Un juzgado acuerda expulsar a un islamista por ser una “grave amenaza”
Cumplió ocho años y medio de prisión por pertenencia a una célula yihadista formada en su mayoría por sirios
La expulsión de España de Mohamed Needl, sirio de 47 años, casado con la dueña de la casa de Morata de Tajuña donde los terroristas islamistas montaron en 2004 las bombas que acabaron con la vida de 192 personas en los cuatro trenes de Atocha, está cada vez más cerca. El Juzgado número 31 de Madrid ha acordado desestimar el recurso contencioso administrativo presentado contra la resolución de la Delegación del Gobierno por la que se acordó en 2011 su expulsión durante 10 años “por razones de seguridad nacional”.
Needl, casado con Nayat, una ceutí, y padre de cuatro hijos españoles, cumplió ocho años y medio de prisión por pertenencia a banda armada, una célula yihadista formada en su mayoría por sirios a la que se vinculó con los atentados del 11-S en EE UU. El recurso contra la decisión de la Delegación del Gobierno argumentaba, entre otras razones, que su expulsión provocaría el desmembramiento de su familia, la retirada de las becas a sus hijos y el peligro de ser entregado a las autoridades sirias.
La sentencia del Juzgado número 31 señala que de la condena a ocho años de prisión que ya ha cumplido se desprende la falta de arraigo social de Mohamed Needl desde su llegada a España, así como la nula integración dentro de las costumbres, forma de vida y sistema político y social del pueblo español.
“Se le considera un individuo altamente peligroso y su presencia en nuestro país (re)presenta una gran amenaza para la seguridad nacional y las relaciones de España con otros países”, dice el fallo. La resolución destaca que Needl fue identificado como uno de los miembros de la célula islamista que dirigía en España Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, y que estaba conectada con la denominada yihad mundial comandada por Al Qaeda. Incide, también, en que Needl aceptó desplazarse a Zenica (Bosnia) donde recibió cursos sobre armas y explosivos. Un informe de la Comisaría General de Extranjería de la Policía destaca su “alta peligrosidad”.
Vive en España desde hace 19 años y antes de su detención en 2001 era el propietario de una empresa de reformas
Needl es un hombre educado e inquieto que habla un perfecto español. Vive en España desde hace 19 años y antes de su detención en 2001 era el propietario de una empresa de reformas y decoración con ocho empleados. Niega ser una amenaza para España y recuerda que en su empresa llegó a tener hasta ocho empleados. “Ahora estoy parado, estoy muy mal”, afirma.
El fallo judicial no le ve así: “La decisión adoptada está basada en una conducta personal que constituye una amenaza grave y actual, resultando adecuada la ponderación de los intereses en conflicto efectuada entre el público que afecta a un interés fundamental de la sociedad y el privado del recurrente debe prevalecer el primero”.
Needl asegura que no conoce la resolución judicial y afirma que expulsarle de España y enviarle a Siria es “ponerme en la boca del lobo”. “Aquello es el corredor de la muerte. A la gente como yo que llega allí se les elimina. Hay una orden comunitaria para parar las entregas. No pueden entregar ni a mí ni a nadie”, asegura.
José Luis Abascal, abogado de Needl, ha presentado un recurso de apelación en la que afirma que hay “una despiadada persecución” contra su cliente y augura que si es entregado a Siria será condenado a muerte.
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