El PP busca una fórmula para acudir a la protesta y no desairar a las víctimas
Rajoy no logra aplacar el malestar de las víctimas tras el fallo de la ‘doctrina Parot’ La presidenta de la AVT muestra su malestar a la salida del encuentro "Estamos muy dolidos, muy enfadados", asegura Ángeles Pedraza Dice que Rajoy está "muy sorprendido" por la unanimidad en Audiencia Nacional sobre Del Río
El Gobierno y la dirección del Partido Popular llevaban semanas preparando el terreno para hacer frente a la tensión con las asociaciones de víctimas. Pero la sentencia del Tribunal Europeo de Derecho Humanos que anula la doctrina Parot precipitó ese pulso, y Mariano Rajoy ha fracasado este miércoles en el intento de rebajar la tensión con vistas a la manifestación convocada por la AVT para este domingo. Los principales dirigentes nacionales del partido mayoritario y varios miembros del Ejecutivo se emplean desde el lunes en lanzar un mensaje inequívoco de apoyo a los afectados, aunque el mantra “estamos con las víctimas” chocó con la convocatoria de esa protesta contra el fallo del tribunal de Estrasburgo que ni el Gobierno ni el PP están en condiciones de apoyar oficialmente, puesto que no pueden pronunciarse contra la ley y una sentencia. El PP busca ahora una fórmula para que la dirección nacional y la estructura del partido —esto es, Génova, 13— también estén representadas en la marcha. A falta de conocer el lema de la protesta, la formación estudia el formato de su participación en esa concentración y los posibles nombres, entre los que podría contarse algún vicesecretario como el responsable de Estudios y Programas, Esteban González Pons, o Carlos Floriano, número tres de los populares.
Para tratar de rebajar la tensión, Mariano Rajoy se vio obligado a improvisar una reunión en La Moncloa con la AVT y la Fundación de Víctimas del Terrorismo. El presidente del Gobierno se reunió por separado primero con la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, y después con María del Mar Blanco. Tras varios contactos discretos entre la dirección del PP y el primer colectivo para conocer el alcance y el lema de la manifestación que prepara para el domingo en Madrid, el Ejecutivo optó por escenificar el acercamiento con un encuentro de carácter oficial.
El presidente no logró, sin embargo, desactivar a Pedraza, quien tras rechazar utilizar las instalaciones de La Moncloa para atender a los medios —pese al doble ofrecimiento del Gobierno—, hizo hincapié en el malestar y en el enfado de las víctimas. En su opinión, el Ejecutivo no se esforzó lo suficiente para evitar esa sentencia. “Se podía haber hecho más”, le reprochó al jefe del Ejecutivo en una reunión en la que, sin embargo, no se abordó directamente la marcha. Según Pedraza, sí habló de la sorpresa del Gobierno ante la unanimidad alcanzada en el pleno de la Audiencia Nacional para excarcelar a la etarra Inés del Río.
En cualquier caso, la presidenta de la AVT no consiguió arrancar ningún compromiso a Rajoy. Fuentes oficiales precisaron que el presidente se limitó a explicarle que se habían agotado todas las vías para evitar la sentencia, que se consideraba que la doctrina Parot había sido buena y le garantizó que se extremará la vigilancia ahora, tras las excarcelaciones.
“Estamos muy dolidos y muy enfadados”, enfatizó Pedraza minutos después de reunirse con el jefe del Ejecutivo. Y se reafirmó a través de Twitter con una llamada a manifestarse. “Este domingo todos a la Plaza de Colón para pedir Justicia. Para estar con las víctimas. #YoVoyJusticia27O ¡Allí os esperamos!”, escribió.
El apoyo a la manifestación, que ya divide al PP y ha provocado una rebelión de los principales dirigentes del partido en Madrid, corre el riesgo de ahondar además la fractura interna del partido. La dirección nacional, que este miércoles aún no había manifestado una postura oficial sobre la marcha, se verá abocada a un juego de equilibrios. De un lado están Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, principal barón del partido, la presidenta regional de la formación, Esperanza Aguirre, y la alcaldesa de la capital, Ana Botella. El apoyo a la manifestación provocó un desmarque inicial respecto de la postura de los principales dirigentes del partido en Madrid. La dirección nacional, que este miércoles aún no había manifestado una postura oficial sobre la marcha pero ya estudiaba cómo acudir, se vio abocada a un juego de equilibrios. En la cúpula se dudaba de la oportunidad de acudir a una convocatoria de estas características si reclama el rechazo al fallo de un tribunal europeo y, por tanto, ir contra la ley.
