Pros y contras de agotar la legislatura
Convocar en noviembre las generales evitaría la soledad parlamentaria del PSOE
El debate está servido en Ferraz y tiene muchas aristas: Adelantar las generales, como pide con insistencia el PP tras el 22-M, o agotar la legislatura y respetar marzo de 2012 como fecha de los comicios, como anunció en el último Comité Federal del PSOE el presidente del Gobierno, que tiene la llave de la decisión. ¿Qué le interesa más al PSOE? A continuación, los motivos a favor y en contra de anticipar o no las generales.
Los pros…
Permitiría vincular la creación de empleo del verano con las reformas del Gobierno. Los socialistas podrían vender en la campaña las cifras positivas de empleo de julio, agosto y septiembre y vincularlas con la reforma del mercado laboral o la negociación colectiva. No obstante, el pasado julio la tasa de desempleo creció debido al aumento de la población.
Evitaría escenificar la soledad parlamentaria socialista. El PSOE no tiene garantizado el apoyo de CiU y PNV en los Presupuestos de 2012. Prolongar la imagen de interinidad durante todo el invierno dañaría seriamente al partido. “El Gobierno carece de legitimidad para presentarse como alternativa”, asegura Fernando Vallespín, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid
Suavizaría la sangría de votos. El PSOE no remonta. Cada mes, la ventaja del PP aumenta. El efecto Rubalcaba no existe. Según la última foto fija de Metroscopia para EL PAÍS, los conservadores sacarían al PSOE 13,8 puntos. “El tiempo corre en contra los socialistas y la situación no tiene”, explica un politólogo próximo a Ferraz, que pide el anonimato.
Estimularía la renovación ideológica y la regeneración interna. Zapatero tomó las riendas del PSOE tras el 35 Congreso de 2000, insuflando optimismo a los delegados con frases como: “Estamos mejor de lo que parece y lo vais a vivir”.
Impediría la imagen de un presidente del Gobierno débil, en funciones. Zapatero, como “pato cojo”. “El Gobierno está fuera de juego”, dice Vallespín, que admite que una renovada mayoría parlamentaria en las generales inyectaría confianza a los mercados.
Desmontaría la tentativa del PP de aprovechar su reforzado poder autonómico para cargar contra el Gobierno. Los socialistas podrían atravesar un invierno frío en el Congreso si el PP utiliza las comunidades donde gobierno para hacer oposición. La polémica a cuenta de la deuda autonomía o las facturas de Castilla-La Mancha podrían ser sólo el inicio de futuras broncas políticas.
…y los contras
Paralizaría las reformas del Gobierno. La elite empresarial, encabezada por el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, pidió el pasado marzo a Zapatero que no adelantase las generales en pos de la recuperación económica.
Daría la razón al PP. Los populares, reforzados tras el 22-M, han redobla su insistencia sobre un adelanto electoral. “Zapatero está muerto, pero no se ha enterado”, ha dicho recientemente el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons.
El precedente de González
En el supuesto de que Zapatero adelante las elecciones se viviría una situación muy similar a la ocurrida entre 1993 y 1996. El ex presidente del Gobierno Felipe González tuvo entonces que adelantar casi un año los comicios por una razón de peso: Su socio parlamentario, CiU, le dejó caer. Esto podría ocurrir también ahora, no tanto por la decisión de la formación convergente, cuyo apoyo no se espera, sino por el PNV. No obstante, otra similitud con 96 se da también ahora, al margen de los apoyos parlamentarios. Se trata del descrédito y la desafección de la sociedad, ya no solo ahacia el presidente del Gobierno, sino también hacia el PSOE. Ese rechazo podría también inducir al presidente a adelantar las elecciones para detener en lo posible la sangría de votos.
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