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“El 15-M me parece muy romántico”

El presidente del sindicato de futbolistas advierte que "no hay una solución mágica" contra la crisis Fiel a sus principios, adelanta que votará "progresista"

José Marcos
El presidente de la AFE, Luis Rubiales.
El presidente de la AFE, Luis Rubiales.ULY MARTÍN

Si hay un sindicalista del balón ese es Luis Rubiales (Motril, Granada; 34 años). Desde que asumió el cargo en marzo de 2010, el presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) revolucionó el sector con la primera huelga del fútbol español en 20 años como medida de presión para que la Liga de Fútbol Profesional accediera a cambiar el sistema, que facilita los impagos de los clubes bajo el paraguas de la Ley Concursal.

Pregunta. ¿Qué necesita España?

Respuesta. La crisis que estamos viviendo es muy dura, no solo en España, así que entiendo que lo primero es una contención del gasto, que no es nada nuevo porque ya lo han anunciado nuestros políticos, eso sí, dando prioridad a aquellos servicios públicos de primer orden. Y sobre todo una gran sensatez. Es importante que se haga lo justo para que no caigamos en el miedo ni en el pánico. Las situaciones de crisis hay que tratarlas con cordura, firmeza, y decisión.

P. ¿Cuál es el principal problema que afecta al país?

R. Como cualquier ciudadano tengo amigos y familia que lo están pasando mal en estos momentos… Me preocupa el día a día de las familias españolas, que haya una tasa de más del 20% de paro, que en millón y medio de hogares nadie trabaje. Pero yendo un poco más allá, me preocupa que las bases de la economía nacional tengan la suficiente estabilidad para poder salir de la crisis. Porque de esto no se sale únicamente queriendo, sino teniendo unos fundamentos muy fuertes, aunque a otros países más potentes que España tampoco les ha servido para sortear la crisis del todo. No hay una solución mágica, aparte de comenzar por ponernos a trabajar, pensar y colaborar entre todos, principalmente entre los partidos políticos. Deben arrimar el hombro independientemente de quien gobierne.

P. ¿Qué lecciones se pueden sacar de la última huelga del fútbol? La AFE tuvo un grandísimo respaldo, justo en un momento en que la sociedad no confía como antaño en los sindicatos.

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R. Una huelga nunca es el mejor camino, nunca es una solución de la que nos tengamos que sentir orgullosos. Era la última puerta a la que llamar, después de una larga negociación. Entendimos que no había otra solución. Si algo hemos podido aportar al resto de la sociedad es el sentimiento de unión y solidaridad, como los campeones del mundo, que sin tener problemas, apoyaron a los que llevaban meses sin cobrar. Me quedo con eso, me siento orgulloso de que los futbolistas se comportaran como compañeros y creyeran los unos en los otros. Creyeron en su sindicato. Por lo demás, entiendo que la negociación fue productiva tanto para los jugadores como para la patronal.

P. ¿Qué le parece el Movimiento del 15-M?

R. Muchas cuestiones positivas y otras a criticar; la perfección no existe. En un momento de decepción generalizada, la capacidad de reacción de un grupo de ciudadanos transmitió un mensaje muy claro a la sociedad: No nos podemos quedar quietos. Me hizo reflexionar que muchas veces tienen voz quienes no necesitan hacerse escuchar, y quienes necesitan hacerse escuchar carecen de la misma. Esta es una manera de que el pueblo, o al menos parte de él, haya podido tener voz y expresar sus sentimientos. Me parece un movimiento muy romántico, del que aprender muchas cosas.

P. ¿Le recuerda a cuando los futbolistas se encierran en un vestuario para cobrar los atrasos? Usted lo ha hecho.

R. Cuando alguien sale a la calle en un día frío, cuando renuncia al confort de su casa, es porque cree en lo que hace y considera que es un paso necesario. Muchas de las tesis del 15-M, como el derecho a un trabajo, el derecho a una vivienda digna, o que cambie el funcionamiento de algunas instituciones para que nuestra democracia sea más fuerte, las comparten la mayoría de los españoles. Quienes tienen que entender el mensaje, que lo capten.

P. ¿La lucha de los futbolistas españoles ha reforzado al movimiento obrero?

R. Hay muchas maneras de llamar a la misma cosa, y el movimiento obrero quizás le suene a la mayoría de la sociedad a algo arcaico y poco realista. Hay grandes empresarios, con grandes ideas y que ponen en práctica grandes proyectos, pero el trabajador siempre tiene que estar protegido... Mi padre, por ejemplo, se pudo formar con muchísimo sacrificio, porque entonces ciertos derechos solo pertenecían a los privilegiados. Procedo de una familia de clase media, y mis padres tuvieron que trabajar mucho para que a mi hermana y a mí no nos faltara nunca nada. En mi generación, todos los niños tuvimos acceso a una educación y una sanidad, y ese tipo de cosas hay que seguir cuidándolas. Hay que darle la oportunidad a todas las personas, más allá del nivel económico que puedan tener, de que puedan formarse y aportar su potencial a este país. Esa es la esencia de la libertad y de la igualdad.

P. ¿Piensa votar?

R. Sí, yo voto desde siempre desde que tengo mayoría de edad. Soy muy tolerante y respetuoso con todas las ideologías, pero creo que es público y notorio que soy una persona progresista, y mi voto nunca dejará de serlo. Sería traicionar mis ideas. A partir de ahí, estoy rodeado de gente de todas las ideologías y aprendo de todas, sean de izquierdas, de derechas o de centro. He tenido la oportunidad de estar decenas de veces en el Parlamento este año, y me he sentido muy bien tratado por todos los partidos políticos. Me han demostrado que esa percepción de una clase política denostada no coincide en muchas ocasiones con la realidad.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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