Aduna o el mundo al revés

Aduna es un pequeño municipio guipuzcoano, cercano a Tolosa, de apenas 490 habitantes. Un pueblo industrial que no suscitaría la menor curiosidad política si no fuera porque tras las elecciones del 22 de mayo se han dado dos paradojas: el único partido que se presentó, el PP, no puede gobernar y el que no concurrió, ANV, por estar ilegalizado, continuará en el Gobierno. El mundo al revés.

Los populares fueron la única formación que presentó candidatura. Obtuvieron 12 votos -11 más que en las elecciones del 2007- de los 300 que se fueron emitidos. 287 vecinos votaron en blanco (Un voto fue nulo). Los sufragios del PP (4,01%) no alcanzaron el 5%, el porcentaje mínimo exigido para que un Ayuntamiento se pueda constituir. Una táctica que suelen emplear los simpatizantes de la izquierda abertzale para impedir que los populares accedan a las alcaldías pero que en Aduna niegan haber seguido o alentado.

El PP obtuvo 12 votos, de los 300 emitidos. 287 vecinos votaron en blanco y un voto fue nulo

Ante el problema de la alcaldía vacante, la Junta Electoral de Zona de San Sebastián acordó que continuara “en funciones” la anterior corporación, salvo que decidiera renunciar, en cuyo caso se nombraría una comisión gestora. Los siete concejales de la ilegalizada ANV han decidido que van a seguir otros cuatro años, “salvo que el pueblo pida otra cosa”, puntualiza la actual alcaldesa en funciones Arantza Aburuza.

Aburuza explica que ella y los otros seis concejales optaron por no concurrir a las elecciones bajo las siglas de Bildu porque “al haber formado parte de un partido ilegalizado” entendían que les iban a “impedir presentarse” bajo cualquier otra sigla. Ahora continuarán al frente del Ayuntamiento pero “como independientes”. Sin embargo, no van a tener libertad absoluta para gobernar. La alcaldesa, en la treintena, como el resto de su equipo, cuenta que no podrán asumir las competencias recogidas en el artículo 47 de la Ley de Bases de Régimen Local, entre las que se encuentra la facultad de enajenar bienes o aprobar créditos.

El candidato popular ni siquiera reside en el País Vasco

Vicente García Montoya, el candidato que habían presentado los populares en Aduna, ni siquiera reside en el País Vasco. Se ofreció voluntario, algo habitual en el PP de Euskadi. Los populares vascos presentan listas en todos los municipios de la comunidad para garantizar que los que quieran, tengan la posibilidad votar por opciones distintas a las abertzales. Allí donde no hay aspirantes suficientes, el PP de Madrid envía voluntarios. El PP ganó en Lizartza (Guipúzcoa) en 2007, aunque ninguno de los concejales elegidos vivía en el País Vasco. Los populares se acogieron a una disposición que permite que si renuncia toda la lista de un partido sean sustituidos por otros concejales de la misma formación. Si en Aduna los populares hubieran obtenido votos suficientes habrían hecho lo mismo.

Aunque prefieren no hacer valoraciones, el PP de Guipúzcoa habría preferido que se hubiera constituido directamente una gestora, como ya ocurrió en Elduain en 2007. Entonces, al igual que ahora en Aduna, los únicos que se presentaron fueron los populares y tampoco obtuvieron el porcentaje mínimo de votos para formar alcaldía.

En Aduna las cosas siguen igual que antes del 22-M pero de otra manera. Un mundo al revés, donde los ilegalizados gobiernan y los que ganan no pueden acceder al poder. Una paradoja… o cosas de la política.