Seriedad a las puertas del hemiciclo
Los rostros de los diputados reflejan la tensión de la falta de consenso en un asunto tan importante “Hemos sido pasados por la piedra”, afirma Llamazares tras la Junta de Portavoces.
Rostros serios, graves. Antes del comienzo del pleno, en el que se ha aprobado la primera reforma de calado de la Constitución, los partidos que anunciaron su voto en contra no albergaban ninguna esperanza. “PP y PSOE tienen mayoría en la mesa”, afirmaban fuentes de ERC. Hoy ya no había nada que hacer.
“Hemos sido pasados convenientemente por la piedra”, afirmó Gaspar Llamazares (IU) a la salida de la Junta de Portavoces, poco antes del pleno. El acuerdo entre socialistas y populares “niega el derecho de los parlamentarios”, aseguró, por lo que su partido, según ha anunciado, recurrirá la reforma al Tribunal Constitucional.
Joan Herrera (ERC) apenas hizo ningún comentario. “Van a rechazar todo”, dijo con acierto, convencido de que la mesa de la Cámara no aceptaría ninguna de sus enmiendas, ni las de su partido ni las del resto.
“A ver si nos dan algo, porque así no podemos votar”, aseguraban fuentes de CiU. En Cataluña “no se entendería”. Son las formas lo que critican los nacionalistas catalanes, no el contenido. “En Alemania participaron los länder y se hizo con mucho más tiempo”, consideran.
Mientras, la bancada popular sonreía. Lo hacía la portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, a su llegada al hemiciclo, donde aseguró que la reforma “preserva la estabilidad”. También el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llegó sonriente al pleno, con algunos minutos de retraso, pero sin hacer comentarios.
Quienes no hicieron ningún comentario más fueron los diputados de ERC, BNG y NaBai, que abandonaron el pleno poco antes de la votación de la reforma en señal de protesta para escenificar el plante a la reforma de la Constitución. Al principio dubitativos, decidieron salir tras la última advertencia del presidente del Congreso, José Bono: “Señores ujieres, cierren la puerta”.
Gaspar Llamazares, que permaneció en la sala para vetar las enmiendas transaccionales, fue el primero en salir del hemiciclo tras la votación con aparente enfado. No se dirigió a los medios, prefirió hacerlo minutos después a través de Twitter: "Me he ido en espíritu con mis compañeros y he dejado mi cuerpo para vetar las transacciosnes de PPSOE y CiU en justa correspondencia".
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