El PNV enfrenta su gestión a la de un PSE que sitúa como un rival a batir

El PNV otorgó ayer nitidez a su apuesta de cara a la cita electoral del próximo día 22. Sus máximos representantes territoriales se situaron en el escenario municipal y foral, dejaron a un lado las cuestiones de política general, como el proceso hacia el final de ETA, y dirigieron sus discursos a los problemas que, según las encuestas, más preocupan a los ciudadanos: la economía y el paro. La formación nacionalista se centró en la gestión, consciente del desgaste que puede abrir en el PSE, su principal adversario, y tiró de su experiencia al frente de las Diputaciones como argumento para reclamar el voto en las urnas.

José Luis Bilbao como diputado general de Vizcaya, Markel Olano por Guipúzcoa y Xabier Agirre por Álava, todos ellos candidatos a la reelección el 22-M, avanzaron las premisas que defenderán las dos próximas semanas. Lo hicieron por la mañana en Bilbao, en el marco del Fórum Europa-Tribuna Euskadi, donde desgranaron la apuesta que concretaron horas después en Vitoria en el arranque oficial de la campaña. El presidente del partido, Iñigo Urkullu, fijó el camino a seguir en la presentación de los tres: "Han cumplido con sus compromisos y saben que tienen que cumplir lo que prometan".

Saben que tienen que cumplir lo que prometan Íñigo Urkullu

Olano dibujó su particular escenario electoral al considerar que los ciudadanos tendrán que elegir en los comicios entre "el modelo económico fracasado liderado por los socialistas o el del PNV, caracterizado por la experiencia, el rigor y la eficacia". El candidato a la reelección como diputado general de Guipúzcoa fue el más incisivo en su discurso. Apuntó que los programas liderados por el presidente Zapatero y el lehendakari, Patxi López, han sido "incapaces de afrontar la crisis económica", ante lo que añadió que el Gobierno vasco "deambula sin rumbo ni liderazgo".

Aunque sin críticas políticas más allá de la economía, Olano dirigió su discurso al desgaste del PSE, consciente quizá de que fue el partido que le superó hace cuatro años, aunque después no pudo conformar gobierno. Señaló que, "mientras el PNV ha apostado por la industria, la competitividad, la innovación y la internacionalización", el proyecto socialista "se ha caracterizado por la desorientación, la improvisación, la irresponsabilidad y el populismo". Un "fracaso" que, a su juicio, no se circunscribe al Gobierno vasco, sino que afecta también a sus ayuntamientos.

Más comedido y abierto estuvo Bilbao, quien abogó por recuperar el entendimiento entre el sector público y el privado que, según esgrimió, permitió salir de anteriores crisis en épocas pasadas, cuando el PNV estaba al frente del Ejecutivo. En este sentido, trasladó la mano abierta de su partido para "llegar a acuerdos con todos aquellos" que se muestren dispuestos, aunque no desaprovechó la oportunidad de cargar contra la "fracasada" política económica, a su juicio, de socialistas y populares.

Tan enfocada parecía ayer la apuesta del candidato a gobernar la Diputación vizcaína cuatro años más, que ni siquiera recurrió a la lectura del discurso al uso, sino que improvisó a partir de un breve esquema. Tras repasar los logros de su último mandato, defendió como principios el fomento del conocimiento, la tecnología y la innovación, así como un modelo de "economía real" que contemple un apoyo a la industria. A un nivel más concreto, abogó por una red territorial de parques empresariales, ampliar el metro e impulsar el Guggenheim de Urdaibai, uan de sus mayores apuestas.

Agirre, por su parte, recordó que, aunque algunos indicadores reflejen que Euskadi "ha dejado de caer, la situación aún es muy débil y frágil". En este sentido, urgió a proponer medidas ante la crisis para ganar credibilidad entre los ciudadanos y reducir "la separación, cada vez mayor, que se palpa entre la clase política y la sociedad". Así, instó a una "reordenación" de las políticas de empleo y a impulsar un programa de apoyo a autónomos, así como un plan especial de relanzamiento de pequeñas empresas.

"Si a pesar de la violencia y la crisis hemos alcanzado estas cotas de bienestar, cuando hagamos desaparecer estas incertidumbres se nos abrirá un porvenir apasionante", analizó Agirre, antes de presentar como garantía del mismo al PNV.