"Orgullosa" de pertenecer a ETA

Idoia Mendizabal, Ilargi, ha reconocido hoy en la Audiencia Nacional que se siente "orgullosa" de pertenecer a ETA. Ha sido su única declaración antes de añadir en euskera que no otorgaba legitimidad al tribunal y que no iba a decir nada más. Mendizabal se enfrenta a diez años de prisión por colocar una bomba en el edificio de la Bolsa de Bilbao el 4 de marzo de 2002. El artefacto no hizo explosión.

No es la primera vez que Mendizabal protagoniza actos semejante en los tribunales. Hace un año la juez Ángela Murillo, le recriminó que se sentara con los pies en el banco de la sala acristalada en la que se encontraba. "¡Guarde la compostura, que no está usted en un bar, señora!", le dijo la magistrada. Ante las protestas de la acusada, le replicó: "¡Que se siente normal!". Entonces se enfrentaba a una pena de 25 años de cárcel por arrojar el 31 de enero de 1998, junto a una decena de personas, varios cócteles molotov a la vivienda de una agente de la Ertzaintza en Idiazábal.

Hoy mismo la Audiencia Nacional la ha condenado a ella y a Asier Arzalluz Goñi, su compañero junto al exjefe militar de ETA Garikoiz Azpiazu, Txeroki, del comando Olaia, a 18 de prisión por intentar asesinar a la delegada de Antena3 en el País Vasco, Maria Luisa Guerrero, a la que enviaron un paquete bomba el 17 de enero de 2002, que finalmente pudo ser desactivado. No es el único paquete bomba que ha remitido. Mendizabal es la autora del envío de otros artefactos semejantes al presidente de Administración del Grupo Correo y al director territorial de RNE en Bilbao. 

Mendizábal ya ha sido condenada a 377 años de cárcel por su participación en el intento de asesinato de la teniente de alcalde de Portugalete, Esther Cabezuelo, mediante la colocación de un carrito bomba que debía estallar a su paso por el Ayuntamiento. A la etarra también se considera autora de la bomba-lapa que estalló en el coche del diputado socialista, Eduardo Madina.