Rubalcaba y Rajoy citan a sus comités para resolver el sudoku de las listas
El candidato socialista empieza a llamar hoy a Ferraz a los barones con menos mujeres en su lista El líder popular aún no ha aclarado si incluirá en Madrid al alcalde de la capital
En una cosa coinciden Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy en estos momentos, pese a la distancia sideral en las expectativas de voto que conceden a cada uno la mayoría de las encuestas, en este caso abrumadoramente a favor del candidato del PP. Ninguno de los dos está especialmente preocupado ni obsesionado con el cierre de sus listas electorales, pese a que el tiempo ya apremia. No es su mayor prioridad.
Eso sí, en el caso del PSOE el candidato ha querido involucrarse personalmente para intentar resolver una demanda que le han planteado varias veces las dirigentes femeninas del partido y que algunas le reprocharon a la cara el pasado sábado en la Conferencia Política. Desde hoy mismo empezará a llamar a su sede en Ferraz a varios barones regionales para corregir la presencia de mujeres en puestos de salida y cumplir mejor la ley de paridad.
La confección de listas es siempre un momento complicado para todos los partidos. Hay siempre más pretendientes que puestos disponibles. Incluso ahora en el PSOE. Lo dijo Rubalcaba en público y es verdad: tiene lista de espera. Pero también tiene algunos problemas. Las expectativas electorales sitúan al PSOE a la baja, con una proyección de diputados en el Congreso que podría rondar los 125 escaños en vez de los 169 actuales. Ya se vio cuando quiso imponer por Zamora al actual ministro del Interior, Antonio Camacho, su principal colaborador en ese departamento mientras lo dirigió. Hubo un enfrentamiento, que quedó solventado pero dejó abiertas algunas heridas.
El candidato, en cualquier caso, no ha querido plantear ni forzar en las listas todas las batallas que se le podrían haber abierto en distintas federaciones. Conoce a su partido y sabe también cuál es el poder de los barones regionales. Sí ha querido mojarse en el tema de las mujeres.
El sábado, durante la conferencia política, el propio Rubalcaba mantuvo una reunión con los barones del partido. Todos hombres. Les citó y les reconvino a cumplir mejor la ley de paridad en sus listas, que exigen que no se baje nunca de un mínimo del 40% de los puestos en cada tramo de cinco parlamentarios ni para hombres ni para mujeres. Les reprochó, además, que no hubieran tenido la habilidad para sortear esa exigencia. Y les ofreció una solución fácil, que todavía algunos de los señalados no han puesto en marcha. Les recomendó situar en primer lugar en las candidaturas a las mujeres que iban de número dos en los casos en que estuviera segura la elección de dos diputados.
El PSOE ya lleva en esta ocasión 17 mujeres cabeza de lista, más que nunca. En 2008, fueron cinco menos. Hay algunas comunidades, como Castilla-La Mancha, Castilla y León, o Euskadi, donde hay pocas mujeres. Algunos de los barones que dirigen esas federaciones se sintieron señalados y pasarán por Ferraz. Hoy ya hay varios citados. El sábado el comité federal debe dar el visto bueno a la aprobación definitiva de las listas.
Además de las mujeres, el PSOE tiene algún otro conflicto aislado, como por ejemplo en Galicia o incluso en la siempre conflictiva federación madrileña, donde a Rubalcaba le gustaría ir arropado con alguna persona más de su máxima confianza. Para eso necesitaría que alguno de los candidatos ya nominados por la dirección regional del partido fuese relegado, algo que no ve con buenos ojos Tomás Gómez. No se descarta una actuación de última hora para solventar ese problema.
El PP, mientras tanto, parece que vive en paz. Pero también tiene sus problemas con las listas. Su convención política sobre el programa empieza mañana en Málaga, y a Rajoy le gustaría llegar con todos los problemas resueltos. Hoy se ha convocado al comité de listas, que dirige Miguel Arias Cañete con la pretensión de llenar sus últimas vacantes. Los conflictos en este caso son menores, pero podrían resultar relevantes. Por ejemplo, en el PP sigue especulándose con la presencia o no en la lista de Madrid, tras Rajoy, de su número dos, que debería de ser una mujer, y también del alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón.
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