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Barbara Tuchman, Felipe, lo malo y lo imposible

Felipe González ha dicho que "la independencia de Cataluña es imposible y galopar hacia un imposible puede provocar una fractura política y social que cueste 30 o 40 años solucionar".

Quizá el ex presidente de Gobierno haya querido hacer una exhortación a todo el mundo para que se piense bien lo que se está haciendo.

Y punto.

Pero es inevitable, siendo realistas, recordar que una cosa muy mala para España y para Cataluña, capaz de provocar una cataclismo político y social, no tiene por qué ser "imposible".

En realidad, la bonita metáfora de González, la de "galopar hacia un imposible" o, profundizando, hacia objetivos contrarios al propio interés, de España y de Cataluña, es algo más frecuente en política de lo que cabe pensar.

 La historiadora norteamericana Barbara Tuchman, ya fallecida, escribió en 1984 precisamente un libro llamado The march of folly. From Troya to Vietnam (La marcha de la locura,  La sinrazón desde Troya hasta Vietnam. Fondo de Cultura Económica, 1989)Analiza desde la Guerra de Troya, los Papas del Renacimiento, la pérdida de Norteamérica por los británicos, hasta la autotraición de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam.

Podríamos añadir muchos más capítulos imaginarios, como, por ejemplo, la guerra de Irak y quizá ahorrar, de momento, otros, como un ataque a Siria o a Irán.

La señora Tuchman, a lo que íbamos, comienza con un capítulo que podemos traducir de la versión editorial de Alfred A. Knopf, 1984: "Adopción de políticas contrarias al propio interés".

Y sus primeras palabras son un aldabonazo.

"Un fenómeno que se advierte a través de la historia con independencia del lugar o la época es la adopción por los gobiernos de políticas contrarias a sus propios intereses. El género humano, parece, exhibe un comportamiento más pobre en el ejercicio de [la tarea de] gobierno que en cualquier otra actividad humana".

Bien. Y prosigue.

"La sabiduría, que puede ser definida como el ejercicio de la razón sobre la base de la experiencia, sentido común y la información disponible, es menos operativa y más frustrante de lo que debería".

Y se pregunta: "¿Por qué las personas que detentan el gobierno actúan tan a menudo contrariamente a lo que la razón sugiere y el propio interés aconseja?"

Según Tuchman, la aparición de la "locura" es independiente de la época y del lugar; es interminable y universal, aunque los hábitos y creencias de un momento y lugar particular determina la forma que asume.

Es independiente del tipo de regimen: monarquía, oligarquía y democracia reproducen esa locura. Tampoco es típica de una nación o una clase social.

Se dirá: la "locura", este tipo de locura de practicar actos contrarios al propio interés, es una perversión inherente a los individuos, y es normal que los gobiernos incurran en ella.

"La razón para preocuparse es que la locura de un gobierno tiene más impacto en más personas que las locuras individuales, y por tanto los gobiernos tienen una mayor obligación para actuar conforme a la razón", explica la historiadora norteamericana.

El resultado de una política no es, advierte Tuchman, lo que determina su cualidad de ser una locura.

"Todo desgobierno es contrario al propio interés a largo plazo, pero puede fortalecer a un regimen de manera temporal. Reúne la condición de locura cuando es una perversa insistencia en una política manifiestamente inviable o contraproducente".

En resumen, la exhortación de Felipe González sobre lo imposible de la independencia de Cataluña como objetivo pasa por alto la situación actual. Y es que una parte de la clase política de Cataluña ha presentado ese objetivo como posible. Y lo que es más relevante a estas alturas, una gran parte de la sociedad así lo cree y está dispuesta a convertirla en realidad.

Es necesario algo más, mucho más, que decir: "Es imposible".

