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Menos del 1% de las quejas y denuncias contra jueces acaban en sanción

La memoria del Consejo del Poder Judicial del año 2010 fue dada a conocer ayer

La portavoz del Poder Judicial, Gabriela Bravo.
La portavoz del Poder Judicial, Gabriela Bravo.EUROPA PRESS

La inmensa mayoría de las denuncias y quejas que presentan los ciudadanos contra jueces y funcionarios quedan en nada. Y en el caso de los jueces no llegan ni al 1% las que prosperan y acaban con sanción, según la memoria del Consejo del Poder Judicial relativa a 2010, presentada ayer por su portavoz Gabriela Bravo.

Entre las quejas y denuncias que el Poder Judicial archiva casi sobre la marcha, el 14% obedece a discrepancias con resoluciones judiciales; pero hay otras muchas referidas a actuaciones judiciales reprochables (trato déspota o descortes, casi un 40%) que tampoco prosperan ante la dificultad de probarlo.

Según el Consejo, de las 952 informaciones previas por denuncias de usuarios, o incluso de oficio, que abrió la Comisión Disciplinaria del Poder Judicial el año pasado, solo 47 de ellas (apenas un 5%) acabaron en la apertura de un expediente disciplinario. En 2010, el Poder Judicial resolvió 81 expedientes de este tipo. De ellos, sólo 41 acabaron en sanción.

El siguiente es un ejemplo real que ha derivado en una denuncia ante el Poder Judicial. La ha presentado Manuel A. B. contra el juez José Pablo Fernández-Cavada, del Juzgado número 1 de Villanueva de la Serena (Badajoz). El usuario está indignado. El juez le citó a él y otras cinco personas para su juicio por divorcio el pasado 21 de junio, a las 13.30. Él y los testigos hicieron 300 kilómetros para ir a una vista que el juez, según el denunciante, “se empeñó en no celebrar”.

El denunciante cuenta: “Hay grandes diferencias sobre el divorcio y yo quería un juicio. Pero el juez, a mí y a mi abogado, nos soltó que, o me ponía de acuerdo con ella sobre las condiciones, en cuyo caso pondría la sentencia en 24 horas, o bien, si tenía que celebrarlo, tardaría tres o cuatro meses en redactarla y no podría ver al niño en ese tiempo”. “Me está usted chantajeando, señoría”, asegura que le dijo. “Se dio la vuelta y se fue. Tuve que aceptar el acuerdo. Además, le pedimos que fijase un punto de encuentro de recogida del menor para evitar nuevos problemas de denuncias. No lo otorgó. Dijo que no le gustaba el de Mérida. Cuando fui a entregar a mi hijo, hace unas semanas, resulté herido”, añade. “Ahora, tengo que recogerle de nuevo el 1 de agosto, pero en la sentencia ni se dice en qué domicilio está el niño”. Este periódico ha contactado tres veces con el juzgado. El juez ha rehusado hablar.

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