IU se conjura contra el voto del miedo y contra la resignación

En mangas de camisa, Cayo Lara deja claro en el cierre de campaña, que IU ha celebrado en el Palacio de Arganzuela de Madrid, que va a degüello a por los desencantados del PSOE. Apelando a la riada de votantes socialistas defraudados con la respuesta del Gobierno a la crisis, lo ha acusado de poner “el BOE a disposición de los banqueros”. “Que les pidan el voto a ellos", ha remachado entre aplausos de unos 1.200 afiliados y simpatizantes. "Con los votos de la izquierda le han hecho el trabajo sucio a la derecha para que llegue ahora a La Moncloa", ha sostenido, para preguntarse “cómo no se ruborizan, cómo no se les cae la cara de vergüenza” de reclamar el voto con el argumento de “que viene la derecha” cuando “ya está aquí y la han traído ellos”.

Solo IU, a su juicio, puede “pararle los pies a la derecha y a los mercados” y está legitimada para pedir su confianza a la izquierda. Tras pegar un duro repaso a la actuación del Gobierno, se ha conjurado contra el gran peligro del 20-N, la resignación ante la victoria del PP. Ha vuelto a recordar que de nada vale el “voto inútil” de la abstención, nulo o en blanco, y ha recordado a los que se plantean quedarse en casa el domingo que el voto es un arma "muy poderosa" con la que se puede cambiar “el rumbo de los acontecimiento” y la correlación de fuerzas en el Parlamento para que las leyes se hagan al "servicio de la mayoría" y no de los especuladores.

Lara, que ha centrado su campaña en equiparar a PSOE y a PP, “los de la teletienda, los que nos venden productos que no nos valen”, ha reclamado el voto a su votante tradicional, laico y republicano, a unos jóvenes “a los que les han robado el futuro y les quieren robar la esperanza”, a los indignados de “ayer y de hoy”, a los ecologistas y a los sindicalistas de CC OO y de UGT, a los que recuerda que era IU quien estaba con ellos protestando ante las Cortes mientras dentro el PSOE “los traicionaba” aprobando la reforma laboral, el recorte a los funcionarios y “el pensionazo”.

El candidato de la tercera fuerza política española ha rendido en su discurso homenaje a “la mochila” con la que IU se presenta a las elecciones, en la que están las iniciativas defendidas por Gaspar Llamazares en el Parlamento y su presencia en la calle con los sindicatos, los médicos, los profesores y los desahuciados en defensa de la sanidad pública, de la educación para todos y de una vivienda digna. "Hemos estado con los inmigrantes aunque no den votos porque alguien tiene que defender de los derechos humanos", ha subrayado Lara para prometer que, tras el 20-N, van a seguir “siendo la voz de la calle”, de los que defienden lo público frente al afán recortador y privatizador del PP y las exigencias de los mercados.

El final de la carrera electoral se ha celebrado en un ambiente de auténtica euforia ante el pronóstico más favorable para IU desde 1996. El último CIS, publicado al inicio de la campaña electoral, daba a IU ocho escaños, y la última encuesta de Metroscopia para EL PAÍS, publicada el pasado domingo, 11. Sea como que sea finalmente, la coalición no tiene duda de que logrará grupo parlamentario propio –la barrera está en cinco diputados- e internamente hablan de hasta 12 asientos en el Congreso. Todo un logro, dado que ahora tienen solo dos, pero lejos de los 21 que llegaron a tener en 1996, cuando el PSOE perdió el gobierno. Si se cumplen los pronósticos e IU se hace al menos con ocho diputados, seis de ellos serán hombres y dos mujeres. Entre ellos, confía en estar Llamazares, cabeza de lista por Asturias y al que sustituye Lara al frente de IU.

En su último mensaje a los votantes antes de la jornada de reflexión, Lara, que a sus 59 años se estrena como candidato a La Moncloa, ha agradecido el respaldo de las 12 fuerzas minoritarias con las que se presenta en coalición y ha repasado los ejes de su campaña: la única solución distinta a la crisis la ofrece su partido porque PP y PSOE aplican las mismas recetas, un no rotundo a los recortes y un plante ante la “voracidad de los mercados que quieren devorar la democracia”, la izquierda no ha fallado sino un gobierno de izquierda que ha aplicado políticas de derechas y una  llamada a los ecologistas y al Movimiento 15-M, a quien no para de recordar que comparten los anhelos de una democracia más participativa. Y ni hablar de lo sucedido en Extremadura.