No es serio este cementerio
Cómo las televisiones cuentan el día a día hasta el 20-N. Los aeropuertos sin aviones triunfan
Día de Todos los Santos. Si alguien quiere ir al cielo hoy que no lo haga desde Ciudad Real. Es imposible. Tampoco se puede desde Alguaire, desde Reus o desde Castellón. Todos ellos aeropuertos fabulosos con baños limpísimos, espaciosos asientos y sin colas. Solo tienen un fallo, les faltan aviones.
La noticia del fin de semana es el cierre del aeropuerto manchego, que ha costado mil millones de euros. Cuando se anunció en 2004, José Bono, entonces presidente de la comunidad, advirtió de que sería una “clarísima competencia” para aeropuertos cercanos (o sea Madrid), aunque sin pretender “arruinarles”. Telemadrid recoge puntualmente esas imágenes.
Como debe hacer un buen medio periodístico; lástima que en Telemadrid solo funcione en una dirección. Eran aquellos tiempos en que vendíamos los ladrillos como lingotes de oro. Y la gente picaba. Algunos cálculos señalan que desde que se estreno en 2008, cada viajero del aeropuerto de Ciudad Real ha costado unos 5.000 euros.
El cierre del aeropuerto Don Quijote, es un ejemplo de la “era del despilfarro”, según Cuatro. RTVCM, la televisión de Castilla La Mancha, que ve el 4,5% de los castellanomanchegos, fue muy tibia con la información del cierre del aeropuerto. Lo lidió como si tal cosa, como la recogida del azafrán de Consuegra, que cubrió el mismo día. Los viajeros que hablan, como un asturiano que ha ido a ese aeropuerto para llegar a Extremadura -¿no tenía más a mano una piragua, ya puestos?- están tristes por el cierre. Ninguno se plantea el despilfarro de dinero público, que nos han traído estos lodos.
La televisión catalana TV3 abrió el informativo nocturno del domingo con los apuros de los aeropuertos de Reus, que se quedará sin vuelos comerciales hasta abril, y de Girona, que se quedará sin la mitad de los destinos, porque la compañía de bajo coste Ryanair reduce sus vuelos, sobre todo si la Generalitat no le da dinero. Pero a diferencia de Castellón o Ciudad Real, los dos catalanes son instalaciones antiguas. No es el caso de Alguaire-Lleida, estrenado a principios de 2010, y que tiene dos vuelos a la semana. El 18 de enero de 2010, el entonces presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, inauguraba el aeropuerto en medio de la pampa leridana, y anunciaba que era el primer aeropuerto gestionado por la Generalitat, “pero no el último. Los otros vendrán a continuación”. Se inauguró con dos vuelos a tope, que fueron los únicos, quizás porque la mayoría no pagó.
Un año más tarde, los inefables Camps and Fabra inauguraban el aeropuerto de Castellón. El 25 de marzo o sea ayer, el aún presidente de la Comunidad Valenciana Francisco Camps y el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, cortaban la cinta de la instalación, que siete meses después aún no ha visto un avión. “¡¡Por fin”, gritó exultante Camps. “Ni en mis mejores sueños imaginé llegar tan lejos”, añadió Fabra, quien, no obstante, aún fue más allá: “¡No vamos a fracasar!, esto no es tierra de fracasos”. Lo que no se puede decir es que no cree empleo. La semana que viene contratará 8 hurones y 8 halcones para que despejen de animales el espacio aéreo, no vaya a aparecer un avión por sorpresa.
A nadie le importa y –reconozcámoslo- a los ciudadanos parece que tampoco, quien paga esas facturas pues siguen votando a los dilapidadores. Para evitar males mayores, Aragón TV recoge una iniciativa del Ayuntamiento de Zaragoza para que los usuarios de los nichos del cementerio se pasen por la Oficina de Administración.
Ni Dios fue nunca tan expeditivo para abrir la puerta del reino de los cielos, pero es que al parecer hay cadáveres zaragozanos que no pagan desde los 50. Ya lo advirtió Mecano hace un cuarto de siglo. “No es serio este cementerio”.
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