El PP supera el mal trago de las “reprobaciones” encubiertas de Rajoy
PSOE e IU acusan al presidente de mentir en el Congreso sobre Bárcenas
El PP pasó este martes el mal trago de las “reprobaciones” encubiertas de Mariano Rajoy, las mociones presentadas por PSOE e Izquierda Plural en las que, con más o menos eufemismos, se acusa al presidente del Gobierno de haber mentido sobre su relación con el caso Bárcenas, el extesorero durante años del partido. La tensión por el escándalo y el intercambio de duras acusaciones volvieron ayer a la Cámara. Las mociones venían arrastradas desde el 1 de agosto, cuando Rajoy compareció para hablar de sus relaciones con Bárcenas y dejó en el aire algunas dudas que, para la oposición, son la constatación de las mentiras del presidente.
El PP vetó tres veces las mociones de los dos grupos para impedir que llegaran al pleno, hasta que este martes finalmente fueron sometidas a debate y votación y tuvieron el apoyo de UPyD y del Grupo Mixto. Cosecharon solo el obvio rechazo de raíz y suficiente para echarla abajo de la mayoría absoluta del PP. Y la ambigüedad de los nacionalistas de CiU y PNV, que cuestionan la versión de Rajoy y apoyan algunas de las medidas propuestas, pero al mismo tiempo están en contra de la creación de una comisión de investigación sobre financiación de partidos y también cuestionan el uso de una moción posterior a una interpelación como una especie de reprobación del presidente que sí existe para los ministros. Por eso, apoyaron solo algunos puntos concretos de las mociones y en el resto se abstuvieron.
Los dos portavoces del PP este martes, Alfonso Alonso y José Antonio Bermúdez de Castro, incidieron en esta tesis para argumentar su rechazo al uso torticero del reglamento que, según ellos, hace la oposición y emplazaron al PSOE a presentar una moción de censura, único modo de pedir reglamentariamente responsabilidades a un presidente. “Se arrogan el patrimonio de la verdad sin importarles el estado de derecho y la presunción de inocencia. No respetan la Justicia con tal de desgastar al Gobierno”, dijeron los populares a la oposición para descalificar sus iniciativas.
El texto del PSOE rechaza “el uso de la mentira en sede parlamentaria por parte del presidente del Gobierno” y “la política del Gobierno en materia de rendición de cuentas en el Parlamento”. Según la portavoz socialista, Soraya Rodríguez, el presidente mintió cuando explicó que rompió sus relaciones con Bárcenas cuando se supo que tenía una cuenta en Suiza, aunque le enviara un SMS dándole ánimos dos días después de conocerse la comisión rogatoria y también al explicar que el PP rompió todos los vínculos con el extesorero, aunque le mantuvo dado de alta en la seguridad social hasta este febrero. También dio por hecho el pago de sobresueldos y la financiación ilegal en el PP.
“Es inaceptable la mentira de quien ha recibido la confianza del Congreso en la sesión de investidura”, aseguró Rodríguez, para quien las mentiras deterioran las instituciones democráticas. Los socialistas lamentan que no haya forma de exigir responsabilidades políticas a un presidente del Gobierno y que no haya forma de tener respuesta a los puntos débiles de su versión, como sí ocurre en otros sistemas parlamentarios europeos. De hecho, la portavoz de UPyD, Rosa Díez, ha leído en varias ocasiones en el pleno más de una veintena de preguntas al presidente que, según ella, han quedado en el aire.
IU ha intentado también sin éxito que el Congreso abra una comisión de investigación sobre la financiación de los partidos. Su propuesta también ha sido sometida a reiterados vetos y como el resto de la moción de reprobación encubierta fue también debatida, votada y rechazada este martes, tras sucesivas redacciones para suavizar el texto inicial.
José Luis Centella, portavoz de IU, hizo en la tribuna un recorrido sobre los hechos y la versión de Rajoy para concluir que mintió y que el Parlamento “debe dejar constancia de que un presidente no puede faltar a la verdad”. El diputado lamentó también que el PP y el presidente del Congreso anunciaran la creación de una comisión para reformar el Reglamento hace meses y que, desde entonces, no se haya reunido ni una sola vez.
El Gobierno y el PP han puesto en los últimos meses en marcha una estrategia para apartar de la agenda política el caso Bárcenas, para centrarse en publicitar la supuesta recuperación económica. La encuesta de Metroscopia publicada el domingo en EL PAÍS mostraba, precisamente, que cuando la atención pública sobre el caso decae el PP respira y, de ahí su voluntad de sacarlo del día a día, especialmente, de la actividad parlamentaria.
Los populares retan a los socialistas a presentar una moción de censura
Rajoy compareció en agosto porque hasta la prensa internacional presionó y desde septiembre el PP puso en marcha una política de vetos para preservar al presidente. El resultado es que, finalmente, este martes el asunto llegó al pleno. En horario nocturno y un mes después, pero llegó. El Gobierno se ha dejado en el empeño credibilidad y crítica de todos los demás grupos, tal y como dejaron patente con distinto grado de dureza. También el presidente del Congreso, Jesús Posada, se ha dejado en el empeño parte del tono moderado del que ha intentado hacer gala en toda su trayectoria política. Varios portavoces le recriminaron ayer duramente haber frenado las iniciativas de forma “injustificada”.
A pesar de todo, el PP ahora respira, una vez pasado el trago incómodo, con el argumento de que ha desactivado ya la estrategia de la oposición, porque ya no les queda más munición, más allá de la moción de censura y el PSOE, según dicen, no está en condiciones de presentarla. Aunque la socialista Soraya Rodríguez vaticinó que “Bárcenas es una nube que perseguirá a Rajoy”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.