El juez libera a Gao Ping y su cúpula pero rebate los argumentos de la Audiencia
Andreu rechaza que las detenciones fueran ilegales por superar las 72 horas
No le ha quedado otra opción que acatar las órdenes de la Audiencia Nacional, aunque se muestra en franco desacuerdo con ellas. El juez Fernando Andreu ha puesto en libertad a Gao Ping, el máximo líder de la trama de blanqueo de dinero desarticulada en la Operación Emperador, y a 11 miembros de su cúpula. Lo hace aplicando el criterio de la Sección Tercera de la Audiencia que, la semana pasada, declaró ilegales las detenciones de otros cuatro capos al considerar que el juez había excedido el plazo máximo de detención de 72 horas antes de enviarlos a prisión. Andreu, al decretar las excarcelaciones, acata el mandato, aunque no lo comparte. Eso sí: obliga los liberados a comparecer en su juzgado cada día, les prohíbe salir de España y les retira el pasaporte.
La sección tercera excarceló a los primeros cuatro cabecillas siguiendo el criterio del Tribunal Constitucional que, en noviembre de 2011, estableció que el juez, en caso de que hubiera ordenado él mismo la detención, tiene un plazo improrrogable de 72 horas para encarcelar al detenido. Ese plazo solo podría ampliarse en caso de que hubieran sido las fuerzas de seguridad las que hubieran ejecutado el arresto sin mandato judicial previo. Como en la Operación Emperador las 108 detenciones fueron ordenadas por Andreu, que después encarceló a 16 detenidos transcurrido ese plazo, la sección tercera declaró nulo el auto de prisión de cuatro de ellos, obligando al instructor a excarcelar a los 12 restantes (entre ellos Gao Ping) aplicando el mismo criterio.
Andreu obedeció este jueves esa orden, pero cargó contra los argumentos de la Audiencia porque considera que su caso es diferente del examinado por el Constitucional en 2011. Mientras que en este último (un arresto realizado en 2006) el juez ordenó únicamente a la policía la detención y la puesta a su disposición del detenido sin ninguna otra diligencia, en el dispositivo contra la mafia china, Andreu, además de los 108 arrestos (que se ejecutaron el 16 de octubre), mandó a los agentes que registraran 124 domicilios y locales en los que los detenidos tenían que estar presentes.
El juez explica en su resolución que lo que hizo tras las detenciones fue poner a los imputados “a disposición de la policía judicial” para que se realizaran esos registros. Una vez terminados y ante el inminente cumplimiento de las 72 horas de detención, el juez ordenó que se los entregaran, aunque manteniéndolos bajo custodia policial en comisaría. También mandó a los agentes que dejaran de practicar registros o cualquier otra diligencia con ellos al estar ya bajo su autoridad. A partir de ese momento les fue tomando declaración y enviándolos a prisión, “todo ello dentro de los plazos legalmente establecidos”, según Andreu. La sección tercera, sin embargo, considera que lo que debió hacer fue encarcelarlos sin escucharlos antes de que transcurrieran 72 horas desde la detención y posponer sus declaraciones.
Los 16 excarcelados —los cuatro de la semana pasada y los 12 del jueves— forman todos parte de la cúpula de la organización criminal cuyas declaraciones dejó el juez para el final. Además de Gao Ping, entre los excarcelados se encuentra su esposa, Yang Lizhen, y el exguardaespaldas del líder y supuesto jefe de los sicarios de la red, Li Haibo, implicado en extorsiones y amenazas a inmigrantes chinos a los que la trama prestaba dinero fuera de los cauces legales.
El "preso brillante" no enseñará taichi en la cárcel de Villena
En un flamante Mercedes, y vestido con una chaqueta negra, Gao Ping ha abandonado esta noche la cárcel de Villena (Alicante). El empresario chino ingresó en este centro penitenciario a finales de octubre y, tras conocerse su inminente salida, decenas de periodistas se apostaron ante el penal para espiar cualquier movimiento.
A las cuatro y media entró otro ciudadano chino al recinto. Cuando ya era de noche, y la temperatura era gélida, el empresario ha salido de prisión. A bordo de un coche de lujo de color negro, ha esquivado a los medios de comunicación. No ha querido hacer declaraciones. Su único gesto: indicar que no con su mano. Gao Ping iba arropado por otros tres compatriotas. Uno de ellos, trajeado de negro, iba sentado a su lado. El coche del supuesto jefe mafioso chino iba escoltado por otro vehículo. Los dos automóviles dejaron el recinto en cuestión de segundos.
El supuesto cabecilla de la red desmantelada en la operación Emperador ha estado estas semanas en el módulo MER-7 de esta cárcel, inaugurada en 2002, con una capacidad inicial de 723 internos. Según fuentes penitenciarias se alojó en un módulo “suave” en el que debía cumplir una serie de normas referentes a la limpieza, al orden y la asistencia de actividades.
El periódico alicantino Información publicó que Ping confesó a algunos presos que si tuviera que quedarse mucho tiempo en prisión "estaría dispuesto a dar clases de taichi". Su principal ocupación durante estos últimos días fue la limpieza de cristales. En las clases y talleres destacaba como un "alumno brillante". El empresario recibió varias visitas de su abogado y tenía intervenidas la correspondencia y sus comunicaciones.
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