El PNV deja en bandeja a Bildu el Ayuntamiento de San Sebastián

“Algo ha cambiado en Euskadi tras el 22-M y no queremos ser nosotros quienes dificultemos ese cambio". Así ha explicado esta mañana el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, la renuncia de su partido a pactos "frentistas" contra Bildu, y la decisión de presentar y votar a sus propios candidatos en todos los Ayuntamientos vascos y las tres Diputaciones, que su ejecutiva nacional, el EBB, aprobó en su reunión de ayer.

Esta opción deja en bandeja a la coalición independentista al consistorio de San Sebastián y en el caso de la institución foral guipuzcoana hace recaer la responsabilidad sobre el PSE, que se vería obligado a respaldar a los nacionalistas, sin contraprestación alguna, para evitar un Gobierno de los radicales abertzales.

En la Diputación de Guipúzcoa, el PSE se vería obligado a respaldar a los nacionalistas, sin contraprestación, para evitar que gobierne Bildu

Durante una comparecencia en la sede de su formación en Bilbao, Urkullu ha justificado que el PNV, como partido más votado en las elecciones del 22-M, haya decidido respaldar su propio proyecto. "Nuestro único compromiso es con nosotros mismos", ha aseverado, antes de insistir en que planteamientos contra otros partidos "forman parte del pasado" y que su formación apuesta "por el futuro". "Otros han afrontado las negociaciones con la premisa de excluir a Bildu de la responsabilidad de gobierno allí donde ha sido la lista más votada", ha señalado el líder nacionalista, en referencia al PSE y al PP. Estos dos partidos propusieron al PNV, casi desde el primer momento tras los comicios, un acuerdo de estabilidad institucional a tres bandas que diese el mando en cada institución en disputa a aquel de los tres partidos que hubiese resultado el más votado.

No ha sido su único mensaje. Urkullu ha descartado también compartir responsabilidades de gobierno con una izquierda abertzale a la que ha instado a aprovechar la constitución de los Ayuntamientos el próximo sábado para realizar un emplazamiento público en el que exija el cese de ETA.

El PNV abre de esta forma la vía al mayor logro institucional de la izquierda abertzale radical en toda su historia al dejarle casi servido en bandeja el Ayuntamiento de la capital guipuzcoana (más de 185.000 ciudadanos). Como último contacto oficial antes de que el próximo sábado se constituyan los consistorios, una delegación del partido que preside Iñigo Urkullu se reunió en la mañana de ayer con otra de Bildu, a la que ratificó que no va a entrar en un pacto con socialistas y populares en su contra. No solo eso, sino que el PNV difundió a última hora de la noche del lunes un comunicado de su ejecutiva nacional en el que precisa que presentará sus propias candidaturas en todos los Ayuntamientos y, por vez primera, detalló que lo hará en las tres Diputaciones. En todos los casos, el PNV se votará a sí mismo. Eso sí, la ejecutiva deja una última puerta abierta al asegurar que ello será así "salvo que de aquí a la celebración de los plenos de las tres Juntas Generales concurran otras circunstancias que ahora no se prevén".

El rechazo a pactos contra Bildu no evidencia un acercamiento programático entre el PNV y la coalición en San Sebastián

Dado ese anuncio, solo si socialistas y populares se aviniesen a votar al aspirante peneuvista a la alcaldía, Eneko Goia, algo absolutamente descartado, se podría cerrar el paso a Bildu en el consistorio de la capital guipzucoana. El secretario general de EA y portavoz de Bildu, Pello Urizar, ya adelantó por la mañana tras la reunión con la delegación del PNV que esta le había dado la garantía de que rechaza la oferta de PSE y PP para un pacto de gobernabilidad en las instituciones municipales y forales. La delegación peneuvista era la misma que el pasado jueves mantuvo sendas reuniones con PSE, PP, EB y Aralar.

El entendimiento a tres bandas resulta imposible si no es en el marco de un pacto global que incluya contraprestaciones en otras instituciones y al que ya ha renunciado el PNV. Máxime, tras el desaire de nacionalistas y populares al gesto socialista de optar como posible candidato de consenso en San Sebastián al hasta ahora viceconsejero de Transportes, Ernesto Gasco, en detrimento de su cabeza de lista, Odón Elorza, vetado por las otras dos formaciones.

