El hospital maternal Jose Fabella, el único público de Manila, cuenta con 400 camas y dos salas de postparto donde ahora acogen a 600 madres. En dos camas unidas suelen descansar hasta cinco de ellas con sus pequeños. Tras meses de confinamiento, el centro se prepara para una explosión de nacimientos
Cherrie de los Santos cuida de su pequeño bebé Akish, de solo 1,33 kilos, en el hospital Jose Fabella de Manila, conocido como "la fábrica de bebés".Alejandro ErnestoUna mujer embarazada es recibida en el hospital Jose Fabella de Manila, la única maternidad pública de la capital de Filipinas.Alejandro ErnestoUna mujer da el pecho a su bebé con la ayuda de un enfermero en "la fábrica de bebés" de Manila.Alejandro ErnestoUn recién nacido duerme junto a los pies de su madre en una de las dos salas posparto del hospital Jose Fabella, en Manila.Alejandro ErnestoEl Gobierno estima que 3,7 millones de mujeres no han podido acceder a los servicios de salud reproductiva por causa de la pandemia y que 400.000 los abandonarán definitivamente. Las autoridades temen que el efecto de la pandemia haga retroceder los modestos esfuerzos en expandir la salud reproductiva desde el ámbito públicoAlejandro ErnestoUna madre expone a su hijo a la luz ultravioleta en un rústico equipo construido con madera en el hospital Jose Fabella de Manila.Alejandro ErnestoUna joven madre camina con su hijo por una de las salas del hospital Jose Fabella. El centro atiende medio centenar de alumbramientos diarios de media, según sus datos. Alejandro ErnestoUn bebé duerme junto a la cena de su madre en el hospital Jose Fabella en Manila. El espacio es muy reducido. Alejandro ErnestoKrystyn Anne Plácido, de 30 años, posa con su hija en una de las abarrotadas salas de la llamada fábrica de bebés de Manila.Alejandro ErnestoUna madre viste a su bebé prematuro junto a un rosario y una estampa de la virgen.Alejandro ErnestoUna mujer intenta calmar a su bebé recién nacido en una sala posparto del hospital Jose Fabella, en Manila, donde en dos camas unidas suelen descansar hasta cinco madres con sus pequeños.Alejandro ErnestoDos bebés duermen en una cama en la llamda fábrica de bebés de Manila. No hay cunas ni incubadoras, incluso los prematuros comparten camas con sus madres. Una única sábana raída cubre las camas, donde ni siquiera tienen almohadas y algunas tienen mantas traídas de casa. Alejandro Ernesto“Tenemos capacidad para unos 400 pacientes, entre madres y bebés, pero normalmente hay más de 600 personas en nuestras salas”, indica la doctora Diana Rose Cajipe, mientras el hospital se prepara para un 'baby boom' como consecuencia de la pandemia de covid-19 y los meses de confinamiento.Alejandro ErnestoFilipinas espera un repunte de nacimientos en este primer trimestre de 2021. Los meses de confinamiento, uno de los más prolongados y rigurosos del planeta, impidieron a las mujeres el acceso a los métodos anticonceptivos, mientras pasaban más tiempo encerradas con sus parejas. Alejandro ErnestoEn estas habitaciones impera un ambiente solidario, de ayuda y apoyo: todas cuidan los bebés como si fueran propios. A veces, incluso amamantan a los hijos de otras compañeras con problemas para producir leche.Alejandro Ernesto“Vendrán muchas más madres y no habrá espacio, ya estamos muy por encima de la capacidad máxima del hospital. Tendremos que ubicar seis o siete mujeres en el set de dos camas”, señala Cajipe.Alejandro Ernesto