CiU se hace con 30 de las 42 capitales de comarca
Los nuevos alcaldes prometen rigor para salir de la crisis
Convergència i Unió ha culminado hoy su objetivo de teñir de azul la mayor parte de capitales de comarcas catalanas. Con el Ayuntamiento de Barcelona todavía pendiente de constituir, los convergentes gobernarán en 30 de las 42 capitales de comarca de Cataluña, nueve más que en 2007. El crecimiento de CiU ha sido casi todo a costa del PSC, que además de grandes ciudades como Barcelona y Girona ha perdido Badalona gracias a la colaboración de Convergència i Unió con el Partido Popular. Los nacionalistas se han convertido en fuerza hegemónica también en los municipios catalanes.
La constitución de los Ayuntamientos hoy a mediodía (faltan Barcelona y Girona, pendientes de recursos judiciales y que se formarán el próximo 1 de julio) ha transcurrido con normalidad pero con múltiples protestas en las puertas de los Ayuntamientos. Tanto los indignados como partidarios y contrarios de los nuevos alcaldes han llenado plazas, sobre todo en Badalona, Tarragona y Lleida.
Los discursos de los nuevos alcaldes ha estado marcado por la situación de crisis económica que lastra sobremanera las cuentas municipales. La mayor parte de nuevos alcaldes han dedicado sus discursos a los ciudadanos más afectados por la crisis, han prometido austeridad y han pedido colaboración a la oposición para superar la actual coyuntura. "Serán tiempos difíciles, por la artimética electoral y la crisis. Pero no debemos pensar en las próximas elecciones sino en las próximas generaciones", ha afirmado el alcalde de Tarragona, el socialista Josep Félix Ballesteros.
En la provincia de Barcelona Convergència i Unió ha conseguido las alcaldías de Barcelona, Mataró, Manresa, Igualada y Vilanova i la Geltrú, que hasta ahora estaban bajo tutela socialista. En Tarragona los principales cambios favorables a CiU han sido en Reus, Gandesa y Móra d’Ebre. En Girona los nacionalistas consiguen las alcaldías de Puigcerdà, Ripoll, Olot y Girona. En Lleida consiguen Balaguer, Cervera, Tàrrega y les Borges Blanques.
Los socialistas tendrán que conformarse con mantener las capitales de Lleida y Tarragona y la mayor parte de municipios del área metropolitana exceptuando Barcelona, Badalona, Sant Cugat y El Prat de Llobregat, esta última en manos ecosocialistas. Iniciativa también gobernará en Sant Feliu de Llobregat. Además del revés socialista hoy se confirma el declive de ERC. Pierde ciudades como Puigcerdà y Ripoll. Los republicanos se hacen con alcaldías como la de la Bisbal d’Empordà.
El pacto en El Vendrell y la exclusión de Plataforma
MAIOL ROGER
Benet Jané (CiU) ha sido nombrado alcalde de El Vendrell (Baix Penedès) tras un pacto de gobierno en el que CiU (6 ediles), PSC (7), PP (2) y Junts pel Vendrell (ERC, 1 edil) han sumado sus esfuerzos para marginar a la xenófoba Plataforma per Catalunya en la oposición. Martí Carnicer, del PSC, asumirá la alcaldía dos años en virtud del acuerdo. La presencia de Plataforma per Catalunya, tercera fuerza con cinco regidores, ha crispado el acto de investidura. 200 personas se han agolpado a la puerta para abuchear a los ultras. Han formado un pasillo con dos pancartas en las que se podía leer, en árabe y en catalán, "trabajemos para la convivencia". Al acabar el pleno todos los nuevos concejales han pasado el pasillo, con aplausos para la mayoría y algún abucheo para CiU y PP. Los de Plataforma no han pasado: presionados por el griterío, se han escondido en el Ayuntamiento.
August Armengol, líder del partido ultra en El Vendrell, ha lamentado la "exclusión" de la formación y ha hecho un discurso, marcadamente xenófobo, en el que ha avisado que su formación es "el futuro" de la ciudad. El resto de fuerzas han alabado el amplio pacto de gobierno (16 ediles contra 5 de la oposición) como garantía para mantener la convivencia en la ciudad. CiU ha acabado entrando en este pacto de gobierno municipal, pese a que su intención inicial era utilitzar los votos de PxC para tener la alcaldía en solitario. La querella de la Generalitat contra Plataforma hizo entrar en razón a Jané, que culminó las negociaciones con el PSC y el resto de partidos para crear un gobierno amplio y sin ultras.
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