El testaferro de Díaz Ferrán se quedó los 34 millones de Airbus
De Cabo declara que parte del dinero de Marsans fue para los honorarios de los administradores concursales
Ángel de Cabo, el testaferro utilizado por el expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán para fingir la venta de su imperio y no pagar las millonarias deudas que mantenía con sus más de 3.000 acreedores, ha admitido ante el juez que son suyas las sociedades a las que fueron a parar los 34 millones de euros devueltos por la compañía Airbus tras cancelar esta la compra por parte de Ferrán de varios aviones gigantes.
De Cabo admitió que Xatur y Esser, donde recaló gran parte de ese dinero, le pertenecen. De lo que se traduce que un dinero que debió destinarse a pagar los casi 400 millones en deudas que dejó el exdueño de Viajes Marsans fue a parar a las empresas del testaferro. El dinero para la compra de aviones salió de un préstamo, impagado, que le dio un banco extranjero a Díaz Ferrán. Los investigadores creen que De Cabo utilizó parte del dinero de Airbus en reformar y mejorar su lujoso chalé de Valencia.
Además, casi cinco millones de los 34 de Airbus se hallan bloqueados en una cuenta en Suiza. Airbus libró el dinero cuando las empresas del expresidente de la patronal estaban en concurso de acreedores. Y ellos, en lugar de dárselo al juez para los acreedores, lo escondieron mediante artificios contables. De Cabo, el mismo testaferro que también simuló con el clan de los Ruiz Mateos la compra de Nueva Rumasa, se negó a declarar cuando el juez Eloy Velasco lo envió a la cárcel el pasado mes de diciembre junto a Díaz Ferrán por una retahíla de delitos (insolvencia punible, blanqueo de capitales y estafa, entre otros).
El pasado día 30 reconoció ante el juez que, antes de la compra de Marsans, sabía que Díaz Ferrán y su socio, Gonzalo Pascual, ya fallecido, tenían grandes deudas personales e incluso bienes embargados. Pero señaló que también sabía que ambos disponían de bienes en Argentina y Nueva York. Díaz Ferrán, en concreto, dos apartamentos en el lujoso hotel Plaza, que ha logrado vender a través de terceros. El juez busca ahora el dinero en Estados Unidos.
De Cabo, a quien el juez ha reducido de 50 a 15 millones la fianza que ha de pagar si quiere salir en libertad provisional, reconoce que aún hay bienes del grupo Hotetur, como el hotel Esmeralda, que están dando importantes ingresos en la actualidad no fiscalizados por la justicia y los acreedores. También señaló que el expresidente de la patronal sigue siendo el dueño de varios restaurantes que controla a través de su yerno.
De Cabo desveló, además, que una parte de los 10 millones que salieron de Trapsatour, la primera agencia de viajes mayorista del grupo Marsans, se destinaron al pago de los honorarios de los administradores concursales nombrados por los jueces para gestionar las empresas en quiebra de Díaz Ferrán. También destapó que los postores de la subasta de la enorme finca que Gonzalo Pascual poseía en Toledo, El Alamín, actuaron en connivencia y que uno de ellos se la quedó por mucho menos dinero del que valía (60 millones): se la adjudicó por 23 millones.
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