Los socialistas muestran sus diferencias en los prolegómenos del encuentro
Chaves y Griñán se saludan y Guerra mantiene un tenso encuentro con el secretario general andaluz
El frío del exterior se ha dejado sentir en el arranque del 38 Congreso del PSOE, que se celebra en Sevilla hasta el domingo. La división interna entre los partidarios de Carmen Chacón y de Alfredo Pérez Rubalcaba se ha sentido en los pasillos antes de que hayan comenzado los actos oficiales. El exvicepresidente y exjefe del Ejecutivo andaluz, Manuel Chaves, se ha cruzado con su antecesor de José Antonio Griñán en la presidencia de la Junta, se han saludado, pero no se han detenido a hablar. También ha habido un breve y tenso encuentro con Alfonso Guerra.
El millar de delegados, los invitados y periodistas ya ocupan sus puestos en el hotel que acoge el congreso que decidirá el futuro del PSOE. La espera ha servido para ver las primeras diferencias.
Chaves llegó a su antiguo feudo sin demasiadas muestras de cariño por parte de los militantes que se encontraba y se ha dirigido de inmediato a un salón con Carmen Hermosín.
En el camino se ha cruzado con el equipo de Griñán, entre las que se encuentra su secretaria de Organización, Susana Díaz, que ya ha hecho público su apoyo a Carmen Chacón. Esta mañana no ha sido menos y ha afirmado con rotundidad: “De este Congreso va a salir la primera secretaria general del PSOE”.
Junto a ella se encontraban la presidente de los socialistas andaluces, Rosa Torres, Amparo Rubiales y otros miembros de la actual ejecutiva socialista.
Griñán se ha separado un momento para encontrarse con Alfonso Guerra en un pasillo entre dos cafeterías. La conversación ha durado unos minutos y ha discurrido en un ambiente tenso, en especial después de que el primero vetara al segundo para este congreso.
“Hemos hablado del encuentro de hoy” ha comentado Guerra mientras se dejaba fotografiar junto a Juan Luis Infante, un delegado de Huelva para quien este es su primer congreso.
Guerra no ha querido expresar sus preferencias y se ha limitado al discurso oficial: “Esto es un ejercicio de democracia. Mis opiniones son una cuestión interna que no quiero exteriorizar”, ha añadido.
Los dirigentes socialistas afrontan el comienzo del cónclave con cierto desánimo, en especial tras la crisis desatada en el seno de la federación que tiene que enfrentarse a las urnas en poco más de un mes. “Son muchos frentes abiertos”, ha lamentado un dirigente socialista andaluz que ha preferido que no sea identificado.
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