El rechazo a pactos contra Bildu no evidencia, sin embargo, un acercamiento programático entre el PNV y la coalición en San Sebastián. La formación nacionalista constató ayer "una notable falta de concreción" en las propuestas abertzales, así como "una preocupante indefinición" en "proyectos vitales", como la gestión de residuos o la entrada en la ciudad del AVE. Aún así, el candidato de Bildu a la Alcaldía, Juan Carlos Izagirre, se mostró convencido de presidir el equipo de gobierno municipal y pronosticó "acuerdos puntuales" con otros partidos para cumplir su programa.

Miguel Buen, aspirante socialista a diputado de Guipúzcoa, advierte al PNV de que el plazo para acuerdos concluirá el sábado

Mayor incertidumbre se mantiene en torno a las Diputaciones, sobre todo, las de Guipúzcoa y Álava. En el primero de los territorios, el triunfo de Bildu ha sido más incontestable que en San Sebastián. La decisión peneuvista de presentar a su propio candidato, Markel Olano, abre aquí una pugna directa con la coalición y forzará a socialistas y populares a pronunciarse, que ya adelantaron que no le darían su voto si no era en el marco de un pacto global, postura que han ratificado con contundencia esta mañana

La relevancia de la Diputación guipuzcoana no tiene parangón con el Ayuntamiento donostiarra, dados los numerosos proyectos estratégicos que afectan al territorio y el recelo que un posible Ejecutivo de Bildu ha generado entre los empresarios.

Si en Guipúzcoa el PNV competírá con Bildu, en Álava, en cambio, va a necesitar sus votos -y los de Ezker Batua- para impedir que el popular Javier de Andrés, vencedor en las urnas, acceda al sillón foral. La coalición ya ha avanzado que prestará su apoyo a los nacionalistas sin pedirle ninguna contraprestación a cambio, aunque ese acuerdo se ceñirá exclusivamente al pleno de investidura. Sin embargo, en la dirección peneuvista existe plena conciencia de la debilidad a la que en esa situación se vería abocado el candidato del PNV a la reelección, Xabier Agirre, durante toda la legislatura.

Los socialistas lo tienen claro. Su aspirante a diputado general de Guipúzcoa, Miguel Buen, ha advertido esta mañana al PNV de que sigue con "la mano tendida", aunque el plazo para cualquier acuerdo concluirá el sábado, ya que si no tienen el apoyo peneuvista en San Sebastián, Andoain y Rentería, tres consistorios en los que gobernó el PSE en el pasado mandato y en que venció Bildu en las urnas, no habrá acuerdo para la Diputación. A ello se sumaría el compromiso a un "pacto de no agresión" en el de Lasarte para arrebatarle la alcaldía. En caso contrario, el propio Buen se postulará como candidato para liderar el Gobierno foral.

Buen ha deplorado que la "coherencia” de los nacionalistas “deja mucho que desear", ya que ahora no quieren "agredir" a Bildu, pero hace cuatro años les importó poco que el PSE fuese la fuerza más votada en Guipúzcoa. Al tiempo, ha pedido al PNV que no lance el "mensaje falso" de que gobernará el territorio desde la oposición, ya que eso es imposible.

El PP tiene también "muy claro", según fuentes de su ejecutiva, que no votará a los candidatos del PNV ni en el Ayuntamiento de San Sebastián ni en la Diputación de Guipúzcoa. Y se está replanteando su decisión de apoyar a los peneuvistas en Elorrio para cerrar el paso a Bildu, informa Javier Rivas.

El portavoz del PP vasco, Leopoldo Barreda, ha criticado que el PNV haya dado “un portazo” al ofrecimiento de estabilidad institucional que le han hecho su formación y los socialsitas y haya optado por "repartirse el país con Bildu".

El dirigente popular ha censurado que el PNV "ha optado por llegar a acuerdos con Bildu, que suponen inestabilidad institucional, incertidumbre política y que no son eficaces ni para afrontar la crisis ni para combatir definitivamente a ETA".