Un falso padre para vivir en España
La policía desmantela una red que mentía sobre la paternidad para regularizar inmigrantes
La media de hijos en Bangladesh no llega, actualmente, a los tres, pero hace unos años casi alcanzaba los siete. Quizá fue esa la idea que llevó al cabecilla de la trama desarticulada por la policía a montar una red de regularización de inmigrantes con falsos padres, a los que atribuía varios descendientes para así acogerse a un proceso de reagrupación y legalizar su situación en España.
Casi 40 personas, entre detenidos e imputados, están implicadas en la red desplegada en Barcelona y Zaragoza. El cabecilla aún no ha sido detenido, pero ya está identificado y a él se le atribuye la operativa diseñada para llevar a cabo un fraude por el que cobraba miles de euros.
El montaje comenzaba en Bangladesh, desde donde, escondidos en contenedores de mercancías o con pasaportes y visados de estudiantes obtenidos fraudulentamente, trasladaban a bengalíes a los que se les exigía hasta 10.000 euros para regularizar su situación en España. En un principio, el jefe de la organización, los alojaba en pisos de Badalona, Sabadell y Santa Coloma, donde “pasaban inadvertidos dada la gran colonia allí existente”, según fuentes de la policía.
Los ciudadanos bengalíes recibían 3.000 euros por asumir hijos falsos
Para entonces, la red ya tenía localizados en España a ciudadanos de Bangladesh nacionalizados en algún Estado de la Unión Europea, a quienes ofrecían 3.000 euros si aceptaban figurar como padre de un ciudadano irregular. Con el progenitor conforme con el fraude, los sin papeles acudían a la embajada bengalí donde presentaban una denuncia falsa por la pérdida del pasaporte y aportaban los datos de su nuevo padre. A continuación, comenzaba el proceso de reagrupación de sus compatriotas en distintas delegaciones de Gobierno, en las que tramitaban la obtención de permisos de residencia.
Entre la documentación intervenida en el domicilio del jefe de la organización, en la localidad barcelonesa de Santa Coloma de Gramanet, la policía ha hallado numerosos formularios sin rellenar, con los que se solicitaba los nuevos pasaportes ante la embajada de Bangladesh en Madrid. También se han decomisado varias partidas de nacimiento, empadronamiento y trece pasaportes de ciudadanos, todos ellos bengalíes, con los que pretendían iniciar las solicitudes de residencia de familiar comunitario. Dos de los pasaportes habían sido expedidos “recientemente”, según fuentes policiales.
La policía aún no ha dado por concluida la operación, desarrollada por funcionarios de la Brigada Regional de extranjería y Fronteras de Zaragoza y que lleva diez detenidos y 27 imputados. A estos se les acusa de favorecimiento de la inmigración ilegal, falsedad documental y la estafa.
Sin embargo, uno de los aspectos que destaca la policía, en el comunicado en el que ha hecho pública la operación, no es el sistema de traslado de los inmigrantes en contenedores o el beneficio económico que sacaba el jefe de la banda, sino que las personas, irregulares, fraudulentamente reagrupadas, “conseguían no solo que su estancia en nuestro país estuviera reconocida por las autoridades, sino también el acceso a diferentes tipos de subvenciones, ayudas y prestaciones”.
En este sentido, abundan e indican que, en algunos casos, cada uno de los bengalíes llegados y regularizados de forma ilegal podrían haber llegado a recibir 50.000 euros “al margen, además, de poder obtener otra serie de beneficios como asistencia sanitaria o acceso al mercado de trabajo”. También añaden como beneficio la escolarización, aunque no especifican si infantil y obligatoria de los falsos hijos regularizados.
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