Comentarios

¿Y si no sólo fuera posible sino, además, deseable por conveniente para las dos partes?. .Hay divorcios que mejoran la vida de los cónyuges y de los hijos. Podría ser que Catalunya prosperara más con la separación y que absorbiera todavía más trabajadores españoles que en la actualidad….En fin, podría ser que ambas naciones lograran ser socios especiales en lo comercial o económico, cultural, político etc , de modo que fueran más amistosas que ahora y se apoyaran mutuamente más.
Las cosas nunca son imposibles. Puede decir Felipe González que "yo no lo veré, pero más adelante uno nunca sabe". La consulta hay que hacerla porque la inmensa mayoría de catalanes quiere que se haga, de no ser así el problema se puede convertir en algo grave. Una vez hecha la consulta es importante estudiar los resultados, porque si el 485 de los catalanes votan sí a la independencia, un 38% votan en contra y el resto no sabe o no contesta, parece ser que no es suficiente para que esa independencia se otorgue. Tiene que salir una mayoría de, como mínimo, el 60%, de lo contrario se sometería a una parte muy importante de catalanes a sufrir lo que no quieren. Una buena campaña, realizada para pedir la consulta, puede cambiar el signo de lo que antes se pensaba. Si pone encima de la mesa los pro y los contras de salirse del entorno español, podría ocurrir que esa mayoría se cambiase a una minoría. Ocurrió en Quebec dos veces y creo que va a ocurrir en Escocia; éste va a ser el termómetro en el cual se va a mirar toda Cataluña.
Es muy importante el enfoque, porque es a partir del enfoque como se da la respuesta.Sobre todo si lo contamos desde la mayoría de edad en la que nos suponemos todo el mundo.Que por bien hecha la pregunta no significa que sea correcta, o la mejor de las soluciones.Sin planteamientos previos, se podría decir que ocurre como en las parejas en ciernes, que se gustan o no se gustan.O peor aun, como en los matrimonios a la fuerza, que no por mucho durar quiere decir que se acepten y se vean como nacidos el uno para el otro.Y menos por decreto.Si no se arreglan las diferencias, y las quejas expresadas, antes o después saltan por los aires con toda la bilis acumulada, ya sea con buenas o con malas maneras.Porque se gustan y entonces cualquier defecto es una belleza, o no se gustan.Y entonces cualquier desaire es una ofensa.Sin planteamientos previos.No se puede consentir que mientras alguien siempre friega todos los platos. La otra parte se sienta en sofá a ver la TV tomando café, y menos por una costumbre adquirida.O por obligación de la superior condición.O porque es la moda.Nunca el ordeno y mando se consiente por mucho tiempo, y menos cuando la gente empieza a crecer y se hace mayor de edad.Si se niega la posibilidad del entendimiento y el diálogo sobre las dolencias y los derechos a ver la TV. en familia por igual.Estamos estableciendo el desencuentro que empieza por el y tu más y peor.O todos fregamos los platos después de cenar, o en orden y buena armonía establecemos unos turnos.Democráticamente.Que de eso se trata, por abreviar el discurso.
La independencia de Cataluña es imposible por su pasado histórico que es su peor condena. Las mentiras de los independentistas no cuelan, miren esto: http://xurl.es/9ik46
¿Está España condenada a ser un país low-cost?Entra aquí: yestheycan.blogspot.com/2013/09/vida-low-cost.html
¿Estamos los españoles condenados a vivir una vida low-cost?Entra aquí: http://yestheycan.blogspot.com/2013/09/vida-low-cost.html
Felipe me cae bien pero se equivoca, pero bueno perdería sus privilegios si da un paso hacia posiciones de izquierda social y se despegan de esa social democracia financiera-liberal!! Veremos
