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Presos de ETA piden su libertad pero no cumplen con los requisitos de la ley

La medida se inscribe en una campaña puesta en marcha por el EPPK

Mónica Ceberio Belaza
Manifestación a favor de los presos de ETA.
Manifestación a favor de los presos de ETA.JAVIER HERNÁNDEZ

Los presos del colectivo oficial de reclusos de ETA han empezado ya a pedir, de forma individual pero dentro de una estrategia concertada y organizada, algunos de los beneficios penitenciarios que contempla la ley —como ya anunciaron en un comunicado publicado en el diario Gara el pasado 13 de noviembre—. Pero sin cumplir con lo que exigen las leyes para su concesión.

El primer paso ha sido presentar escritos solicitando en su propio nombre y a través de sus abogados la libertad condicional —los que han cumplido tres cuartas partes de la condena— o la libertad —aquellos que dicen estar gravemente enfermos o los que están en prisión por la aplicación de la doctrina Parot—.  Al menos cuatro de estas peticiones ya habían llegado ayer a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Por otro lado, los internos de la misma prisión que no están en ninguna de esas situaciones presentarán escritos solicitando estas medidas para sus compañeros. Además, el que pide alguna medida para sí mismo, como la libertad condicional por ejemplo, solicita para los otros la libertad por enfermedad o por aplicación de la Parot. Es la materialización de la vía individualmente colectiva por la que han optado.

Los escritos que formaliza un preso para sí mismo son los que podrían tener alguna posibilidad de prosperar -en principio, pero no como se han planteado-. Todos los demás no pueden tener efecto jurídico alguno. Solo forman parte de la retórica del colectivo para seguir defendiendo ante los suyos que no se han plegado al Estado y que su estrategia es y será colectiva.

En cuanto a los escritos pidiendo beneficios individuales para sí mismos, para que la medida se conceda tendrían que cumplirse los requisitos que establece la ley. Las libertades para los enfermos se concederán si, y solo si, el interno padece una enfermedad grave o en etapa terminal. Las peticiones de libertad para aquellos a quienes se ha aplicado la doctrina Parot no tienen posibilidad alguna de ser tenidas en cuenta porque es el Tribunal Constitucional el que decidirá sobre esta cuestión.

Y, sobre la libertad condicional para aquellos que hayan cumplido tres cuartas partes de la condena, los presos obvian que ese no es el único requisito. El interno debe estar en tercer grado penitenciario y solo dos reclusos de la banda lo están, por lo que el primer paso tendría que ser lograr la progresión de grado para poder seguir avanzando. Desde 2003, se les exige también, entre otras cosas, haber pedido perdón a las víctimas. Los escritos presentados no solo no lo hacen, sino que en una circular interna divulgada hace unos días por Vasco Press el colectivo arremete contra el arrepentimiento y las peticiones de perdón de la veintena de presos disidentes de ETA recluidos en Nanclares de Oca (Álava), que sí han dado ese paso.

El abogado Iñigo Iruin, en una entrevista publicada por la revista Argia en pasado 13 de noviembre, habla sobre la cuestión de los presos. Admite que, "haciendo un análisis realista , no se puede olvidar que la amnistía no existe ni en la Constitución ni en el Código Penal", por lo que no cabría la vía del indulto general para los presos de ETA. Señala, también, que las reformas legales de 2003 del Gobierno de Aznar en materia penal y penitenciaria "dejan escaso margen de maniobra".

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Él mismo se pregunta, a renglón seguido, cuál podría ser entonces la salida para los presos. "Podría ser como en Irlanda, que se diseñe una ley especial para regular la liberación progresiva de los presos políticos en función de su situación personal, pero, seguramente, el Estado español optará por el examen caso por caso", responde. "Por eso creo que si no se puede lograr una ley global específica, habría que lograr al menos unas pautas comunes que definan un marco global específico para el colectivo de presos. (...). En lo que respecta a los preventivos, como en la situación actual ha desaparecido el riesgo de que huyan o repitan el delito, la liberación de estos presos se facilitará mucho".

Mientras tanto, el colectivo de presos sigue con su hoja de ruta, con movimientos más simbólicos que eficaces. El siguiente movimiento será pedir el traslado a cárceles del País Vasco. De nuevo, todos a una dentro de la misma estrategia concertada.

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

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