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Un año de cárcel por denigrar a las víctimas en Tuenti

Un gijonés de 31 años insultó en la red social a dos guardias asesinados por ETA Los responsables del portal lo denunciaron a la Guardia Civil

Los comentarios ofensivos en las redes sociales pueden salir caros. Si no, que se lo digan a Alberto Ortega Rivas, un gijonés de 31 años al que la Audiencia Nacional acaba de condenar por denigrar en tuenti a los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá, asesinados por ETA en Calviá (Mallorca) el 30 de julio de 2009 mediante la colocación de una bomba lapa en su coche. Dos usuarios denunciaron las apreciaciones redactadas por Ortega a los gestores de la red social, y estos los pusieron en conocimiento de la justicia. El tribunal lo acaba de sentenciar a un año de prisión por un delito de enaltecimiento del terrorismo.

El acusado, cuyo nombre de usuario en tuenti era Alberto Asturies Dixerba entró en otro perfil de la red social denominado Gora Euskal Herria. Su responsable, que no ha sido procesado ni juzgado al desconocerse su identidad, colocó en ella una imagen de tres ertzainas junto a un fuego. Diez días después de la muerte de los guardias civiles en Mallorca, Alberto Asturies añadió un comentario a la foto en el que decía: “Una pena que no ardiesen ellos”.

Diez días después, el gijonés volvió a entrar en ese mismo perfil de Tuenti para comentar, esta vez, la foto de otros miembros de la policía autónoma vasca deteniendo a una persona. Alberto Asturies introdujo esta vez su opinión en bable. “A ver si acaban como los picolos de Mallorca. Puxa Euskal Herria Llibre y Socialista. Que siga la llucha”, escribió. El siguiente comentario fue del usuario Gora Euskal Herria, que replicó: “Estoy contigo Alberto, un tiro en la nuca y adiós, pero a todos”. A los tres días, Alberto respondió: “Claro que a todos. Sean zipaios, picolos, munipas o policía española”.

En otra ocasión, después de que otro usuario comentara otra imagen reclamando que los policías fueran a la cárcel, el acusado escribió de nuevo: “¿A la cárcel? Mejor volar como los picolos de Mallorca”. La página Gora Euskal Herria podía ser vista al menos por los 155 amigos de su creador y por los 585 amigos de Alberto Asturies Dixerba, pero fueron otros dos usuarios de la red social –ninguno de ellos amigo de esos dos usarios- los denunciaron los comentarios a tuenti. Y tuenti hizo lo propio ante la Guardia Civil, que se presentó en la casa de Alberto y se incautó de su ordenador.

La sentencia, conocida ayer, subraya que todos sus comentarios pudieron ser leídos por miles de personas, y no solo por los amigos de Alberto y del usuario Gora Euskal Herria. Ambos perfiles tenían abiertos sus comentarios a los amigos de sus amigos. “No existen dudas de que el acusado, como usuario de tuenti, conocía que los comentarios serían vistos por otras personas, y era precisamente este el motivo por el que se colocaban”, aseguran los magistrados Javier Gómez Bermúdez (presidente), Javier Martínez Lázaro (ponente) y Guillermo Ruiz Polanco, en su resolución.

“Pero aunque el acceso estuviese limitado a los 155 amigos de Gora Euskal Herria, entendemos que se habrían cumplido los requisitos” del delito, continúa el tribunal, que recuerda que el Código Penal, en el enaltecimiento del terrorismo, condena la difusión. Y difundir, “supone, conforme al diccionario de la Real Academia de la Lengua, la propagación de algo, especialmente de una noticia o un suceso. Esta propagación se produce cuando los comentarios se efectúan a un colectivo de personas con independencia de que no se dirijan al público en general”, sigue la sentencia. Los magistrados subrayan que las redes sociales como tuenti, pueden contar con decenas de miles de usuarios.

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Si la existencia de difusión implica la existencia del delito, su ausencia significa lo contrario. Por eso, porque no existe propagación, la sentencia no tiene en cuenta otro menosprecio a las víctimas del terrorismo incluido en un mensaje privado enviado por Alberto Asturies a otro usuario. La condena, de un año de cárcel, no implicará el ingreso en prisión de este gijonés abertzale. Pero seguro que le hará reflexionar la próxima vez que decida expresar sus opiniones en Internet.

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