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Objetivo no superado en Córdoba

Los populares y los socialistas empatan con cinco parlamentarios e Izquierda Unida logra dos

El PP no lo ha conseguido. El objetivo de superar al PSOE en Córdoba, que sus analistas le daban como posible, se quedó en un empate en número de escaños. El Partido Popular se estancó en los cinco parlamentarios obtenidos en 2008 y no logró arrancar el sexto al PSOE. Este terminó en las filas de Izquierda Unida, que ha colocado a dos representantes en Sevilla. Mientras, el PSOE aguantó el arreón de la derecha dignamente, perdiendo solo un parlamentario y quedándose con cinco. Al PP no le sirvió de nada ganar por unas décimas de porcentaje de voto a los socialistas y convertirse en el partido más votado en la provincia.

José Antonio Nieto, el número uno del PP para las listas al Parlamento por Córdoba y alcalde de la ciudad, fue insistente desde antes de la campaña. Siguiendo el mismo guión del resto de los candidatos de su partido en sus respectivas circunscripciones, Nieto se pasó semanas pidiendo a sus votantes que regalasen ese diputado de más que necesitaba el PP para afianzar la mayoría absoluta de la que tanto se hablaba. En Córdoba no lo tenía nada fácil. A pesar de que el PP había logrado dar el vuelco a la hegemonía del PSOE tanto en las últimas elecciones municipales como en las generales, en la provincia nunca había sobrepasado a los socialistas en las autonómicas. El domingo lo consiguió, aunque muy amargamente.

En su empeño, el alcalde de Córdoba llegó a difuminar la línea que separaba sus competencias municipales con la labor de un candidato, convirtiendo anuncios muy importantes para la ciudad en escenas que pasaban perfectamente por actos de electorales. Así ocurrió días antes de comenzar la campaña cuando, en presencia de Javier Arenas, anunció por sorpresa una de las decisiones más importantes de su corto mandato: que renunciaba definitivamente a construir el enquistado centro de congresos de Córdoba, el Palacio del Sur, y optaba por remodelar un edificio de Cajasur, prácticamente abandonado. Oficialmente estaban invitados los líderes de todos los partidos. Pero el tufo electoral de la convocatoria los espantó a todos.

PSOE e IU llegaron a las urnas abiertos en canal por sus luchas internas. La dirección del PSOE no levantaba cabeza. A las debacles de las elecciones municipales y generales, sumaban el hecho de haberse colocado, junto a José Antonio Griñán, al lado de la candidatura de Carme Chacón a la secretaría general del partido. La victoria final de Alfredo Pérez Rubalcaba parecía dar fuerza a un movimiento crítico interno a la cúpula provincial que ha crecido desde hace un año.

En IU, el prólogo de las elecciones tampoco fue nada relajado. La imposición por parte de la dirección del PCE de la candidata provincial, Alba Doblas, provocó la dimisión del coordinador de la coalición en Córdoba, Francisco Martínez.

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