Los tres acudirán a la protesta en contra del criterio más extendido, hasta este miércoles, en la dirección nacional del partido y del Gobierno. Es decir, aunque el PP se solidariza con las víctimas no podrá asistir a una convocatoria si esta reclama rechazar un fallo de un tribunal europeo y, por tanto, ir contra la ley. El propio ministro del Interior, Jorge Fernández, reconoció en los pasillos del Congreso que el Gobierno de Mariano Rajoy “no tiene ningún margen de maniobra”, aunque le “repugnen” las consecuencias de la doctrina. Y, a falta de una decisión oficial y de conocer el lema de la protesta, el miércoles algunos cargos apuntaban a que probablemente la cúpula y la estructura de Génova, 13 también podría estar representada en la manifestación por algún dirigente que acuda a título personal. La número dos del partido, María Dolores de Cospedal, fue muy clara el martes en una reunión con los senadores populares: “La sentencia provoca repulsa al PP, pero hay que cumplirla”.
La decisión de González, Aguirre y Botella no responde, en cualquier caso, a una estrategia conjunta, aunque los tres llevan meses tratando de marcar un perfil propio dentro del partido. La presidenta del PP de Madrid ya anunció su asistencia el martes por la tarde. Este miércoles se sumaron el presidente regional, que necesita adquirir aún su propio perfil político, y la alcaldesa y esposa del expresidente José María Aznar.
Botella afirmó que acudirá dentro un acto municipal. “Yo estaré donde estén las víctimas y, por lo tanto, voy a estar en la concentración” y recordó que la capital fue “tremendamente golpeada por el terrorismo durante años” y, por tanto, “como ciudadana y alcaldesa”, siente que debe estar con ellas. “Hoy necesitan nuestro cariño, sobre todo”, recalcó. La regidora fue más allá en su acercamiento a las víctimas y aseguró que recibirá a las asociaciones: “Creo que el Ayuntamiento de Madrid debe hacerles un homenaje”.
El Gobierno teme que la marcha, que coincidirá con una manifestación de la marea blanca, se convierta en una protesta contra la política antiterrorista del Ejecutivo, y en el PP temen que, pese a los contactos con Pedraza, el tono y los mensajes de la concentración puedan descontrolarse. A esta preocupación se suma cierto malestar, que se respiraba en el Ejecutivo y en los pasillos del Congreso, con respecto a la reacción a la sentencia de la fundación de José María Aznar. En un análisis del fallo de Javier Zarzalejos, el director de la FAES contradijo al Gobierno y atribuyó las excarcelaciones a la negociación con ETA. Y precisamente algunos de los diputados más próximos al expresidente, como Cayetana Álvarez de Toledo y el exsecretario de Estado de Seguridad Ignacio Astarloa, también de la FAES, anunciaron que participarán en la manifestación.
Mientras tanto, el sector duro del PP insistía, una vez más en contra del criterio del Ejecutivo de Rajoy, en que ETA está “agazapada, esperando su momento”. Así se pronunció el portavoz popular en el Parlamento europeo y veterano líder de los populares vascos, Jaime Mayor Oreja, en un artículo en El Mundo, ante lo que el actual ministro del Interior replicó que, dos años después del anuncio del cese definitivo de la violencia, la banda terrorista “está derrotada” y que ahora el Gobierno trabaja para lograr la disolución de la organización.
El apoyo a la manifestación provocó un desmarque inicial de los principales dirigentes del partido en Madrid. La dirección nacional, que ayer aún no había manifestado una postura oficial sobre la marcha pero ya estudiaba cómo acudir, se vio abocada a un juego de equilibrios. De un lado están Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, principal barón del partido; la presidenta regional de la formación, Esperanza Aguirre, y la alcaldesa de la capital, Ana Botella. Los tres se adelantaron y anunciaron su apoyo a la protesta en contra del criterio más extendido hasta ayer. Mientras, en la cúpula se dudaba de la oportunidad de acudir a una convocatoria de estas características si reclama el rechazo al fallo de un tribunal europeo y, por tanto, ir contra la ley.
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