IU y la deuda llevan al PP a olvidar sus rebajas fiscales
Cospedal y Monago apartan de momento su promesa de reducir impuestos
En un caso ha sido consecuencia de la crisis y de la deuda de los organismos públicos de Castilla-La Mancha; en otro, el apoyo al Partido Popular que ofrecerán los tres diputados de Izquierda Unida con su abstención en el Parlamento de Extremadura.
Por una razón o por otra, dos de los barones populares que han estrenado o estrenarán Gobierno, María Dolores de Cospedal y José Antonio Monago, han rectificado y corregido el alcance de las medidas fiscales prometidas a los electores en la campaña del 22-M.
Primero fue la número dos de Génova, quien el lunes, en su discurso de investidura, dejó claro que “por puro sentido común y responsabilidad las rebajas de impuestos guardan, lógicamente, relación directa con el estado de las arcas públicas”. Lo que quiere decir: congelación de la reducción del tipo en la tarifa autonómica del IRPF y en la tasa de transmisiones patrimoniales, y retraso en la eliminación del impuesto de sucesiones. “Por esta razón”, prosiguió Cospedal, “las llevaremos a la práctica cuando hayamos saneado las cuentas públicas, pagando las facturas de la Administración y alcanzado el equilibrio presupuestario”. Esto es, en algún momento no aclarado de su legislatura.
La mayor concesión del futuro Ejecutivo de Monago a IU, que cuenta además con el beneplácito de Mariano Rajoy, tiene que ver precisamente con el impuesto de sucesiones —que finalmente no eliminará y “modulará” en función de los ingresos— y el de patrimonio, que se volverá a instaurar para las rentas más elevadas.
El líder del PP extremeño renuncia a suprimir la tasa de sucesiones
El dirigente popular contraviene así a su propio programa, en el que denunciaba: “El Gobierno socialista [de Fernández Vara] ha insistido en mantener el impuesto sobre sucesiones y donaciones cuando prácticamente ha desaparecido en toda España y esto ha provocado una deslocalización de las comunidades autónomas con una fiscalidad más favorable”.
Monago había prometido “una profunda reforma fiscal que suprima y rebaje impuestos extremeños” y reducciones en el impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados en el desarrollo de la actividad empresarial.
La rebaja de impuestos tiene relación con las arcas públicas Dolores de Cospedal
El popular anunció su viraje el miércoles a la salida de la reunión mantenida con Rajoy en el despacho del líder del PP en el Congreso de los Diputados. Para justificar la rectificación utilizó palabras insólitas en el entorno conservador destacando que “la función de la riqueza es redistribuirla”.
Concretamente, esta última reflexión, un argumento clásico de IU, llevó a la coalición a exigir en su programa marco la “reposición” del impuesto allí donde se haya eliminado y “el establecimiento de un nuevo sistema de deducciones y bonificaciones en funciones de la renta y del patrimonio”.
Los cambios de rumbo de Monago, criticado por el presidente saliente de la Junta extremeña, Guillermo Fernández Vara, por “defender lo contrario de lo que votaron los ciudadanos que le dieron la confianza”, o el de Cospedal, si bien parecen los más llamativos no son los únicos.
El nuevo presidente de Baleares, José Ramón Bauzá, prometió, por ejemplo, una rebaja impositiva generalizada antes de las elecciones, y la semana pasada, en su discurso de investidura, prevaleció la prudencia y habló de un paquete de reducciones tan solo “encaminado a bajar impuestos y dinamizar la economía”.
En Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que tomó posesión de su cargo ayer como Ignacio Diego en Cantabria, destacó que, a pesar de lo que ha ocurrido en otras comunidades, de momento no contempla la posibilidad de incrementar el IRPF ni dará “marcha atrás” en la supresión del impuesto de sucesiones. “Por convicción, para no penalizar en el seno de las familias la transmisión de empresas, viviendas y otros bienes básicos”, se justificó.
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