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El PSC comienza la travesía del desierto

Los socialistas catalanes afrontan el 20-N con una dirección provisional y con un poder territorial menguado, pero convencidos de que serán primera fuerza

Miquel Noguer
Montilla, el pasado mes de julio
Montilla, el pasado mes de julioTEJEDERAS

Sin líder, sin hoja de ruta y con menos poder territorial que nunca. El 20-N pilla a los socialistas catalanes en el peor momento de su historia. El PSC sigue con graves problemas para digerir la pérdida del Gobierno catalán hace un año y la del Ayuntamiento de Barcelona en las últimas elecciones municipales. Además lo hace sin un líder visible y a la espera del congreso que en diciembre tiene que encontrarle sustituto a José Montilla como primer secretario. Esta falta de liderazgo les está dificultando defenderse de la lluvia de ataques que le llegan cada día desde las filas de Convergència i Unió por haber “arruinado” Cataluña. Con todo, la mayor parte de las encuestas apuntan a una posible victoria del PSC, eso sí, seguidos de cerca por Convergència i Unió y el PP.

La ministra de Defensa, Carme Chacón, logró un récord histórico para el PSC en 2008 al lograr 25 diputados de los 47 que se disputaban en Cataluña con una cuota de voto del 45%. Nadie en el PSC aspira a revalidar estos resultados. El objetivo es seguir siendo primera fuerza, en Cataluña, algo que dejaría a los socialistas catalanes en una posición de privilegio dentro de la familia socialista para influir en el futuro del PSOE. Carme Chacón no ha desvelado qué cartas piensa jugar ante la previsible victoria del PP: optar a liderar el PSOE o hacerse fuerte en Cataluña. Casi nadie en el PSC la ve volviendo a la política catalana por más que muchos creen que sería la líder ideal para ayudar al partido a superar su actual trance.

Hasta el momento tres personas se han postulado para encabezar el PSC. Desde los sectores más catalanistas han surgido el alcalde de Lleida, Àngel Ros, y el exalcalde de Vilanova i la Geltrú, Joan Ignasi Elena. El tercer candidato es el alcalde de Terrassa, Pere Navarro, quien cuenta con más apoyos en las grandes federaciones de Barcelona y alrededores. Todos dan por hecho que el actual viceprimer secretario, Miquel Iceta, también acabará dando el paso. La suya sería vista como una candidatura continuista, pero con muchas posibilidades por su carácter integrador.

Más allá del debate de nombres está el proyecto. La militancia está pidiendo al partido un doble giro: hacia la izquierda y hacia posiciones más catalanistas. Entienden las bases que esta es la única forma para situarse como alternativa al bloque de centroderecha de Convergència i Unió y del Partido Popular que hoy marca el ritmo en el parlamento catalán. De momento la propuesta más atrevida es la celebración de elecciones primarias abiertas a los no militantes para elegir todos los candidatos.

Pero el PSC va a las elecciones en una gran crisis de liderazgo. Su primer año en la oposición se ha caracterizado por los bandazos y por ofertas de pacto a CiU que no se han llegado a concretar más que en un acuerdo para investir presidente a Artur Mas y que los socialistas ya dan por roto por los incumplimientos del nuevo Gobierno.

Los recortes sociales que está impulsando el Ejecutivo de CiU son vistos por todos los sectores del partido como la mejor oportunidad para posicionarse como alternativa. Además de intentar acercarse a los descontentos con el nuevo gobierno, el PSC está intentando convencer de que los recortes se pueden hacer sin atacar directamente la sanidad o la educación pública. La duda es si los votantes lo encontrarán creíble.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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