Rajoy lucha contra la abstención y exhibe que Galicia no pidió el rescate
“Si otros hubieran hecho como Feijóo, no estaríamos así”, señala sin citar a nadie
Mariano Rajoy hizo este sábado una parada en el asunto central de su agenda, las negociaciones del rescate, para volver a lo que siempre fue: un hombre del aparato del partido especializado en campañas electorales —dirigió las de Aznar en 1996 y 2000—. Rajoy se la juega en Galicia, las primeras elecciones importantes después de la ola de recortes y del chasco en Andalucía, y aunque el PP es mucho más optimista ahora que hace unas semanas, teme a la abstención de los conservadores. Así que el presidente, recién llegado de Malta, donde estuvo fraguando un frente común con Francia e Italia para presionar a Alemania, viajó a su ciudad, Pontevedra, para hacer una demostración de fuerza del PP llenando la plaza de toros —aunque no estaba a rebosar como otras veces, sí estaba llena— y para lanzar un llamamiento contra la abstención.
Rajoy, ejerciendo como hombre de partido, pidió a los suyos que se muevan por toda Galicia para reclamar a la gente que vote. La desafección general hacia la política y el enfado de buena parte del electorado conservador con las subidas de impuestos preocupa mucho al PP. De hecho, todas sus encuestas y análisis prueban que el chasco de Andalucía se produjo por esa abstención masiva de votantes clásicos del PP, molestos con las subidas de impuestos. En Galicia también sufre desgaste y protestas, y Rajoy se encontró este sábado con un grupo de 50 afectados por las preferentes que gritaban a la puerta de la plaza de toros. Uno de ellos, sentado en las gradas, logró incluso interrumpir su discurso durante el mitin, aunque enseguida fue obligado a abandonar la plaza.
Rajoy fue muy claro ante las miles de personas reunidas en la plaza de toros: “Solo necesitamos una cosa para ganar las elecciones. No es difícil. Tenemos que pedirle a todos que vayan a votar. Tendremos la mayoría y volveremos a ganar si vamos a votar. Es lo único que le pido al PP. Ya tenemos un partido, un programa, un candidato, ahora solo falta eso”.
Tanto Rajoy como Feijóo y toda la organización parecían visiblemente satisfechos por llenar la plaza en plena ola antipolítica. Tras diez meses de medidas impopulares, el PP necesita ganar en Galicia para recuperar aire o la tensión interna se instalará ante el miedo del resto de los barones a seguir la suerte de Feijóo. Rajoy dio argumentos a toda su militancia para defender la gestión de Feijóo. Aunque hizo un discurso de perfil bajo, sin ganas de tener mucho protagonismo. El presidente sabe que todas las encuestas prueban que él está mucho peor valorado que el presidente de la Xunta —uno de sus posibles sucesores en el futuro si gana estas elecciones— y de hecho va a venir poco a Galicia y solo va a coincidir dos veces con Feijóo: este sábado y en el cierre de campaña. El líder del PP gallego incluso ha reducido la presencia de las siglas de su partido en su campaña, aunque este sábado el logotipo estaba en el atril en el que hablaba.
Rajoy puso a Feijóo como un ejemplo de buen gestor. Es más, colocó a Galicia como modelo, dejando en mal lugar, aun sin citarlas, a otras comunidades del PP con mucha deuda que han tenido que pedir el rescate, como la valenciana o la murciana. “Alberto ha sido capaz de ver la crisis. Alberto fue el primero en tomar decisiones. Si otros hubieran hecho lo mismo no estaríamos en la situación en la que estamos. Podéis decirles a todos los que os encontréis que la Xunta ha hecho sus deberes. Que es la comunidad con menos déficit. Que en Galicia se paga a los proveedores, que no ha tenido que endeudarse ni pedir préstamos al Estado”. Y también pidió clemencia con sus recortes: “He tenido que tomar decisiones muy difíciles, muy duras, pero lo hice porque creo que es lo que necesitan Galicia y España”.
Feijóo, que también presumió de su situación dejando en mal lugar a otros barones —“cualquier comunidad de España cambiaria su situación por la de Galicia”— le correspondió con un reconocimiento: “Rajoy está demostrando que actúa por encima de sus intereses políticos. Nunca vi a un presidente que se enfrentara a más problemas a la vez. Durante ocho años pensamos que esto era una broma y ahora se nos ha echado encima la broma”.
Rajoy mostró su desdén por las otras opciones: “Galicia no se merece otra cosa como la que vivimos entre 2005 y 2009, ni bipartitos ni tripartitos. No estamos para bromas. Galicia necesita una mano firme al timón y no cinco o seis que se lo disputan”. Y también lanzó un último mensaje contra los nacionalistas: “Votar a Feijoo es votar a la unidad de los españoles, porque se necesita esa unidad para salir juntos de la crisis”.
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