Rajoy no logra ninguna concesión de Cameron sobre Gibraltar
Londres se niega a hablar del futuro del Peñón sin contar con sus habitantes
Ni las amenazas con que acompaña Argentina su reclamación de las Malvinas ni la cordialidad de un socio y aliado como España en su reivindicación de Gibraltar parecen hacer la menor mella en la granítica negativa de Londres a negociar el futuro de sus últimas colonias. Pese a la afinidad ideológica que ambos subrayaron tras su primer encuentro, Mariano Rajoy no consiguió arrancar este martes la más mínima concesión al primer ministro británico, David Cameron.
En su comparecencia ante los medios de comunicación, al término de un almuerzo en el número 10 de Downing Street, los dos mandatarios reconocieron que mantienen posturas diferentes en torno al contencioso y solo quedaron en que los respectivos ministros de Asuntos Exteriores, William Hague y José Manuel García-Margallo, sigan hablando de ello.
Cameron no dejó, sin embargo, ningún resquicio a la esperanza. Tras subrayar que su postura “no ha cambiado”, insistió en que son los gibraltareños quienes “deben decidir su futuro”. “No hablaremos de Gibraltar sin trabajar con los gibraltareños. Eso deben entenderlo”, subrayó.
Aunque Rajoy fue lacónico en su comparecencia pública, fuentes de La Moncloa explicaron que trasladó a su anfitrión la posición de Madrid. A saber: que hay dos planos distintos de diálogo, uno sobre la soberanía, reservado a España y Reino Unido; y otro sobre la cooperación transfronteriza, en el que deben participar las autoridades de los dos países junto a los representantes del Peñón y de la comarca del Campo de Gibraltar. Pero ni sobre el primero, que atañe al núcleo del conflicto, ni sobre el segundo, de carácter local, se llegó a ningún compromiso.
En lo que sí estuvieron de acuerdo Rajoy y Cameron es en que la carta que han dirigido a los presidentes de la Comisión Europea y el Consejo, suscrita también por otros 10 mandatarios europeos, pero no por el francés Nicolas Sarkozy ni por la alemana Angela Merkel, “no es un frente de nadie contra nadie” y está abierta a nuevas adhesiones.
La misiva subraya la necesidad de acompañar las medidas de austeridad con estímulos al crecimiento, pero no sugiere suavizar el ajuste fiscal, sino que apuesta por avanzar en la desregulación y la liberalización tanto a nivel nacional (con reformas de la legislación laboral como la aprobada en España) como europeo (creando un verdadero mercado único en sectores como el digital, la energía y los servicios), e incluso global (mediante acuerdos de libre comercio entre la UE y los países emergentes). Se trata de impulsar un “ambicioso” plan de reformas estructurales, “con determinación y coraje para ponerlas en marcha y no solo debatirlas”, subrayó Rajoy.
Cameron, tan favorable al mercado único como alérgico a la unión política, se mostró complacido del respaldo del presidente español a la carta, que rompe además con la imagen de aislamiento que dejó en diciembre pasado su descuelgue del pacto fiscal suscrito por la mayoría de los socios europeos.
Ambos analizaron la situación de la zona euro tras el acuerdo in extremis alcanzado en la madrugada del martes para el segundo plan de rescate de Grecia, pero Cameron dejó claro que su país no tiene intención de renunciar a la libra y presumió de las ventajas que ello le reporta: entre otras, beneficiarse de una política monetaria más flexible que la del Banco Central Europeo.
Rajoy se presentó como un aliado fiable a la hora de afrontar retos internacionales como el programa nuclear iraní o la crisis siria y confirmó que los ministros españoles de Exteriores y Defensa acudirán el jueves a la conferencia sobre Somalia convocada en Londres por Cameron.
Para escenificar el creciente peso de las empresas españolas en el Reino Unido, visitaron juntos las obras de Crossrail, el mayor proyecto de infraestructuras en ejecución en Europa, con un presupuesto superior a los 18.000 millones de euros, que permitirá en 2018 cruzar la capital británica de este a oeste en tren de cercanías. Empresas como Ferrovial, ACS y FCC se han adjudicado ya contratos de construcción de túneles y reforma de estaciones por unos 1.700 millones de euros, mientras que CAF licita por el suministro de material rodante por más de 1.200.
Antes de regresar a Madrid, Rajoy recibió en la Embajada española al miembro más europeísta del Gobierno británico, el liberal Nick Clegg. Según fuentes de La Moncloa, el viceprimer ministro elogió el “impresionante” ritmo de las reformas de Rajoy y, en especial, la “valiente” reforma laboral. No fue tan lejos en su entusiasmo como el propio Cameron, quien incluso pronosticó la victoria del PP en las próximas elecciones andaluzas.
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