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La Generalitat presenta su Presupuesto sin tener garantizada su aprobación

Montilla dice que el Gobierno solo quiere que el PSC "calle, aplauda y acepte" los Presupuestos. El PP exige que no se recorte ni en sanidad ni educación

Àngels Piñol

El Gobierno de Artur Mas tiene previsto presentar hoy proyecto de Presupuestos para el próximo año sin tener garantizada su aprobación en el Parlament. El ejecutivo ha planteado unas cuentas austeras, con una reducción media del 10% -al final, será de un 7% en Sanidad- y sin poder cumplir el déficit del 1,3% fijado por el Gobierno central. La Generalitat ya dio por hecho que ese límite no se podía asumir al no poder contar con los 1350 millones de euros del Fondo de Competitividad. CiU necesita para obtener luz verde a sus números la complicidad del PSC o del PP pero, de momento, ninguno de los dos está dispuesto a respaldar las cuentas.

La tramitación del proyecto coincide en el tiempo con la constitución de los Ayuntamientos y todo apunta que las cuentas se negociarán en el mismo paquete a tres bandas. En diciembre pasado, CiU firmó con el PSC un pacto de investidura que permitiera el nombramiento de Mas como presidente pero las relaciones entre los dos partidos se han enfriado. El ex presidente José Montilla, que rompió ya la semana pasada su largo silencio, envió ayer una elocuente carta a la militancia socialista en la que reprocha al Gobierno de CiU haber demorado el proyecto presupuestario hasta ahora por un interés meramente electoralista.

“CiU parece que quiera adhesiones no colaboraciones corresponsables. Nosotros hemos ofrecido la mano al Gobierno pero este solo pide que aplaudamos, callemos y aceptemos. Si la situación es grave, hace falta ayuda y no claqué”, señala Montilla en la carta. Y añade algo más: que el Gobierno no ha hecho los deberes y busca “coartadas políticas y mediáticas” que permitan recortar servicios básicos para que la culpa “sea como siempre de otros”.

El PP también se mantiene a la expectativa de tener el proyecto en las manos para poderlo analizar pero Alicia Sánchez Camacho presenta tres condiciones ineludibles: que las cuentas estén enfocadas a fomentar empleo; que el déficit se ajuste lo máximo posible al objetivo del 1,3% -el consejero de Tarritorio, Lluis Recoder, ya avanzó que sería aproximadamente del 2%- y que se mantengan intocables los pilares del Estado de Bienestar (Educación y Sanidad). Sánchez Camacho ya sugirió hace días al ejecutivo que ahorre gasto en la partida farmacéutica apostando por los medicamentos genéricos. “Así no deberían cerrarse ni plantas de hospitales ni quirófanos”, señaló. La líder popular no descartó la semana pasada la abstención siempre y cuando no se recortara en sanidad.

Las formaciones de izquierda ya han avanzado su voto negativo tanto por los recortes sociales como por la erradicación del impuesto de sucesiones, una de las pocas promesas que hizo Mas en la campaña. Su postura es que consideran inaceptable exigir tantos esfuerzos a los ciudadanos cuando se quitan impuestos a las clases más favorecidas. La eliminación de la tasa liberará de tributar hasta en un 99% a quienes reciban herencias de más de un millón de euros.

El Gobierno catalán presentará esta semana el proyecto en el Parlament a través del procedimiento de lectura única, es decir, se debatirá y aprobará en una misma sesión sin permitir a la oposición presentar enmiendas. Con la erradicación de sucesiones, el ejecutivo dejará de ingresar unos 100 millones de euros: ahora recaudará 156 y la suma hubiera ascendido a 258 si se hubiera mantenido tal y como la dejó el tripartito.

 

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