El PP decide reprobar por su cuenta al dirigente de CiU
Arenas se desmarca de la moción del PSOE contra el nacionalista por los "insultos" a populares
La máxima que dice que un enemigo común hace grandes aliados no funciona con el PSOE y el PP. Ambos partidos se aprestaron enseguida a condenar las palabras del portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, sobre la presunta pereza de los perceptores del PER —“pasan toda la jornada en el bar de su pueblo”, dijo— y proponer su reprobación en el Parlamento andaluz. Pero han presentado iniciativas diferentes y ahora tendrán que pactar un texto común cuando llegue el pleno, previsto en 15 días, si quieren que el rechazo sea unánime.
La carga de profundidad la introdujeron los socialistas el lunes. En la exposición de motivos de su proposición no de ley recuerdan un rosario de observaciones despectivas contra Andalucía de dirigentes nacionales del PP. Una vez salvada la primera impresión, y lo recogido por los medios de comunicación (la noticia de hoy era el rechazo de todas las fuerzas políticas), los populares registraron su propia iniciativa, que se ciñe al caso concreto. “Es curioso que en el preámbulo metan 50 insultos al PP y piensen que lo vamos a firmar, que nosotros mismos nos autoinsultemos. Esto de la política andaluza da para un aprendizaje diario. Es espectacular”, dijo Javier Arenas.
El PSOE salpica la iniciativa de alusiones a los “ataques” de la derecha al modelo de bienestar de Andalucía, desde “planteamientos clasistas”, y coloca en un segundo plano la condición de nacionalista catalán de Josep Antoni Duran i Lleida. También reivindica en el texto insistentemente el modelo social y conómico andaluz, la igualdad de oportunidades y la cohesión social. Incluso denuncia una estrategia “deliberada” de una minoría contra Andalucía, “como mejor exponente” de las políticas que han consolidado el Estado del bienestar en España.
En el último párrafo de la exposición se dice: “Estas manifestaciones de rechazo se hacen extensibles al resto de insultos y declaraciones ofensivas hacia Andalucía llevadas a cabo por políticos de la derecha de nuestro país, así como el nacionalismo radical”. Luego se citan algunas de las frases explosivas, como la de Ana Mato, secretaria de Organización del PP, que afirmó que “los niños andaluces son prácticamente analfabetos”; Alejo Vidal Quadras, que llamó a Blas Infante “cretino integral”; y la de la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, a propósito del PER: “El Gobierno se ha ido a Sevilla a dar pitas, pitas, pitas”.
En un acto de su partido, Arenas destacó que en su proposición “no se insulta a otra fuerza política”. “Nos hemos limitado a la reprobación del señor Durán, que es lo que toca”, agregó.
No obstante, el PP carga las tintas sobre el nacionalismo catalán. Se nombra varias veces y, al menos, en dos ocasiones, se argumenta que lo que intenta hacer Duran i Lleida es tapar los problemas internos de Cataluña. Sin la pasión que le pone el PSOE, defiende los buenos resultados del PER y su importancia para la protección social de los trabajadores del campo.
El portavoz parlamentario del PSOE, Mario Jiménez, se apresuró a lamentar que Arenas ha destrozado la unidad de los partidos por presentar otra proposición. “Arenas rompe la unidad ante la agresión de Duran y el PP catalán declara su compresión con el líder de CiU. ¿Casualidad? No, derechas”, aseguró Jiménez en Twitter.
No es la primera vez que ocurre algo así. Cuando Joan Puigcercós (ERC) dijo que en Andalucía “no paga impuestos ni Dios”, tanto PP como PSOE pusieron el verdadero énfasis en hacerse responsables mutuamente de la penosa estampa que tiene Andalucía en el exterior. Esperanza Oña, portavoz del PP, dijo entonces: “Algo tendrá que ver el Gobierno de la Junta en que se tenga una imagen tan vejatoria de la comunidad”. Jiménez contraatacó asegurando que es el PP el que ha fomentado durante lustros los tópicos de la Andalucía indolente, vaga y subvencionada, con sus permanentes apelaciones al voto cautivo, la sopa boba y todo tipo de estereotipos negativos.
El PSOE también metió en su argumentario la letanía de frases de los dirigentes populares, aunque no llegó a citar los nombres. Luego, cuando llegó el pleno de la reprobación de Joan Puigcercós, ambos partidos pactaron un texto que fue aprobado por unanimidad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.