“Nos gritaron: '¡Venga, sucios, moved el culo!”
La menor protagonista del vídeo de la agresión policial en la marcha laica dice que “los fachas" la han amenazado con rajarle "una cruz en la frente”
Tiene solo 17 años y sus ojos claros se humedecen -sin llegar a más- cuando relata la agresión que sufrió por parte de varios agentes de antidisturbios el pasado jueves en la calle de Atocha. El vídeo en el que se ve cómo los policías la abofetean y golpean junto a un joven, sin que ninguno de los dos hubiera mostrado una actitud agresiva, ha volado por la Red. Ha sido el motivo por el que la Jefatura Superior de Policía ha abierto una investigación interna para dilucidar si los agentes actuaron de forma desproporcionada en las cargas al término de la marcha laica del pasado miércoles y en las concentraciones posteriores. "Nos gritaron: ¡venga, sucios, moved el culo!", recuerda. Pero ella no tiene rabia. Cuando se le pregunta a Katerina qué siente, cómo se encuentra después de aquello, medita unos segundos y contesta: "Estoy decepcionada". Sin rabia. Sin más.
Ahora todos la conocen. Es la niña o la rubia o la joven del famoso vídeo. Ha recibido mucho cariño anónimo: "Me han parado en el metro y me han abrazado", dice. Pero también la han amenazado. "Los fachas de mi pueblo (San Lorenzo de El Escorial) me han dicho por Tuenti que van a rajarme una cruz en la frente".
Katerina acudió ayer a la asamblea que el 15-M convocó en la plaza de Oriente para hablar sobre los casos de agresiones y decidir si actúan a través de una denuncia colectiva. El día anterior, el jefe del grupo de antidisturbios, que presuntamente la golpeó, y uno de los subinspectores declararon ante el instructor del caso, que deberá decidir si abre un expediente disciplinario contra los agentes.Katerina tampoco tiene miedo. Va a seguir asistiendo a todos los actos del 15-M, aunque no va a ir a "buscar" que vuelvan a agredirla. "Lo vives como una eternidad. He visto el vídeo y sé que fueron 30 segundos, pero a mí me pareció muchísimo tiempo, solo pensaba en que se acabara ya". Esa tarde acudió a la concentración que se celebró en Sol para protestar por las cargas policiales que se produjeron el miércoles 17, durante la marcha laica, y que acabaron con 8 detenidos y 11 heridos. Hacia las diez de la noche, la policía condujo a gritos a los manifestantes desde el centro de la plaza hasta la calle de Carretas. Ella asegura que se quedó paralizada por los nervios, y por ese motivo la golpearon por primera vez.
La agresión registrada en el vídeo ocurrió poco después en la calle de Atocha. Katerina reconoce que increpó a los agentes: "Les grité que eran unos violentos". Enseguida la reconocieron. "El jefe, el que me dio la bofetada, es el que le preguntó a los otros: '¿Es esta hija de puta?". La golpearon en la cara y en la cadera, y a su amigo Luis Miguel, que la sacó en volandas, en el muslo y en la espalda. Ambos van a denunciarlo, aunque todavía no tienen parte de lesiones. Los cardenales de Luis Miguel son visibles.
La Jefatura Superior de Policía ha abierto una investigación interna sobre la actuación de los antidisturbios, que podrían haber incurrido en una falta grave o muy grave del régimen disciplinario, castigada con suspensión de funciones o incluso con la separación del servicio. El jefe del grupo de intervención policial, que presuntamente agredió a Katerina, y un subinspector declararon el pasado lunes en el marco de esa investigación, según fuentes policiales. Ayer lo hicieron otros agentes de la misma unidad. El instructor podría decidir esta misma semana si abre expediente contra ellos.
El mayoritario Sindicato Unificado de Policía censuró la actitud de los agentes que aparecen en las imágenes colgadas en Internet. "Han vulnerado los principios de actuación policial", dijeron a través de un comunicado. Amnistía Internacional condenó ayer también la carga "indiscriminada" y solicitó a la delegada del Gobierno en Madrid, María Dolores Carrión, que garantice una investigación "efectiva" y "exhaustiva" sobre el asunto.
En los jardines del Cabo Noval, en la plaza de Oriente, dos centenares de personas pusieron en común sus relatos de agresiones policiales. Por la mañana, un grupo de periodistas había denunciado también haber sido objeto de ataques de agentes mientras cubría las manifestaciones. Ante la abundancia de casos, el 15-M ha decidido crear un grupo específico para tratar los problemas derivados de las agresiones.
"Apalearon a mi hijo de una forma horrible. Está muerto de miedo", contó con la voz quebrada una mujer durante la asamblea. Un sonoro aplauso sustituyó al tradicional gesto de levantar las manos con el que los miembros del 15-M muestran su aprobación. Katerina la escuchaba con los ojos de nuevo humedecidos.
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