La traición de la farándula
Los artistas han abandonado al PSOE y hacen campaña por otros partidos como IU y UPyD
Gaspar Llamazares ha decidido centrar su precampaña en los mercados. Ojo, no para defenderlos sino para darles caña. Su vídeo No habrá paz en los mercados es la versión española y apocalíptica (hasta se cita al profeta Isaías) de Inside Job, el documental que ganó el Oscar con su denuncia de como gestaron la crisis financiera internacional los grandes capitostes de Wall Street.
En el corto de IU salen los banqueros nacionales que se reunían en conciliábulo en La Moncloa para explicar a Zapatero como arreglar el país. Ahora resulta que sus bancos, que presumían de tener una salud de hierro y unos balances impolutos, necesitan más pasta que un ludópata en paro para tapar sus agujeros. Habrá que conformarse con que el Gobierno que salga de las urnas no nos meta mano en el bolsillo para salvar a quienes se declaraban hasta hace poco nuestros salvadores.
A estos nuevos aires de cine de denuncia a lo Sundance de IU, han debido contribuir, sin duda, los consejos del artisteo de la ceja, que ha abandonado a ZP para pasarse en masa al líder asturiano y al galán del cartel, Cayo Lara. Están con él todos los comediantes patanegra: Pilar Bardem, Juan Diego Botto, Juan Echanove, José Sacristán, Miguel Ríos, Joaquín Sabina… Bueno, casi todos, porque otros como Toni Cantó, prefieren montárselo por libre.
El actor valenciano, que es cabeza de lista por Valencia por UPyD, se multiplica en Internet. Tiene petao su Twitter y, como a la formación de Rosa Díez no le invitan a los debates televisivos, se monta sus propios debates con Rubalcaba y Rajoy en YouTube, un poco como los monólogos del Club de la Comedia pero con personaje invitado.
La traición de la farándula oficial al PSOE se ha hecho visible en la presentación de Ojalá, la plataforma de apoyo a Rubalcaba, que ha tenido que rescatar del archivo de RTVE a Rosa María Mateos, la presentadora de los telediarios de la Transición y musa del felipismo. Y Álvaro de Luna, el Algarrobo de Curro Jiménez. Ni un famosete en la foto. Por no estar, no estaba ni el propio Rubalcaba.
A Zapatero le han abandonado los artistas y las cámaras. Como no sale en los vídeos electorales, se da golpes de pecho en algún mitin secundario junto a su fiel Pepiño Blanco, que tampoco está en sus mejores horas. Se siente como una diva arrinconada, la Gloria Swanson de la izquierda española. El caso es que el PSOE no dispone de mucho elenco para sustituirle. Pero si ha tenido que echar mano de Felipe González y Alfonso Guerra para el mitin de Sevilla , que es como si Almodóvar juntara a Pajares y Esteso para relanzar su carrera, o si Rubalcaba se rodeara en el cartel electoral de los chicos –ahora honorables cuarentones- de Verano azul. El PP no duda en atizarles por esta carencia de glamur, aunque su plantel, tras la retirada de Norma Duval de las tablas, no sea tampoco para tirar cohetes. Claro, que los artistas del PP brotarán como hongos el 21N. Estarán haciendo cola en el Ministerio de Cultura para pedir subvenciones.
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