A Garamendi le falta cultura del esfuerzo
Si alguien te llama el sábado por la noche, cógelo: igual es el dueño de La Sirena


Buenas noticias: a muchas empresas les faltan trabajadores, por lo que llega el momento de pedir aumentos de sueldo.
No lo digo yo, lo dice el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que ha afirmado, en unas declaraciones muy comentadas en redes, que faltan “miles” de empleados en sectores como la hostelería, la construcción o el transporte. Si nos atenemos a la ley de la oferta y la demanda, la solución es obvia: hay que subir los sueldos y mejorar las condiciones de trabajo para cubrir esas vacantes.
Sé que es una solución simplona, pero al menos aparece en los manuales de Economía. En cambio, Garamendi le echa la culpa a la ausencia de la cultura del esfuerzo. Como táctica de distracción no está mal: acude a un concepto abstracto e imposible de medir para ocultar la obviedad de que no faltarían trabajadores en esos sectores si las condiciones, y no solo las salariales, fuesen mejores. Y lo hace sin pruebas, como si yo dijera sin venir a cuento que en los consejos de administración se trabaja tan poco que si hicieran huelga indefinida, tardaríamos al menos seis meses en darnos cuenta.
Le faltó la palabra clave, Recompensa. Habla de trabajo, habla de esfuerzo, pero en ningún caso del premio al mismo, la recompensa. Porqu básicamente no quiere trabajadores, quiere esclavos. https://t.co/8FLXGPiUVk
— Martín Donato 🇬🇱 (@martindonato) December 6, 2025
La cultura del esfuerzo que estos hijos de puta quieren: https://t.co/hYx7pj7YTb pic.twitter.com/M3rijZrdNP
— Menipipol 🇪🇦🇺🇦 (@menipipol) December 6, 2025
Más afirmaciones gratuitas en la misma intervención: Garamendi insinúa que no enfermamos de verdad: “Sabemos que muchos de esos días —los días de baja—son los viernes y los lunes”. Nosotros sabemos que eso se lo ha inventado porque, como recogía EL PAÍS, “las estadísticas oficiales no precisan qué días de la semana se producen más ausencias al trabajo”.
Sí hay un estudio de 2024 de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT) que muestra un patrón diferente: el día con más bajas son los lunes, pero la cifra va bajando hasta el viernes. Este patrón está más cerca de otro mal, la llamada enfermedad del ocio: lo que en realidad le ocurre a mucha gente es que va a trabajar enferma y estresada, y acaba poniéndose mala al principio de las vacaciones o el fin de semana, cosa que a veces se arrastra hasta los lunes.
Esto es especialmente comprensible si encima hemos sido víctimas de los juegos psicológicos de José Elías, fundador de Audax Renovables y dueño de la cadena de supermercados La Sirena. La Razón se hacía eco de su paso por un podcast, en el que aseguraba que llama a sus empleados los sábados por la noche para evaluar su nivel de compromiso. Y encima cuenta el número de tonos. Es verdad que en el podcast aclaraba que solo lo hace con cargos de responsabilidad y eso se perdió en Twitter y en Bluesky, pero aun así tampoco sorprenden tanto algunas respuestas airadas (airadísimas) al titular. Todos tenemos derecho a la desconexión digital y a que no nos dé un ataque de ansiedad porque el móvil suena y no lo encontramos: “¡Ya lleva cinco tonos! ¡Te he fallado, jefe! ¡Te he fallado!”.
Capitalismo del siglo XXI con mentalidad de amo del siglo XVIII.
— Julen Bollain (@JulenBollain) December 7, 2025
Eso no es implicación, sino esclavismo laboral. pic.twitter.com/6Am8X4Ab8K
Al final, ocurre lo de siempre. Es normal que José Elías esté implicadísimo en su empresa. Porque es su empresa. Pero los demás no somos los dueños de nada, solo tenemos un trabajo que hacemos durante unas horas a cambio de dinero para mantener nuestra vida de verdad, que es lo que comienza al salir de la oficina. Y si encontramos un trabajo que nos dé más por menos, lo aceptaremos porque somos personas moderadamente racionales.
Lo vemos, por ejemplo, en este reportaje de 20 minutos sobre la falta de trabajadores en la construcción. Se comentaron en redes, sobre todo, las declaraciones de una directiva: “Viene alguien, pero, a los seis meses, le ofrecen más y aquí la gente se mueve por dinero y entonces dicen: ‘Aquí me ofrecen más, me ponen coche de empresa y me pagan dietas… Pues me voy".
Hay una solución obvia: que ofrezcan más, que pongan coche de empresa, que paguen dietas… Por supuesto, no todas las empresas pueden permitírselo, incluidas las muchas —muchísimas— que hacen las cosas bien. Pero lo que queda claro es que no basta con inventarse un enemigo, el desempleado perezoso, como hace el presidente de la CEOE. Porque la respuesta puede ser igual de perezosa, aunque al menos con argumentos económicos: es el mercado, Garamendi.
🤯🤯🤯🤯🤯 ¿Pero esto como puede pasar? ¿La gente prefiere trabajar donde le pagan más y les ofrecen mejores condiciones? ¿es que ya no hay nadie que quiera poner ladrillos por pura vocación y por amor a los colores de su empresa? Esto es rarísimo todo
— Andrés Trasado (@andrestrasado.bsky.social) 2 de diciembre de 2025, 16:41
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Garamendi pone el dedo en la llaga cuando señala un problema de actitud de los trabajadores: quieren un salario, son gentes interesadas.
— Don Mitxel I de Euskadi y V del Secarral (@donmitxel-oficial.bsky.social) 6 de diciembre de 2025, 10:26
"Te llamo el sábado a las once de la noche y cuento los tonos que tardas en responderme" ¡QUE ERES EL DUEÑO DE LA SIRENA, MAMARRACHO! ¡QUE VENDES CONGELADOS! ¿¡QUÉ ES TAN URGENTE EN EL MUNDO DE LOS PALITOS DE CANGREJO QUE NO PUEDE ESPERAR AL LUNES!?
— Bombín (@bombin.bsky.social) 7 de diciembre de 2025, 13:43
Muchacho, esto no es un supermercado. Esto es La Sirena. Esta es la puta élite de los minoristas de pescado congelado, la crème de la crème del retail de la panga, los pretorianos de las colas de Surimi. Y si tienes que dejar a tu padre moribundo un sábado por la noche para sellar albaranes...
— Chinchilladas (@gaelicofenix.bsky.social) 7 de diciembre de 2025, 14:01
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