No se olvide, sr. Elkaizer, que los políticos que forman la "marcha hacia la locura" pueden ser los que se oponen a la independencia de Catalunya, los que buscan frenarla por cualquier medio, los que no quieren dejar que el pueblo de Catalunya decida. Es posible que los políticos que marchan hacia el interés general sean los que apoyan el derecho a decidir y la independencia de Catalunya. Que el sr. González no considere una cosa deseable (que es lo que él quiso decir con "imposible") no quiere decir que no lo sea. No olvidemos que, sin apartarnos del tema y sin ir muy atrás en el tiempo, el sr. González fue uno de los que aplaudierion la sentencia del TC de 2010 contra el Estatut, que ha sido uno de los detonantes de la situación actual, y escribió un artículo (junto con Carmen Chacón) en el que venía a decir que la sentencia era buena, que apenas tocaba nada y que no tendría consecuencias. Vista la capacidad de diagnóstico mostrada por el sr. González sobre el tema, no creo que sea una guía muy buena sobre lo que es posible o deseable.
Sr. Elkaizer, lo que comenta ud. del análisis de la sra. Tuchman se refiere únicamente a los gobiernos. Presenta los asuntos como decisiones de los gobernantes, sin entrar en la postura del pueblo hacia esas decisiones. En uno de los ejemplos, Vietnam, había una fuerte oposición del pueblo a la postura de los gobernantes.En el caso del soberanismo catalán,el impulso hacia la independencia procede del pueblo, de la sociedad civil. Algunos políticos se han sumado con entusiasmo puesto que es lo que siempre habían defendido (ERC). Otros (CiU) se han visto empujados a ello a pesar de no estar en sus planes, y se han sumado al movimiento con más o menos entusiasmo. Pero el proceso está siendo impulsado por el pueblo. El gobierno catalán sin duda puede tratar de modular el proceso, de matizar su dirección, de acelerarlo, ralentizarlo o incluso frenarlo, pero no está bajo su control. No se olvide que estamos en una democracia, y que si un gobierno no hace lo que el pueblo quiere, el pueblo puede votar para echarlo (que es lo que las encuestas parecen decir que sucede si CiU se muestra reticente al proceso: CiU baja y ERC sube).Por lo tanto, cuando lo que hace el gobierno es lo que el pueblo le pide, ¿analiza la sra. Tuchman casos de "marcha a la locura"? Y si lo hace, ¿cómo deja eso a la democracia? Es fácil decir que un gobierno hace mal y actúa contra los intereses de su estado y sus gobernados, y atribuirlo a esa "locura" de los gobernantes. Pero, si es el pueblo el que decide un camino, ¿hay que negarle esa capacidad de decidir? ¿Deben los gobernantes hacer lo contrario de lo que el pueblo quiere? ¿Dónde queda la democracia?
Por último, un comentario suyo, cita de la obra de la sra. Tuchman, que parece dar la razón a los independentistas catalanes:"Reúne la condición de locura cuando es una perversa insistencia en una política manifiestamente inviable o contraproducente"Para muchos, eso describe perfectamente los intentos de encajar a Catalunya en España, y la insistencia de algunos en seguir intentándolo a pesar de los resultados obtenidos. ¿"Locura" unionista?
El hombre común, el que lleva su vida en sus asuntos, cree que lo posible e imposible en política es equivalente a lo que es posible o imposible en la vida corriente. Acierta cuando la marcha de las cosas es "la normal" y no está preparado para entender lo que pasa cuando salta la banca. Lo curioso es que Felipe Gonzalez, político avezado y experto donde los haya, padece, a lo que se ve, del mismo despiste. Da que pensar lo dificil que debe ser ver lo obvio cuando uno se ha dedicado de por vida a desechar que pueda darse por ser imposible. Chamberlain ante Hitler.
Hola,amigos.¡RAJOY, DIMISIÓN!¡VIVA LA III REPÚBLICA FEDERAL ESPAÑOLA!
La independencia de Cataluña es la destrucción de España. A esa independencia le seguirán todas la comunidades y entonces la cacareada Unión Europa tendrá como miembros a mas de veinte enanos políticos que tendrán que obedecer lo que le dicten los grandes imperios económicos. ¡Viva la independencia, la sumisión, de los enanos¡
¿Los españoles, condenados a una vida low-cost?Entra aquí: http://yestheycan.blogspot.com/2013/09/vida-low-cost.html
Don Ernesto se paso lo suyo es 6-7-8 es usted el tipo de sofista que convierte una lata de sardinas en un dc8 al cual nadie se puede subir por ser al final una lata de sardinas.Respeta la inteligencia de los lectores del pais, cada dia que pasa se parece mas a un sionista filo nazi que piensa y asevera ser el unico que tiene razón en su diatriba cotidiana serenese y coja aire no todo es comercio en el oficio de la pluma con todo respeto

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