Alberto Garzón, un meteoro que conecta a IU con la calle
Tras recuperar el escaño de IU por Málaga, su primera iniciativa fue contra los desahucios
Alberto Garzón no para. Desde que en las elecciones generales de noviembre de 2011 logró recuperar el escaño en el Congreso por Málaga que IU perdió en 2004, lleva una proyección meteórica. En apenas 17 meses, el joven diputado, de 27 años, ha escrito dos libros (Esto tiene arreglo y La gran estafa), es un prolífico conferenciante, reclamado en actos en toda España, bloguero (Pijus Economicus) y tuitero, y se ha convertido en referente de una nueva generación de políticos empeñada en que las instituciones tengan el pulso de la calle.
Se dice de él que es la voz del 15-M en el Congreso, porque con este movimiento se dio a conocer. Por su discurso didáctico y su tono pausado fue designado muchas veces portavoz en debates y televisiones, hasta que IU reparó en que era uno de los suyos (se afilió con 18 años) y experimentó al ponerlo de cabeza de cartel. Entonces era un economista en paro después de terminar, con un contrato de seis meses, un proyecto de investigación para la universidad sobre las condiciones de trabajo de las mujeres y los hombres en Andalucía.
Hijo de un profesor de Geografía e Historia y de una farmacéutica que nunca ha tenido botica propia, de los que adquirió inquietudes de izquierda, su compromiso militante empezó pronto. Con 18 años se afilió a las Juventudes Comunistas y a IU, aunque para la actividad prefirió movimientos sociales como Attac y Democracia Real Ya. Fundó la asociación Estudiantes por una Economía Crítica. Antes de tomar posesión de su escaño había redactado su primera iniciativa sobre paralización de desahucios. Ha renunciado al fondo de pensiones de los diputados, e insiste en que, además de estar en las instituciones, la izquierda debe movilizarse en la calle.
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