Muere un sargento español en Afganistán por la explosión de una bomba
David Fernández es la primera víctima de un ataque desde que el PP llegó al poder El militar muerto era natural de Bilbao, estaba soltero y no tenía hijos
“No nos van a tender un puente de plata”, advirtió el ministro de Defensa, Pedro Morenés, hace menos de un mes. Y en su primera visita a Afganistán, el pasado 22 de diciembre, el presidente Mariano Rajoy instó a los soldados a “no bajar la guardia”.
España ha comenzado ya el repliegue de Afganistán, con una primera reducción del 10% de su contingente, pero eso no significa que también se haya reducido el peligro. Al contrario.
El sargento David Fernández Ureña, de 35 años, natural de Bilbao, soltero y sin hijos, se convirtió ayer en la primera baja violenta del Ejército español en Afganistán desde noviembre de 2011 y, por tanto, desde la llegada del PP al poder.
David Fernández resultó alcanzado por la explosión de un IED (artefacto explosivo improvisado) sobre las 13,45 de ayer hora local (10,15 en Madrid) cuando realizaba tareas de reconocimiento en la ruta Opal, que une Qala-i-Naw, capital de la provincia de Badghis, con Darra-i-Bun, ya a pocos kilómetros de esta última localidad.
El sargento formaba parte del Equipo de Desactivación de Explosivos (EOD) de una QRF (Fuerza de Reacción Rápida) española que acudía en apoyo de un puesto de combate del Ejército afgano, que estaba siendo hostigado por la insurgencia. La patrulla española, integrada por una treintena de militares, observó algo en el terreno que despertó sus sospechas y el equipo de EOD se adelantó para neutralizar el posible artefacto, según fuentes militares.
Fue en este momento cuando se produjo una violenta explosión que produjo heridas mortales al sargento. La muerte debió producirse prácticamente en el acto, pues el médico que iba en la patrulla no consideró necesario pedir un helicóptero para evacuarlo al hospital de campaña de Qala-i-Naw. Ningún otro militar resultó afectado por la explosión. La patrulla ya se había tropezado antes con un IED simulado, colocado supuestamente con la intención de retrasar su llegada en auxilio del Ejército afgano.
Aunque Fernández Ureña era experto en desactivación de explosivos, no estaba tratando de desactivar el artefacto, sino solo neutralizarlo. Como normal general, nunca se intenta desactivar los IED, por el riesgo que conlleva esta tarea, salvo que se encuentren en un lugar donde su explosión controlada pueda causar víctimas civiles o graves daños materiales. Un equipo de investigación militar se desplazó a la zona para determinar cómo se activó el artefacto y cuánto explosivo contenía.
Un avión de la Fuerza Aérea partió ayer de Madrid para repatriar el cadáver. Al contrario de lo habitual hasta ahora, el ministro no viajó a bordo del avión y la coordinación de las tareas de repatriación correrá a cargo del general Francisco Rosaleny, adjunto de operaciones del Estado Mayor de la Defensa, quien mandó el contingente español en Afganistán en 2011. La anterior ministra de Defensa, Carme Chacón, telefoneó a Morenés y al jefe del Ejército de Tierra, Jaime Domínguez Buj, para trasladarles sus condolencias.
Si las condiciones meteorológicas lo permiten, está previsto que el cadáver del sargento llegue esta tarde a Zaragoza, Fernández Ureña ingresó en el Ejército en el año 2000 y desde 2008 estaba destinado en el Regimiento de Pontoneros y Especialidades de Ingenieros de Zaragoza. En 2009 ya participó en la misión de Afganistán, por lo que fue condecorado por la OTAN.
Con la muerte de ayer son ya 100 militares y dos intérpretes los miembros del contingente español que han muerto mientras participaban en el conflicto de Afganistán. La mayoría de las bajas (81) se han producido en accidente; otros 12 han perdido la vida en ataques con explosivos; y cuatro, como consecuencia de disparos. Cinco más han fallecido por causas naturales.
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