenían financiación B y sobresueldos”, ha concluido el diputado socialista.

Sí, el caso Bárcenas está en el fondo de la propuesta, así como las últimas imputaciones a empresarios que presuntamente han donado al PP más de los 100.000 euros anuales que permite la ley actual. En el terreno de la abstención se ha colocado también Jordi Jané, de CiU, para quien el asunto requiere acuerdo y consenso, por lo que no debe hacerse a través de una propuesta unilateral de los socialistas.

Sí han estado por la labor de afrontar el debate de la supresión de donaciones Carlos Martínez Gorriarán (UPyD) – muy partidario de fomentar e incrementar la financiación de los partidos por los ciudadanos -, Ricardo Sixto (de Izquierda Plural), Rafael Larreina (Amaiur) y Carlos Salvador de UPN. Pero no será posible hasta que el Gobierno quiera y traiga su plan de regeneración democrática. El Grupo Popular “pondrá una silla a cada fuerza política para iniciar el diálogo”, ha invitado Pilar Cortés en nombre del Grupo Popular.