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Al PNV se le complican los pactos

El PNV busca un tipo de acuerdos tan determinados que resultan excluyentes en algunos casos El PSE quiere extender el acuerdo a San Sebastían y a otros tres ayuntamientos guipuzcoanos

Los miembros de la delegación del PSE-EE y los representantes del PNV durante la reunión en Vitoria dentro de la ronda de contactos abierta por el PNV.
Los miembros de la delegación del PSE-EE y los representantes del PNV durante la reunión en Vitoria dentro de la ronda de contactos abierta por el PNV.David Aguilar (EFE)

El PNV ha recuperado hoy el protagonismo en el intrincado proceso de pactos tras el 22-M en Euskadi. Lo ha hecho después de asistir durante tres días seguidos a su papel secundario en beneficio de Bildu, su enemigo más directo, que ve, de paso, cómo se desbroza su camino para gobernar la Diputación de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de San Sebastián por el desacuerdo entre el resto de partidos.

Los nacionalistas sienten que se les complican sus objetivos y el resto de fuerzas también lo sabe. De ahí que las posibilidades de acuerdo cada vez son más reducidas. El PNV busca un tipo de acuerdos tan determinados que resultan excluyentes en algunos casos y de ahí la complejidad para un pacto global. En realidad, les valdría con conservar las Diputaciones de Álava y de Guipúzcoa, pero el PSE quiere extender el acuerdo a la alcaldía donostiarra y a otros tres ayuntamientos guipuzcoanos –Irún, Rentería y Andoain- donde siempre ha gobernado. Pero se ha establecido un auténtico diálogo de sordos. Mientras el PSE es capaz de sacrificar a Odón Elorza como candidato a su reelección, el PNV siente vértigo a pactar con el PP para componer así una necesaria mayoría absoluta ya que en caso contrario Bildu tiene garantizada la alcaldía de San Sebastián como partido más votado.

Al partido nacionalista le valdría con conservar las Diputaciones de Álava y Guipúzcoa

En este contexto de desacuerdo, los socialistas temen una jugada de última hora del PNV. Consistiría en presentar a Markel Olano como candidato alternativo a Martín Garitazo (Bildu) y así comprometer al PSE en la disyuntiva de impedir o no que mande la izquierda abertzale en Guipúzcoa. Pero los socialistas ya han advertido de que no picarán el anzuelo: si antes del 11 de junio no hay acuerdo en los ayuntamientos, el PNV se quedará solo. Así las cosas, toma cuerpo la idea de que Bildu gobernará en minoría la Diputación guipuzcoana.

En Álava, en cambio, todos miran a los dos junteros de EB, la única representación que este grupo ha conseguido en las elecciones forales y locales. Y nadie se atreve a hacer un pronóstico en firme porque la Izquierda Unida vasca está dividida en dos sectores, agriamente enfrentados incluso en los tribunales. Sin embargo, la identidad política de los dos junteros alaveses les acerca al sector de Javier Madrazo, el líder anterior que renunció a su cargo tras la debacle en las últimas autonómicas y que permaneció varios años en los gobiernos tripartitos de Ibarretxe. En este supuesto, el PNV podría seguir al frente de la Diputación ya que tiene asegurado el apoyo, sin pacto alguno, de Bildu con la única exigencia de impedir que gobierne el PP, vencedor en este territorio el 22-M. Los populares, eso sí, mantienen una línea de negociación con EB aprovechando sus disensiones y conscientes, claro, de que necesitan una cuota de representatividad institucional. Si lograran la abstención de EB, el PP sabe que tiene a su disposición los votos del PSE.

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